Roger Torrent, presidente del Parlament, acude a Bruselas para ajustar con Puigdemont los términos de la sesión de investidura. El titular de la Cámara no ha desvelado aún ni la fecha del debate ni los términos del procedimiento. Estaba a la espera de este viaje a Bruselas, donde mantendrá un contacto con los 'cinco fugados' de Flandes.
El encuentro tiene lugar a tan sólo siete días de que concluya el plazo para la celebración de la sesión de investidura, cuyo día límite es el 31. Puigdemont está decidido a presentar su candidatura, bien por vía skype o por persona interpuesta, fórmulas ambas rechazadas por el cuerpo de letrados de la Cámara. La decisión final será de la Mesa, que tiene una mayoría secesionista. Este jueves se conocerán detalles del procedimiento, aunque es muy posible que Torrent no desvele todos los detalles hasta última hora para evitar la reacción del TC.
En el caso de que la Mesa apruebe la presentación de una candidatura no presencial, el Gobierno planteará un recurso al Tribunal Constitucional. Se trata de un procedimiento que debe movilizar la abogacía del Estado para que luego le dé el visto bueno el Alto Tribunal. Puigdemont le pedirá a Torrent que adelante la fecha de la investidura al día 29, que al ser lunes, puede pillar más desprevenidos a los miembros del TC. También le presionará para que la Mesa apure su decisión sobre la posible investidura de un candidato ausente.
El imposible 'plan B'
El 'sanedrín de Bruselas', es decir, el equipo de confianza del expresidente, está convencido de que finalmente Puigdemont será investido. Torrent no podrá rechazar la investidura porque tanto él como ERC quedarían señalados como quienes impidieron acceder a la presidencia al candidato 'votado por la gente', como gusta de decir el dirigente ahora fugado.
ERC ya ha tirado la toalla para impedir un nuevo mandato presidencial de Puigdemont. Los republicanos se encuentran huérfanos de liderazgo, con su presidente entre rejas y sin apenas capacidad de maniobra. Algunos dirigentes de ERC han declarado en las últimas fechas su firme oposición a una investidura con el candidato en el exilio. Y han señalado que la opción razonable sería un 'plan B' y elegir a Junqueras, quien, pese a estar en prisión, no está inhabilitado ni incapacitado para ejercer sus derechos parlamentarios.
Tanto Junqueras como el propio Torrent confían en que sea finalmente el TC quien ponga a Puigdemont en su sitio. ERC nada hará para bloquearle el paso a la Generalitat, pero los republicanos confían en que la actuación de los tribunales desbarate los planes del aspirante a 'president'. Incluso no verían mal que Elsa Artadi, la 'mano derecha' del líder de JxCat pueda asumir ese papel de presidenta por delegación, y evitar así la celebración de nuevas elecciones. "Todo va a suceder en el último minuto y Puigdemont le va a dar a Torrent las instrucciones para esquivar al Gobierno y al TC", señalan en estas fuentes.