Política

Ayuso se reafirma con su órdago contra Sánchez a costa de romper la línea de actuación del partido

La presidenta madrileña continúa en su cruzada política contra la Moncloa y eleva las fricciones al plano institucional

El desafío lanzado ayer por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, será recordado durante mucho tiempo en el panorama político nacional. La líder del PP regional declinó la invitación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a acudir a una reunión bilateral sobre el futuro de la autonomía madrileña en la Moncloa.

Este acto de rebeldía, anunciado 48 horas después de recibir en Sol la propuesta del líder del Ejecutivo, traspasa las fronteras de lo inexplorado en democracia, pues es la primera vez en 45 años que un dirigente autonómico dice no a un requerimiento del presidente.

El órdago de Díaz Ayuso rompe por completo la línea de actuación del Partido Popular. Hace unas semanas, en la famosa reunión de Feijóo con sus barones en el Palacio de los Duques de Pastrana, se trazó la hoja de ruta para los Gobiernos autonómicos en sus reuniones con Sánchez.

Aunque se descartó por completo que ninguna comunidad hablase de financiación autonómica con Moncloa, pues eso se debía de hacer en la Conferencia de Presidentes que tantas veces le han reclamado a Sánchez que convoque, sí se pactó con Génova que había que mantener un perfil institucional en todo momento

Por ello, en las últimas semanas, han ido pasando por el palacio presidencial distintos líderes autonómicos del Partido Popular como Alfonso Rueda (Galicia), Carlos Mazón (Comunidad Valenciana) o Fernando López Miras (Murcia).

Todos ellos confirmaron lo que era un secreto a voces, que las reuniones con Sánchez eran un mero trámite donde no se hablaba de nada trascendente. Una estrategia de Génova que ayer Díaz Ayuso hizo saltar por los aires al negarse en rotundo a pisar Moncloa el próximo viernes 25 de octubre, cita a la que sí acudirá la presidenta de Baleares, Marga Prohens.

Ayuso va con todo contra Sánchez

En su carta, la presidenta madrileña esgrimió que había rechazado la propuesta por dos razones. La primera, por celebrarse "en el marco de una ronda de reuniones posteriores a la negociación de la ruptura de la Hacienda común de todos los españoles con los socios independentistas del Gobierno".

Al margen de este análisis, la clave del 'no' a Sánchez viene precedido de las acusaciones vertidas por Pedro Sánchez contra Díaz Ayuso en una intervención en Bruselas, en línea de lo expuesto por el socialista en el Congreso de los Diputados unas horas antes.

Por ello, la CAM expuso que "los ministros han recibido la orden de repetirlas durante las últimas horas, en una campaña inaceptable e impropia de un Gobierno contra una Administración inferior". Este acto de rebeldía, último capítulo de una rivalidad política que ha llevado al Fiscal General del Estado a revelar datos personales de la pareja de Ayuso o a citar en la Asamblea de Madrid a Begoña Gómez, ha reabierto un debate que parecía ya enterrado en Génova, el de la institucionalidad.

Según ha trascendido en las últimas horas y confirmó Ayuso ayer, la presidenta madrileña explicó los motivos de su plantón en el comité ejecutivo del partido, algo que Alberto Núñez Feijóo entendió. Sin embargo, las primeras reacciones en la formación han ido por dos caminos diferentes. Mientras personalidades como Mazón o Almeida han mostrado un respeto absoluto a la decisión de Ayuso, el vicesecretario de Cultura y portavoz del PP, Borja Sémper, expresó su respeto, pero aseguró que "que 'Génova' prefiere preservar la institucionalidad y decirle a Sánchez las cosas a la cara".

Algo que parecía haberse pactado entre todas las autonomías y la presidencia del partido hace unas semanas. Acudir al llamado del presidente del Gobierno no es sinónimo de tener que darle la razón ni claudicar ante nada, pero sí es una muestra de respeto por las instituciones democráticas del Estado.

Un respeto que desde el Gobierno de Ayuso han visto completamente roto por parte de "Sánchez y sus 22 ministros", los cuales han criticado y perseguido a la presidenta y su entorno desde la llegada a Sol en 2019. Veremos cómo reconducen a nivel interno esta diferencia de criterio en las actuaciones de unas autonomías y otra tras lo hablado en Génova. Las situaciones de unos ejecutivos y otros no tiene nada que ver, pero romper las reglas del juego siempre impulsa el debate.  

 

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