Mucho anuncio a bombo y platillo, pero ninguna tramitación por los cauces diplomáticos. Al menos, de momento. El Gobierno de Pedro Sánchez asiste algo molesto a los continuos anuncios que se hacen desde el Ejecutivo interino de Bolivia y que afectan a España, sin que luego se trasladen como es debido a la Embajada española en La Paz.
Por ejemplo, el Gobierno de Jeanine Áñez anunció el pasado 2 de enero el nombramiento de Gualberto Rodríguez como nuevo encargado de negocios en España con el mandato específico de "restaurar y fortalecer las relaciones" bilaterales tras la crisis diplomática desatada por el incidente en la Embajada mexicana en La Paz, según explicó la ministra de Exteriores, Karen Longaric, al diario boliviano 'La Razón'.
Dicho nombramiento no ha sido comunicado aún a las autoridades españolas, según supo Vozpópuli de fuentes diplomáticas españolas, por lo que el plazo de diez días que Longaric indicó para que el nuevo 'número dos' de la Embajada boliviana se desplazase a Madrid no se va a cumplir.
Superar el "impasse"
"Queremos tener una representación del más alto nivel en España, capaz de conversar con el Gobierno español, de hacer conocer cuáles son los objetivos del Gobierno boliviano de manera clara y directa", señaló la jefa de la diplomacia boliviana.
El Gobierno de Áñez avanzó a principios de enero que acreditaría a "un alto representante diplomático" en su embajada en Madrid para "superar este 'impasse' a la brevedad y mantener estrechas relaciones con el Reino de España, en el marco del tradicional respeto y la amistad que siempre las han caracterizado". Pero el nombramiento de Gualberto Rodríguez no se ha notificado aún a Madrid
España expulsó a tres diplomáticos de la Embajada boliviana, incluido el encargado de negocios, en reciprocidad, después de que Bolivia declarara persona non grata a la encargada de negocios y al cónsul de España en La Paz, Cristina Borreguero y Álvaro Fernández, así como a la embajadora mexicana, María Teresa Mercado.
La petición de la Fiscalía
Más grave es el asunto de la petición entregada por el Gobierno de Áñez a la Fiscalía boliviana para que se cite a los fundadores de Podemos Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón, así como al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y al exjuez Baltasar Garzón por sus posibles vínculos con Evo Morales.
En concreto, en el escrito, al que ha tenido acceso Vozpópuli, se indica que la citación se produce para esclarecer el intento de asalto a la Embajada de México en Bolivia, y de forma más general, la relación entre el anterior Gobierno de Morales y el narcotráfico, y el uso de ese dinero hacia la propagación de iniciativas políticas de extrema izquierda, según OkDiario.
El fiscal general de Bolivia remitió una nota a la Cancillería de su país para que "por vía diplomática" se comunicase a las autoridades españolas la remisión de un informe policial
En esta embajada figuran como "asilados" los exministros de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y de Cultura, Wilma Alanoca, "sobre quienes pesan órdenes de aprensión por los cargos de sedición y terrorismo”, recoge el comunicado.
El fiscal general de Bolivia, Juan Lanchipa, remitió el pasado miércoles una nota a la Cancillería de su país para que "por vía diplomática" se comunicase a las autoridades españolas la remisión de un informe oficial señalando las identidades de los policías GEO que sufrieron un incidente junto a la Embajada mexicana, "con qué pasaporte ingresaron a territorio boliviano, qué autoridad solicitó la presencia de este grupo especializado y sobre todo el motivo por el cual se hizo presente este grupo del GEO en nuestro país”, señaló Lanchipa.
Sin embargo, la embajada española en La Paz no ha recibido aún ningún escrito de la Cancillería boliviana al respecto. Se da la circunstancia de que el embajador español, Emilio Pérez de Ágreda, no ha regresado al país andino de su accidentada luna de miel en Navidades porque Madrid quiere que las aguas diplomáticas se calmen primero. En todo caso, el canciller -jefe del personal administrativo- se quedó encargado de los asuntos corrientes de la misión española a la espera del regreso de Pérez de Ágreda,