Cuando el profesor preguntó en voz alta quien quería ser el delegado de clase, Carles López (Manacor, Mallorca, 1996) fue de los primeros en levantar la mano. Estaba en Primaria. Hoy tiene 22 años, preside la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE) y se ha convertido en el alumno aventajado que le para los pies a Isabel Celaá en el Consejo Escolar del Estado. "Me gusta trabajar para que nadie se quede fuera del sistema educativo", reconoce.
Del total de 551 enmiendas presentadas a la 'Ley Celaá' por parte de los principales representantes del sector, el pleno del consejo ha aprobado 120. Muchas de estas llevan el sello de joven mallorquín que, siendo un quinceañero, ya ejercía como ponente delante de ministros y otras personalidades de reconocido prestigio en el máximo órgano consultivo del Estado en Educación.
El Ministerio de Educación valorará si incluye las iniciativas en el proyecto de ley que llevará Congreso en febrero
En concreto, un 24% de las correcciones a la reforma que han salido adelante proceden de CANAE. Un porcentaje a destacar si se tiene en cuenta que el consejo está integrado por un centenar de componentes entre universidades, padres y madres, conocidos sindicatos y consejos generales autonómicos, entre otros.
Ahora, el Ministerio de Educación valorará si incluye las iniciativas en el proyecto de ley que llevará al Congreso en febrero. De esta forma, los estudiantes, con López como representante, han colado en el debate nacional más propuestas que muchas otras asociaciones sindicales de gran envergadura.
"El Gobierno puede hacer ahora lo que quiera. Las enmiendas del Consejo no son vinculantes, pero nos gustaría que se incluyeran en la Ley Educativa", asegura. Por ello, CANAE va a pedir a Celaá "un proceso de negociación" para ver cuáles de los puntos tienen definitivamente cabida en el texto antes de que éste llegue a la Cámara Baja.
Evaluación a los profesores
Entre las propuestas impulsadas por López y su equipo -formado por estudiantes de 12 a 22 años- destacan un sistema de evaluación docente por parte de los estudiantes, gratuidad de los materiales escolares en la etapa obligatoria, mejoras en el sistema de becas y ayudas al estudio, incluir filosofía durante la ESO, más seguridad en las pruebas de acceso a la universidad, incluir conceptos de fomento del espíritu crítico y la ciudadanía activa en el currículo y capacidad para asociarse de los estudiantes a partir de los 12 años.
"Me gusta trabajar para cambiar la vida de las personas, pero creo que se tiene que lograr desde las instituciones. Los jóvenes no somos 'pasotas', también participamos mucho en actividades que tienen que ver con el cambio social, pero no desde el punto de vista partidista", explica el joven, que está a punto de terminar Ciencias Políticas y Derecho en Barcelona.
El de Manacor reconoce que, en un contexto en el que las distintas fuerzas políticas no son capaces de alcanzar pactos, trabajos como el de CANAE merecen un reconocimiento. "Me parece muy bonito que gente con edades entre 12 y 22 años y con distintas preferencias políticas consigamos ponernos de acuerdo para mejorar la vida en los centros escolares. Aquí a cada uno nos gusta un partido, pero no nos impide llegar a consensos", compara.
La 'decepción' del Pacto Educativo
Además, su asociación fue una de las encargadas de coordinar el debate del Pacto Educativo dentro Consejo Escolar del Estado. "Nos decepcionó bastante que el pacto no saliera adelante. Al final, la Educación se termina usando como un arma partidista, pero la realidad es que muchos partidos están de acuerdo en las cuestiones más importantes y no se llevan a cabo porque surgen polémicas entre ellos a cuenta de temas muy mediáticos", considera el joven.
Se refiere a las polémicas por la lengua o por la religión. "Estas cuestiones no influyen tanto en el abandono ni el fracaso escolar, pero terminan copando el debate", expone López, que creó su primera asociación a los 13 años. "Los estudiantes tenemos una altura de miras que a veces falta en los dirigentes políticos", opina.
En cuestión de meses, López delegará la presidencia de CANAE en otra persona porque "la gracia es que venga gente muy joven y que se vayan empoderando". "Hay que seguir trabajando para que nadie se quede fuera del sistema educativo", dice. En esa línea, la organización estudiantil valora de forma positiva la modificación de la LOMCE que pretende llevar a cabo el Ministerio de Educación, pero le pide "ir un poco más lejos" e incluir sus propuestas.
Educar en participación
"Queremos que el ministerio sea más valiente, no solo para resolver los problemas urgentes del sistema educativo, sino para sentar las bases de un sistema más estable", señalan desde CANAE. Consciente de que en otros países europeos los estudiantes compiten por convertirse en representantes de sus compañeros, López cree que en España falta educar en la participación.
Con esta idea, el próximo fin de semana CANAE realizará un encuentro entre estudiantes y representantes de los diferentes grupos parlamentarios en el Congreso para trabajar aspectos de materia educativa y poder llegar a "consensos" en los temas que más afectan a los estudiantes.
"Ser delegado de clase no es ir a buscar las tizas. Hay que romper esta creencia y educar a los niños y jóvenes para tengan espíritus más críticos y se conviertan en ciudadanos activos. No hablamos de adoctrinar, sino de enseñar qué encierra la Constitución, en qué consiste la democracia y votar, por ejemplo", concluye.