El equipo de Pablo Casado ha reaccionado con indignación frente a los últimos audios del comisario Villarejo con el esposo de Dolores Cospedal. Las referencias indirectas a Mariano Rajoy, quien aparece en forma subrepticia como una persona informada de los turbios asuntos encargados al comisario, han producido enorme rechazo en el partido. "Son puras insidias", comenta una fuente de la dirección popular, donde el protagonismo de Ignacio López del Hierro en estos episodios es ahora objeto de todo tipo de reproches y rechazos.
Rajoy lo sabía, es lo que se deduce de estas conversaciones. "Eso se lo inventa para darle carrete al comisario", señala un dirigente de la 'vieja guardia' popular. "El jefe está de acuerdo en que se desarrolle esa líneas de actuación", llega a decir López del Hierro, el hombre que introdujo a Villarejo en Génova, por la vía oculta del garaje, en el despacho de su esposa, por entonces la 'número dos' de la formación.
Desprecio en Génova
Algunas voces del nuevo equipo del PP han deslizado la necesidad de que Rajoy salga al paso de estas acusaciones y desvele lo que en verdad sabía sobre las gestiones ocultas de quien fuera su secretaria general. La sensación que impera en el cuartel general es de escepticismo y de desprecio. "Es no conocer a Rajoy, jamás aprobaría que se espiara a Javier Arenas. Es uno de sus hombres de confianza, amén de un gran amigo", señala lesa fuente. "Puras invenciones", se había excusado Cospedal al emerger las primeras muestras de las grabaciones, en las, ciertamente, nunca negó haber mantenido contactos con Villarejo.
Cospedal goza aún del respeto de una buena parte de la estructura de su partido. Ha colocado a su gente en cargos de relevancia. Llevó a Casado al despacho presidencial de Génova y aún ejerce influencia en amplios sectores de la formación. El papel de su esposo en toda esta 'película' es su punto débil. "Siempre lo ha sido, le dejó llegar demasiado lejos, le metió en operaciones del PP como si se tratara de un estrecho colaborador".
Rajoy permanece silente pero no ajeno a cuanto ocurre en su partido, del que ya sólo es militante de a pie. Nada dice sobre estos episodios que están alterando el aterrizaje del nuevo equipo directivo y, en particular, la precampaña electoral andaluza. Habla con algunos de sus fieles, y se manifiesta sorprendido de algunas de las cosas que están apareciendo.
Un equilibrio exigente
"Nos quieren marcar la agenda", advirtió Casado a su bancada en el Senado. "Tenemos que mantener un equilibrio exigente, sin hacernos partícipes de práctica alguna del pasado que nos puede avergonzar", añadía en su mensaje, en el que ha pretendido precisar ante sus senadores cual es el sentimiento y la actitud de la cúpula del partido frente a este episodio.
"Esto es un proceso vivo", dicen en Génova, donde se vive pendiente de cual será la próxima cinta. Según la entidad de lo que aparezca, así será la respuesta de la dirección. El hecho de que el PSOE, en defensa de la ministra Delgado, exija ahora que Casado expulse a Cospedal rumbo al grupo mixto, es motivo suficiente para que no se dé este paso. "Cuanto más arremetan contra ella, menos ganas nos va a dar de pedirle que se vaya", señala en privado un diputado popular.
Pocos creen que Cospedal, pese a su empeño, vaya a resistir demasiado tiempo como diputado. El presidente del PP anunció este martes que no caerá "en afanes inquisitoriales que devendrían, irremediable en la injusticia". No obstante, insistió en su compromiso con la transparencia, la ejemplaridad y "la asunción de responsabilidades", en clara insinuación a su exsecretaria general, que no se da por aludida.
La turbulencias que el 'affaire' Cospedal provocan en el Partido Popular no aflojan. La renuncia de la exsecretaria general a su puesto en la Ejecutiva apenas ha ejercido un efecto balsámico en la interna del PP, donde consideran que debería dar un paso al costado, ceder el escaño e irse a la empresa privada. No está actuando en forma leal con el nuevo presidente, se piensa en estos círculos. Nada le dijo a Casado sobre sus tenebrosas conversaciones con Villarejo, nada le confesó sobre las 'sopresas' cotidianas de las cintas, nada le ha desvelado ahora sobre lo que pueda aparecer. "Esto es irrespirable", llegó a confesar Casado a uno de sus más estrechos colaboradores.