Podemos, a través del diputado catalán, Jaume Asens, pactó de manera directa con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, las líneas más polémicas de la propuesta de la nueva ley Celaá que plantea dejar fuera al castellano de las lenguas vehiculares de España. Según fuentes de ERC y de Podemos, la iniciativa lleva el sello de Asens, aunque con el respaldo de Pablo Iglesias, y Rufián, ambos interesados en complicar el apoyo de Ciudadanos a las cuentas del Gobierno. Desde el partido naranja son conscientes de estas 'trampas' pero reiteran que no les marcarán la agenda y no les apartarán de la negociación con Pedro Sánchez.
"De Rufián y de Iglesias", sostiene un dirigente de Podemos para explicar el pacto entre ambos dirigentes para cerrar la puerta a Ciudadanos. En esos encuentros, según mantienen fuentes parlamentarias, jugó un papel relevante el dirigente catalán de Unidas Podemos Asens, muy cercano al mundo independentista. El propio Iglesias se mantuvo al margen de la primera línea de la negociación, según pudo saber este diario, tras delegar a Asens estrechar contactos con ERC, como ha ocurrido en otros casos semejantes.
La enmienda, presentada de forma conjunta entre ERC y Unidas Podemos, ha despertado duras críticas tanto del PP como de Ciudadanos y se debatirá el próximo jueves en una Comisión parlamentaria. Es por ello que tanto los morados como los dirigentes de ERC prefieren mantener la cautela y recuerdan que quedan márgenes para modificaciones.
Encender el debate en Ciudadanos
En lo que sí coinciden es en el efecto político de la propuesta. Podemos se encuentra incómodo con el apoyo de Ciudadanos a los Presupuestos. Sabe que Moncloa quiere seguir negociando con Inés Arrimadas, pero Iglesias teme que el acercamiento de Sánchez a los naranjas refuerce a los sectores del Gobierno que quieren alejarle del Consejo de Ministros, o por lo menos encorsetarle. Así que promueve una iniciativa que pretende encender el debate en las filas de Ciudadanos sobre el acercamiento a Sánchez.
Fuentes de los Comunes, la parte catalana de Podemos, lo explican así: "La cuestión de la inmersión lingüística es, en realidad, sobre todo simbólica. Se trata de proteger un idioma que hablan cinco millones de personas, frente a otra hablada por 400. Y son cuatro los padres que se quejan del modelo catalán. En los colegios, incluso de los pueblos de Cataluña, se habla perfectamente el castellano, aunque se intente proteger al catalán. Solo los ultras de Ciudadanos y de Vox recurren a los tribunales, y es cierto que esta ley les puede crear un problema en los comicios autonómicos”.
ERC por su parte quiere ponerse la medalla de una iniciativa de gran impacto político en Cataluña. Aunque piden cautela y se muestran molestos por la filtración sobre la enmienda a la nueva ley de educación que adelantó El País el martes por la mañana. Apuntan a sectores socialistas del Ejecutivo, interesados en elevar la tensión para torpedear la maniobra.
Iglesias pide mayor compromiso a Sánchez
Lo cierto es que Rufián, tras la publicación de la información, reivindicó su apuesta por ella (“más allá del ruido hay política”, escribió en referencia a las críticas recibidas por JuntsXCat), y el portavoz de Podemos Pablo Echenique dijo que la inmersión lingüística en Cataluña ha "servido para que muchas familias de clase trabajadora puedan tener igualdad de oportunidades" y ha añadido: "La vemos con buenos ojos".
ERC se encuentra sumergida en una precampaña electoral en la que ha advertido a Iglesias de que necesita "gestos" del Gobierno para seguir en el bloque de la investidura de Sánchez. Paradójicamente, el presidente del Ejecutivo está evitando involucrarse públicamente en defender esa ecuación. Mientras que Iglesias le pide "lealtad" hacia los nacionalistas y abrir contactos informales de comunicación con ellos, como desveló este diario.
El "tripartito asimétrico"
La negociación presupuestaria se extenderá hasta noviembre y diciembre, mientras que los comicios en Cataluña se celebrarán en febrero. Los republicanos están convencidos de que tienen una oportunidad de oro para volver al Gobierno de la Generalitat, incluso ocupando la presidencia. Iglesias ha dibujado un proyecto de triple alianza con ERC y el PSOE que pasa por la Generalitat, la Moncloa y el Ayuntamiento de Barcelona. Se trata de la fórmula del “tripartito asimétrico”, tal y como adelantó Vozpópuli.
Fuentes gubernamentales confirman esa posibilidad. “Sánchez obligará a Iceta a dar el apoyo externo a un gobierno de ERC, Podemos y tal vez la CUP. De esta manera blindará el apoyo de ERC en el Congreso, y también que tanto los republicanos como Ciudadanos acaben comiendo de la mano del Presidente”, sostiene un miembro del Gobierno nacional. Detrás de ese plan se encontraría Iván Redondo, el principal asesor de estrategia política de Sánchez.
Iglesias espera que Ciudadanos no tenga cabida en ese encaje, o que se convierta en un aliado al uso, sin capacidad de influir en las políticas del Ejecutivo ni en sus equilibrios internos.
"Podemos no conseguirá apartarnos"
Los naranjas, por su parte, son conscientes de las maniobras que, dicen, están llevando a cabo Podemos y ERC para intentar “expulsarles” de la negociación de los Presupuestos con leyes como la del alquiler, la subida del diésel o la de Educación de Celáa de una negociación con Sánchez.
Sin embargo, fuentes del partido naranja aseguran que nadie les apartará de su intento de “moderar” a Sánchez. Habrá líneas rojas “que no traspasaremos”, como la subida de impuestos a las clases medias o el gravamen a la concertada, pero, aseguran las mismas fuentes, “ni ERC ni Podemos conseguirán apartarnos de la negociación. No quedará por nosotros el ofrecerle al Gobierno una puerta al centro para que no puedan decir, como en el pasado, que no tuvieron más alternativa” que pactar con ERC o los más radicales.
Las mismas fuentes del partido de Inés Arrimadas aseguran que esa negociación no quiere decir que se vayan a apoyar los Presupuestos, “eso ya se verá”, pero hasta el día 16 se podrán presentar enmiendas y “eso haremos. Y ni ERC ni Podemos van a conseguir que nuestros 10 diputados no ofrezcan al PSOE una alternativa desde el centro para sacar las cuentas”.