Cristina Cifuentes intervendrá en la Conferencia Nacional del PP tan sólo 48 horas después de su comparecencia en la Asamblea de Madrid. Una presencia que, sin duda, altera los planes de Génova con relación a su cónclave en Sevilla. Un contratiempo que ha descolocado a los organizadores de esta magna reunión, organizada para transmitir la imagen de un cuerpo unido y sin fisuras.
El PP congrega a casi 400 altos cargos nacionales para definir su línea estratégica de cara a los comicios del año próximo. Un 'jamboree' ideado por Javier Arenas, el auténtico 'jefe' de los populares en la región anfitriona, con el objetivo de reforzar equipos y efectuar lo que denominan un 'rearme ideológico'. En definitiva, se trataba de relanzar el liderazgo del presidente del Gobierno en unos momentos complicados. Los sondeos anuncian una deserción masiva de votantes y los medios airean supuestas ansias de cambio en la cúspide de la formación conservadora.
El antídoto contra los sondeos
Sevilla iba a ser el antídoto para todos esos males, el relanzamiento del partido y, por supuesto, de su presidente. El problema ha surgido a última hora. Cifuentes se ha erigido en protagonista absoluta e involuntaria, de todas las noticias que giran en torno al PP. Su turbio episodio del máster apócrifo, del que hoy dará cumplidas explicaciones en sesión monográfica en el Parlamento autonómico, se ha convertido en foco mediático inevitable.
De acuerdo con el programa tentativo, ya que aún no se ha distribuido la versión definitiva, los diferentes barones territoriales del partido intervendrán en la sesión del viernes. Será un encuentro preparatorio de las elecciones del próximo año, en el que los diferentes responsables autonómicos trasladarán a los asistentes sus experiencias, problemas y soluciones. Cifuentes está convocada a dirigir la palabra al auditorio, salvo cambio de última hora. Un trance muy incómodo, quizás incluso 'con un aire de funeral político', según comenta un diputado andaluz.
El PP está pendiente de lo que pueda ocurrir en la tarde de este miércoles en la Asamblea. El equipo de la presidenta ya ha anunciado que no se se esperen grandes sorpresas ya que Cifuentes ha ofrecido explicaciones 'claras y precisas' sobre el asunto en cuestión. Mariano Rajoy tuvo que pronunciarse desde Argel al respecto. "Es una polémica bastante estéril", comentó a la prensa. Era la primera vez que incurría en este asunto.
La presidenta está débil. Ha pasado por un proceso gripal, aseguran desde su entorno. Ha vivido un auténtico calvario esta Semana Santa. El PP confía en que pueda explicarlo todo. Ciudadanos no parece impaciente por colaborar a su destitución. Pedro Sánchez amenaza con una moción de censura y Podemos ha encontrado este asunto como un regalo para afilar el raído colmillo. En Génova ya hay quien elabora listas de sustitutos. No será Ángel Garrido, el pulcro amanuense que ejerce de número dos de Cifuentes. También en Moncloa se hacen cábalas. Y se airean nombres. Sáenz de Santamaría vuelve a aparecer en ellas. Cifuentes tiene ante sí un futuro algo más que incierto.