Cristina Cifuentes ha pasado en cuestión de semanas de acusadora en el 'caso Lezo´a acusada en el 'caso Púnica' y está decidida, no ya a defender su honorabilidad del fuego amigo del PP, como insinúa su entorno, sino a dejar en evidencia a Ciudadanos, su socio parlamentario, por alinearse con la oposición de PSOE y Podemos en una suerte de "tripartito" madrileño en la sombra, aseguran a Vozpópuli fuentes de su entorno.
Y es que, en la Casa de Correos, sede de la Comunidad, sonaron ayer todas las alarmas al ver cómo el portavoz naranja, Ignacio Aguado, volvía a dejarla políticamente sola y justificaba el voto a favor de C's para que Cifuentes comparezca en solitario el 2 de junio a explicar la adjudicación de la cafetería de la sede parlamentaria a la empresa de Arturo Fernández.
Se considera que con ello, el socio naranja ha cruzado una línea roja a sabiendas de que la presidenta madrileña encara un mes de junio de pasión: además de la cita del 2 de junio, tendrá que comparecer en la comisión de investigación sobre la gestión del Canal de Isabel II, y afronta una moción de censura de Podemos.
El Grupo Popular había solicitado que el 2 de junio, antes o después de Cifuentes, comparecieran once intervinientes en la polémica adjudicación de la cafetería a Arturo Fernández que señalan los guardias civiles de la UCO en su informe: tres diputados del PSOE e IU y ocho técnicos. Pero, para sorpresa de la mandataria madrileña y su equipo, el portavoz de Ciudadanos, Ignacio Aguado, hizo mayoría con socialistas y morados, comentando que si el PP quiere celebrar una sesión adicional "sólo tienen que proponerla".
A Cifuentes no le gustó nada que, sabiendo que el juez Velasco no la iba a imputar, Albert Rivera la pusiera en duda para meterla presión
Cifuentes se sabe un trofeo político de caza mayor para Albert Rivera, ahora que éste ha cogido aire con la defenestración del anterior presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, por un caso de corrupción, pero no está dispuesta a convertirse en un nuevo chivo expiatorio de las estrategias de Ciudadanos para hacerse notar en la política nacional. No le gustaron nada las declaraciones de Rivera metiéndole presión para comparecer, cuando el líder de C's ya sabía que el juez Eloy Velasco no la imputará.
Por eso, en su entorno, no va a permitir que el día 2, y en las otras dos comparecencias que le quedan en este complicado junio político madrileño, Ciudadanos, PSOE y Podemos hagan con ella un "auto de fe", que dijo ayer el portavoz popular en la Asamblea, Enrique Ossorio.
Para la presidenta madrileña es sumamente molesto, reconocen las citadas fuentes, "que después de llevar dos años gobernando solo le pregunten -especialmente Ciudadanos, que es su socio- en las sesiones de control de los jueves por temas relacionados con los gobiernos de Esperanza Aguirre e Ignacio González". "Muy bien debe de estar haciéndolo para que no se le pregunte por su gestión", ironizan.