Ciudadanos, el partido que lidera de Albert Rivera, vive un ascenso muy significativo en las encuestas. ¿A qué se debe el crecimiento de la formación naranja? ¿Dónde están sus límites? Los sondeos previos a las elecciones de 2016 le concedieron un resultado por encima del que obtuvo después en las urnas. ¿Puede repetirse el efecto burbuja? La próxima cita electoral está aún demasiado lejos como para hacer pronósticos fiables. Pero los expertos creen que su crecimiento ahora es más sólido. En el partido trabajan para seguir comiendo terreno por ambos flancos. ¿Con qué obstáculos se encontrarán?
Una lectura superficial atribuye el crecimiento en todas las encuestas al efecto del 'caballo ganador', tras la victoria de Inés Arrimadas en los comicios catalanes del pasado 21 de diciembre. Allí consiguió ser la fuerza política más votada por delante incluso de los independentistas. Pero la subida se lleva detectando desde meses atrás en diferentes nichos del electorado. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sitúa ahora al partido naranja por delante de Podemos y diversos sondeos publicados en los periódicos le catapultan hasta la primera posición, muy por delante del PP y del PSOE.
El triunfo en Cataluña "le ha dado una categoría de capacidad de Gobierno en el resto de España que hasta entonces parecía que no tenía porque no gobernaba en ningún sitio", subraya José Pablo Ferrándiz, sociólogo e investigador principal de Metroscopia. Pero su crecimiento no puede atribuirse sólo a esta circunstancia, que sí ha servido de "catalizador".
"El tema catalán ha favorecido mucho a Ciudadanos, pero también ha mejorado la imagen del Partido Popular", recuerda el director de Investigación y Análisis de Sigma Dos, José Miguel de Elías. Las tensiones internas de los socialistas y el discurso de Podemos sobre Cataluña hacen "que el relato de Ciudadanos tenga consistencia en este momento y que se vea que es un partido que puede optar al Gobierno", añade.
"Desde su aparición, Ciudadanos siempre ha ejercido fuera de periodo electoral como partido refugio de electores descontentos con las opciones políticas que habían votado", recuerda por su parte Ferrándiz. Pero, a diferencia de las generales, de 2016, el miedo del votante conservador a que Podemos llegue a La Moncloa parece estar siendo neutralizado. "Esto facilita mucho el paso de votantes populares a Ciudadanos", recalca.
"En Andalucía volveremos a ver si algo se cumple. Ciudadanos va a ir al alza seguro, veremos si supera al PP. Tienen gran capacidad de ascenso porque beben de las dos orillas. Al estar en el centro, es el partido que tiene más capacidad de crecer. Pero al terminar las campañas es el partido que más sorpresas nos ha dado", resalta Narciso Michavila, presidente de GAD3. Es cierto que Ciudadanos araña en gran medida votos al PP, pero también acapara voto de centro al PSOE e incluso un pequeño porcentaje a Unidos Podemos. A pesar de estar en las antípodas ideológicas, recibe la parte de voto no tan ideológico sino con ansias de cambio que ahora no está conforme con la actuación de los morados durante este tiempo.
El temido efecto souflé
"El marco catalán les ha dado mucha fuerza, pero en los debates que se están planteando ahora mismo ya no lo tienen tan fácil", opina Michavila. "El que tenga una estimación de voto alta en este momento significa que es una fuerza con posibilidades. Pero determinadas circunstancias que pueden hacer que se mantenga o que no", apoya De Elías.
El partido asegura que sus datos internos indican que aquellos que se han pasado ya a sus filas no hacen viaje de vuelta. Y niegan que las reivindicaciones en las calles les puedan penalizar. "Si el debate es la Educación, seguiremos un discurso igualitario. Si es de pensiones, defenderemos como hemos hecho desde el primer día en el Pacto de Toledo la lucha contra la precariedad y el fomento de la conciliación. Tenemos logros y banderas que defender en cada caso. Y lo estamos haciendo con éxito, porque no retrocedemos", apuntan fuentes internas.
La antesala de 2020
Todos los partidos tienen la vista puesta ya en las elecciones autonómicas y municipales de 2019. "Por los datos que tenemos hoy por hoy parecería que el incremento de Ciudadanos es transversal y que va a suceder en muchas regiones y municipios importantes. Y creemos que indudablemente eso le va a catapultar", resume Ferrándiz. "Es una posibilidad que haya un efecto souflé, pero a día de hoy no lo podemos saber. Lo sabremos en seis u ocho meses", opina De Elías.
El gran handicap que le reprochan a Rivera es la falta de implantación territorial del partido frente a las formaciones tradicionales. Por eso han incrementado en los últimos meses tanto la agenda tanto del presidente como de los secretarios General y de Organización, José Manuel Villegas y Fran Hervías, respectivamente. El objetivo es tomar el pulso a los diferentes territorios donde no cuentan con rostros demasiado identificables.
Aunque ello no impide que la gente mencione al partido de Rivera como opción política favorita si se celebrasen elecciones mañana. Algo similar a lo ocurrido con Emmanuel Macron en Francia. "Parecería que la gente no está buscando ahora mismo caras reconocibles -y si lo hacen ya tienen a Rivera y a Arrimadas- y no parece importarle tanto los candidatos", resalta el responsable de Metroscopia, para quien el proyecto que pueden ofrecer prima sobre los cabezas de cartel.
De hecho, entre el electorado socialista son más los votantes que señalan a Ciudadanos como un partido con un proyecto para España que a su propia formación. Precisamente, el partido naranja ha abierto una negociación parlamentaria con los de Iglesias para intentar que el PSOE se avenga a cambiar la actual Ley Electoral sin tener que tocar la Constitución. Todo con el fin de lograr una mayor proporcionalidad del sistema antes de los próximos comicios. Los socialistas se resisten.
La renovación de Rajoy
Al margen de los votos, lo que parece claro es tanto la marca PP como la marca Mariano Rajoy acusan un importante desgaste tanto interno como externo. Antes de las elecciones de 2016, los votantes populares respaldaban de forma mayoritaria la labor política del jefe del Ejecutivo. Ahora todo ha cambiado. "Son más los votantes del PP que evalúan mejor a Ciudadanos y a Rivera que a su propia marca o a su propio líder", resume el investigador de Metroscopia.
A Michavila la pregunta le retrotrae a 2011 y la quiniela sucesoria del expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Para el presidente de GAD3, un recambio podría frenar el desgaste de forma muy efímera. Así que si Rajoy finalmente decide echarse a un lado, deberá hacerlo in extremis. "No lo puede anunciar todavía porque se quema el candidato en un mes". ¿Qué perfil debería tener entonces si quiere frenar a Rivera? "En cualquier caso tendría que ser más joven y que sea hombre o mujer no es determinante", concluye.
Ferrándiz abunda más en el asunto y cree que una opción 'continuista' no tendría demasiado éxito. "Debería ser alguien que apareciera como opción rupturista con Rajoy", advierte, consciente de la dificultad que ello entraña. En cualquier caso, para él no vale el 'dedazo' "mirando a Galicia", es decir, a Alberto Núñez Feijoo.