El presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, ha defendido este jueves su actuación y la del entonces líder de la ANC, Jordi Sànchez, en la protesta ciudadana durante el registro de la sede de la Conselleria de Economía el 20 de septiembre de 2017: "Hicimos lo que debíamos y lo volveríamos a hacer tantas veces como haga falta".
"Manifestarse pacíficamente no puede ser nunca un delito. Aquello también sirvió para poder denunciar que en el Estado español y en pleno siglo XXI se coarta la libertad de expresión de la ciudadanía, así como el ejercicio de derechos fundamentales", ha dicho en una entrevista de eldiario.es recogida por Europa Press.
Cree que será juzgado por "manifestarse cívica y pacíficamente, y por llamar a la participación popular", y cree que el hecho de que se subiera con Sànchez a un coche de la Guardia Civil --desde el que llamó a desconvocar la protesta-- ha sido el pretexto para abrirle una causa judicial.
Además, está orgulloso del papel de la ciudadanía durante 1-O porque fue un "ejercicio de desobediencia civil sin precedentes en la historia reciente del Estado", y ha criticado la falta de acuerdo entre los partidos independentistas a lo largo y después del proceso.
"Que en el seno del soberanismo se discuta por cuestiones a menudo muy insignificantes causa desasosiego entre la población y también a mí mismo. Tenemos que mejorar en sentido de Estado, empatía, generosidad y amplitud de miras", ha reflexionado.
Unidad, no uniformidad
También ha dicho que las tensiones que han aflorado entre los partidos independentistas se deben a un intento de generar división desde fuera de Cataluña y ha pedido al soberanismo unidad, "que en ningún caso quiere decir uniformidad".
"Fortalecimiento de los grandes consensos de país, y radicalidad democrática hasta las últimas consecuencias. En el Parlament reside la soberanía y hay que tener en cuenta también a CatComú y al PSC", ha advertido, y es optimista con que el votante independentista siga respaldando el proyecto que defiende el Govern.
No es tan optimista con su próximo juicio, ya que augura que no será justo, y cree que "todo apunta" a que las sentencias a los dirigentes independentistas serán condenatorias.