Política

Los desplantes más sonados de Sánchez a Felipe VI desde que llegó al poder

La ausencia del presidente del Gobierno de la última recepción al cuerpo diplomático presidida por los Reyes es la última de las sorpresas protocolarias que han salido de La Moncloa. El incremento de roces en los últimos meses pone en guardia a La Zarzuela

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Felipe VI.

Los más veteranos en actos oficiales en el Palacio Real no recuerdan una ausencia como la del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de la pasada recepción al cuerpo diplomático presidida por Felipe VI y la reina Letizia. Fue el último de los desplantes surgidos desde La Moncloa y que han puesto en guardia a La Zarzuela. Vozpópuli enumera los diez feos más sonados desde que el líder socialista llegó al poder.

Retraso en la audiencia de Marivent

En agosto de 2018, apenas dos meses después de llegar a La Moncloa, Pedro Sánchez llegó 50 minutos tarde a su despacho con el monarca en el Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca. La reunión estaba prevista a las 13.00 horas, pero finalmente comenzó casi una hora después.

Antes de volar a Palma, el presidente del Gobierno tuvo un encuentro en Madrid con colectivos del ámbito de la industria y el turismo en el marco de la ronda de contactos que llevó a cabo después de su primera investidura fallida.

Viaje de Estado a Cuba tras el 10-N

La Casa Real se quedó muy molesta con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por imponer un viaje de Felipe VI a Cuba a mediados de noviembre del año pasado. La irritación en Zarzuela se debió, sobre todo, a que no se entendía una visita de este calado con el Gobierno en funciones y tan sólo unos días después de las elecciones del 10-N.

El motivo de la presencia del Rey en Cuba era la conmemoración de 500 aniversario de la fundación de La Habana. La Zarzuela quería dar a la visita un carácter estrictamente cultural, en el que Felipe VI se enfocará en el legado de España en su excolonia, pero el Gobierno impuso que el viaje de los Reyes tuviese carácter de Estado, el máximo en la escala protocolaria.

En el anterior periodo en funciones que se vivió durante la presidencia de Mariano Rajoy se optó por congelar la agenda internacional del jefe del Estado. Por este motivo se aplazaron viajes de calado, como el que los Reyes terminaron realizando más tarde al Reino Unido.

Felipe VI y el ministro Borrell durante el viaje de los Reyes a Cuba.

Sánchez e Iglesias sellan el pacto en pleno vuelo real

El Rey se enteró del pacto de Gobierno entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias al tomar tierra en La Habana. En la Casa Real también causó sorpresa que justo después de las elecciones del 10-N, los líderes del PSOE y de Podemos hablasen de los sillones del Consejo de Ministros que se querían repartir. Todo ello varias semanas antes de que Felipe VI pidiese a Sánchez que se presentase a la sesión de investidura.

Aquel rápido movimiento entre el presidente del Gobierno en funciones y el líder de Podemos supuso un claro contraste con la inacción de la legislatura fallida, en la que el líder del PSOE no movió ningún dedo hasta que el Rey le hizo el encargo de someterse a la investidura en julio.

Consultas regias después del 'peronista' Fernández

La Moncloa intentó convencer a La Zarzuela de la conveniencia de que Felipe VI asistiese a la toma de posesión del peronista Alberto Fernández en Argentina antes de iniciar la ronda de consultas con los partidos políticos de cara a la investidura de Sánchez.

Una petición que fue interpretada en círculos diplomáticos como otro claro guiño a la izquierda bolivariana y, por extensión a Podemos, en plena negociación del nuevo Ejecutivo de coalición. Al final, La Zarzuela impuso el calendario de las audiencias regias, que empezaron el 10 de diciembre -justo el día de la toma de posesión en Buenos Aires-, tal y como adelantó Vozpópuli.

El artículo 99 de la Constitución confiere al jefe del Estado la celebración de estas consultas como paso previo para la propuesta de un candidato a la Presidencia del Gobierno, así que las fechas para ello son una potestad regia. Y el Rey tuvo la última palabra.

Cuatro versiones para el discurso de Navidad

El discurso de Navidad que el Rey dirigió a los españoles la noche del 24 de diciembre pasado hizo hasta cuatro veces el viaje de ida y vuelta entre Zarzuela y Moncloa. El texto, probablemente obra de Álvaro Durántez, politólogo y amigo personal del monarca, fue supervisado por el Jefe de la Casa, Jaime Alfonsín.

La Zarzuela lo remitió al gabinete de la Presidencia del Gobierno y fue devuelto tres veces con no pocos tachones y una recomendación final casi idéntica: “Más suave”, y así hasta que, al cuarto intento, La Moncloa dio la callada por respuesta y en La Zarzuela entendieron que aquella era la versión definitiva. 

El “más suave” tenía que ver con las referencias del monarca al problema planteado por el independentismo en Cataluña. El resultado fue un mensaje a la nación descafeinado, que quedó muy lejos de las expectativas de la población.

La Pascua Militar, encajonada en mitad de la investidura

Los días elegidos para la investidura de Pedro Sánchez, en pleno fin de semana navideño y con un festivo de por medio, dejó a La Zarzuela con la incomodidad de organizar la Pascua Militar del 6 de enero en mitad del proceso de elección del próximo presidente del Gobierno, un hecho sin precedentes en el período democrático.

La Pascua Militar es un acto muy simbólico para las Fuerzas Armadas -recuerda la recuperación de la isla Menorca a los ingleses en tiempos de Carlos III- que está presidido por los Reyes en el Palacio Real y al que asisten el presidente del Gobierno y los ministros de Interior y de Defensa en representación del Ejecutivo.

A nadie se le escapó que un acto institucional de esta categoría no es el mejor escenario para ver a Sánchez en mitad de un proceso de investidura y después de haber perdido la primera votación en la Cámara baja, para la que se exige alcanzar una mayoría absoluta de 176 diputados.

Ataques de Bildu al Rey sin respuesta

La intervención de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, con duras críticas a la Constitución y a Felipe VI en la apertura de la segunda jornada del debate de investidura de Sánchez, acabó en una bronca monumental y gritos de "¡Libertad¡" por parte de la bancada del PP.

Uno de los momentos más polémicos fue su alusión al discurso del Rey el 3 de octubre del 2017 y la calificación de la Constitución como una especie de "cárcel" creada por el "régimen del 78", que Bildu quiere romperlo. "El monarca apeló claramente a conformar un bloque político y mediático capaz de profundizar en la contrareforma autoritaria", dijo Aizpurua.

Sorprendentemente, Sánchez no replicó a las duras acusaciones de la portavoz abertzale contra Felipe VI. En su respuesta, el candidato socialista -que dependía de la abstención de Bildu- evitó el choque con los herederos de la antigua Batasuna. En este sentido, se limitó a recordar que la sociedad vasca es plural y que no se puede diferenciar entre "vascos buenos o malos" por ser o no independentistas.

La lista de ministros, por teléfono

Un plante muy sonado se produjo el 12 de eneroPor primera vez en la democracia, el presidente del Gobierno no fue al Palacio de la Zarzuela a anunciar al monarca la composición de su Ejecutivo de coalición con 22 ministros.

Esta comunicación oficial es preceptiva para que el Rey firme los decretos de nombramiento de los nuevos ministros y aparezcan como corresponde en el BOE del día siguiente, pero en ningún sitio se indica si dicha comunicación tiene que ser de forma presencial o de otra manera.

Eso sí, todos los predecesores de Sánchez en el período democrático habían ido a La Zarzuela para este trámite cuando se daba inicio una legislatura y se ha tenido que nombrar un nuevo Ejecutivo. Casos diferentes han sido algunas crisis de gobierno por una dimisión o cese de un ministro en concreto, en las que a veces el presidente ha comunicado al Rey el nombre del sustituto por teléfono.

La liturgia de esta comunicación se debe a que el artículo 62 de la Constitución indica que al jefe del Estado le corresponde "nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente", de ahí que todos los presidentes hayan pasado por La Zarzuela al inicio de su mandato para entregarle en mano la lista de los ministros. No fue el caso de Sánchez en esta ocasión, a diferencia de junio de 2018 tras la moción de censura que le llevó a La Moncloa.

FelipeVI recibe a Pedro Sánchez en las consultas previas a la investidura.

Única monarquía europea que no estuvo en Davos

La Casa Real española fue la única monarquía europea sin presencia en Davos en el 50 aniversario de este foro económico mundial. El príncipe Carlos de Inglaterra pronunció uno de los discursos inaugurales. La reina Máxima de los Países Bajos acompañó al primer ministro Rutte al cónclave en tierras suizas. Los reyes Felipe y Matilde de Bélgica también asistieron a esta importante cita internacional.

Felipe VI se estrenó en Davos en 2018, cuando pronunció un discurso que tuvo gran repercusión en los medios internacionales porque hizo una cerrada defensa de la Constitución española ante el desafío independentista en Cataluña. Un año después, a Davos solo acudió Sánchez, igual que esta vez.

No va a la recepción con los embajadores

El presidente del Gobierno se saltó la recepción oficial al cuerpo diplomático que se celebró el pasado miércoles en el Palacio Real. Pedro Sánchez anunció a última hora de este martes, a través de La Moncloa, que no asistiría a la recepción de los reyes Felipe VI y Letizia a los 140 embajadores extranjeros acreditados en España.

La recepción al cuerpo diplomático se trata de una ceremonia anual en la que el Rey expone las líneas generales de la política exterior y conversa con los distintos embajadores, y a la que siempre había asistido el jefe del Ejecutivo de turno.

El motivo de la ausencia de Sánchez fue una reunión en Bruselas con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien en los últimos días ha realizado una ronda de contactos preparatorios para la cumbre extraordinaria del día 20 en el que se quieren pactar los presupuestos comunitarios del periodo 2021-27.

Este movimiento de última hora despertó las sospechas de que se trataba de otro desplante al Rey a propósito ya que, curiosamente, esta semana Moncloa no había enviado la agenda del presidente del Gobierno a los medios.

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