La Embajada de España en Buenos Aires ha sido objeto de crítica esta semana en la prensa argentina. A raíz de que el diputado del Frente de Izquierda, Gabriel Solano, denunciase que una plaza pública, denominada Plaza Bélgica, está ocupada "ilegalmente" por el jardín de la oficina del embajador español, algunos ciudadanos porteños se están cuestionando por qué no pueden utilizar ese área.
Para disimular esta ocupación, decidieron poner el nombre de Plaza Bélgica a otra plaza cercana que oficialmente se llamaba de otra manera"
De acuerdo al mapa de la Ciudad de Buenos Aires, la plaza figura como un espacio verde público de 1.109 metros cuadrados de superficie y está ubicada en un área de Protección Histórica, en el barrio de Palermo. Sin embargo, según denuncia el diputado de la izquierda trotskista argentina, ningún vecino puede acceder al lugar porque su perímetro está cercado desde hace años por otro espacio verde privado que actualmente es parte de la Embajada española. Y, por ello, ha pedido una serie de informes a las Cámaras.
Compra en 2003 a Mapfre
"En Buenos Aires, existía una plaza en una finca que limitaba con la Embajada de España. Se llamaba Plaza Bélgica, pero esa finca fue usurpada ilegalmente. Para disimular esta ocupación, decidieron poner el nombre de Plaza Bélgica a otra plaza cercana que oficialmente se llamaba de otra manera", explica a 'Vozpópuli' Solano. Así, el diputado porteño asegura que en la esquina de la Embajada española hay otro espacio verde que, según el mapa oficial, se llama Teniente General Eduardo Racedo, pero "los carteles lo rebautizan sospechosamente como Plaza Bélgica".
La finca fue comprada a Mapfre en 2003 por el Estado y estaba dividida en dos partes: una es el edificio de la Cancillería de la Embajada española en Buenos Aires y la otra era el jardín
Fuentes del ministerio niegan a este diario que la finca ocupe "ilegalmente" ningún espacio público porque, cuando el Estado la adquirió -era propiedad de Mapfre-, el jardín formaba parte de esta finca de carácter "privado". "La finca fue comprada a la compañía aseguradora en 2003 por el Estado y estaba dividida en dos partes. Una es el edificio de la Cancillería de la Embajada española en Buenos Aires y la otra era el jardín. La extensión se limita a la superficie que figura en el registro desde que se adquirió en 2003", defienden las mismas fuentes.
Anteriormente, este edificio era la antigua residencia Larivière, un exponente del academicismo francés que fue construida en 1940 por los arquitectos Juan Manuel Acevedo, Alejandro Becú y Pablo Moreno para Mauricio Renouard de Larivière Le Roger y María Luisa Dose Armstrong. Hoy en día, es la sede de la Cancillería de la Embajada de España en Buenos Aires y parece que va a dar mucho que hablar entre los vecinos de Palermo que, asediados por tiendas de ropa, restaurantes, galerías de arte y locales de cerveza artesanal, cada vez cuentan con menos espacios verdes.