La lucha por la sucesión de Mariano Rajoy al frente del PP ha comenzado. El partido tiene dos grandes favoritas y un tercer aspirante con la capacidad de pescar en río revuelto. Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal son las favoritas. Pablo Casado es el tercer hombre. Ninguno ha querido desvelar sus apoyos, aunque muchos se dan por supuestos. Fuentes cercanas a la candidatura de Cospedal han dejado entrever por ejemplo que Casado rechazó integrarse con ella. Algunos respaldos en general son más codiciados que otros. El del líder del PP gallego Alberto Núñez Feijóo es uno de ellos.
El PP tiene seis aspirantes a la presidencia del partido. José Luis Bayo, José Ramón García Hernández y José Manuel García-Margallo parten sin opciones. Las tres apuestas más sólidas son la terna que forman Cospedal, Sáenz de Santamaría y Casado. Es una una incógnita si las candidaturas más débiles llegarán a la votación del día 5 de julio o se desintegrarán en apoyo de los favoritos. García Hernández, por ejemplo, mantiene una excelente relación personal con Casado. Ambos son diputados por Ávila y comparten trabajo en la Comisión de Exteriores del Congreso.
El PP, partido en dos
El PP está partido por la mitad. Las dos almas están representadas por Cospedal y Sáenz de Santamaría que se han saludado amistosamente en el hemiciclo antes de la tormenta que se avecina. Es cierto que Cospedal es la que controla teóricamente el aparto, pero Sáenz de Santamaría tiene apoyos autonómicos y un equipo consolidad y solvente que le ha acompañado estos siete años en la Moncloa. La ex vicepresidenta ha sido la primera en recibir el respaldo del ex ministro Álvaro Nadal o el líder del PP vasco Alfonso Alonso. En el Congreso ha estado acompañada por la ex ministra Fátima Báñez y el ex jefe de gabinete de Rajoy, José Luis Ayllón. Casado, como él mismo dice, no cae mal nadie. Su candidatura, además de los mensajes de renovación, tiene la virtud de poder nadar entre dos aguas y pescar en el río revuelto que representa el enfrentamiento entre las favoritas.
La campaña arranca oficialmente el sábado 23 de junio y se prolongará hasta el 4 de julio. El 5 de julio, los militantes inscritos previamente y al corriente de pago votarán en urna. Los dos aspirantes más votados se disputarán el liderazgo del partido en el congreso de los días 20 y 21 de julio, en el que los compromisarios elegirán finalmente al nuevo presidente del PP. Ningún aspirante ha criticado de momento al resto. Las presentaciones han sido de guante blanco, reivindicando el legado de Rajoy y lanzando distintos mensajes de unidad tanto a la militancia como al electorado en general.
Pero el proceso que conduce al congreso extraordinario es inédito en la historia del partido, porque implica de alguna forma la celebración de primarias: un militante un voto. La capacidad de los afiliados de desafiar al aparato quedó de sobra manifiesta en la victoria de Pedro Sánchez sobre Susana Díaz en las primarias del PSOE hace ahora un año. Es cierto que el caso del PP no es exactamente el mismo. La última palabra es de los compromisarios, que están generalmente controlados por los distintos aparatos autonómicos.
El voto de los militantes, sin embargo, cambia por completo las reglas del juego. Por eso, y a diferencia de otras ocasiones, ningún barón de los importantes se ha posicionado abiertamente a favor de algún candidato. Feijóo, cuya renuncia dejó helado a buena parte del PP, es uno de los apoyos más codiciados. Y fuentes del PP gallego no descartan que el presidente de la Xunta se posicione.
"De entrada, vamos a ver todos los candidatos y escucharemos sus proyectos", dice una persona del entorno más próximo a Feijóo.
El PP, territorio a territorio
Feijóo va por libre y su renuncia a la carrera por la sucesión de Rajoy le da un plus de legitimidad ante la militancia si decide apoyar a algún aspirante. Al margen de Galicia, Cospedal tiene a su favor en el reparto de poder interno es la tenencia de territorio propio, que es Castilla-La Mancha. La secretaria general del PP, que dejará el cargo para afrontar la campaña, también controla Asturias, Aragón y Cataluña y Madrid con dificultades. Saénz de Santamaría tiene más peso en el País Vasco y sobre todo Andalucía, un territorio clave por su número de afiliados.
A partir de ahí, hay bastantes incógnitas. Comunidades como Cantabria y Valencia, con graves problemas orgánicos, no se han decantado claramente. En Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco se incline probablemente por el candidato que apoye el todavía vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo. Y en La Rioja hay división de opiniones debido a la pugna entre el presidente de la región José Luis Ceniceros y la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra.
Casado, por su parte, tiene apoyos más transversales y probablemente los vicesecretarios más jóvenes como Javier Maroto o Andrea Levy estén con él. Casado ha explicado que su candidatura no busca diluirse en otra y que su objetivo es llegar al congreso y ganarlo. Los candidatos irán desvelando sus equipos en los próximos días.