La mayoría de las fuerzas separatistas en el Parlament de Cataluña depende de la decisión que tome el diputado huido Toni Comín en los próximos meses. Comín, que está en Bélgica, no fue suspendido de sus funciones por el juez Pablo Llarena en su auto de julio porque tiene un recurso de reforma pendiente de resolución antes de ser formalmente procesado.
Su estrategia de defensa, que dirige el abogado Gonzalo Boye, ha sido ligeramente diferente a la de otros fugados. Cuando se resuelva el recurso, las apelaciones pertinentes y el Tribunal Supremo casi con toda seguridad le suspenda, Comín -de ERC pero muy alejado de su disciplina- tendrá la opción de acogerse a la fórmula del diputado sustituto que utiliza Oriol Junqueras para delegar su voto o rechazar la legitimidad del Supremo como ha hecho Carles Puigdemont. La elección de Comín determinará si el separatismo recupera la mayoría de escaños en el Parlament que actualmente ha perdido.
Empate a 65
La ruptura entre Puigdemont y ERC a cuenta del voto delegado ha dejado al independentismo en minoría. El Parlament está dividido en dos bloques de 65 diputados cada uno -Ciudadanos, PSC, Catalunya en Comú y PP, de un lado; y JxCat, ERC y la CUP, de otro-. Estos dos bloques son heterogéneos y antagónicos entre sí en algunas votaciones. Pero la negativa de Puigdemont a acatar la suspensión ha expuesto a las fuerzas independentistas a ser continuamente derrotadas.
Comín no vota actualmente. El diputado podía delegar su voto mientras estaba pendiente el proceso de euroorden en Bélgica. Una vez resuelto y sin causas pendientes con la justicia en Bruselas, el diputado ya no puede cederlo porque no hay una "incapacidad" -según la terminología del reglamento parlamentario- que le impida viajar a España. Su situación procesal está a la espera de un recurso de reforma. Estos recursos son generalmente rechazados.
"El auto de procesamiento no ha podido ganar firmeza respecto de ellos (Serret y Comín)", dice el auto de Llarena de julio. Boye utilizó la misma estrategia con los dos clientes. Así que una vez el procesamiento gane firmeza en las próximas semanas, Comín pasará a estar suspendido como el resto de sus compañeros y deberá elegir entre la opción posibilista de Junqueras, que devolvería la mayoría a las fuerzas separatistas -66 frente a 65 escaños- o la rupturista de Puigdemont.
Comín va por libre
"Comín va por libre. Nadie sabe lo que va a hacer". Así lo reconocen fuentes del Parlament de Cataluña. La lógica indica que Comín, diputado de ERC, se someterá a la disciplina de Junqueras. Pero el ex conseller se ha distanciado mucho de la formación republicana y su fuga le ha unido mucho a Puigdemont. Los mensajes de texto en los que el ex presidente admitía que les habían "sacrificado" y que captó el programa de Ana Rosa iban dirigidos a Comín. Y la amistad que han trabado en este año de huida les ha unido políticamente.
"Comín está mucho más cerca de las posiciones rupturistas de Puigdemont que de las pactistas de Junqueras", dicen estas fuentes. "A pesar de todo, lo lógico sería que mantuviese la línea de ERC y el separatismo recuperase la mayoría simple en la cámara".