La dirección nacional del PP aprieta a sus dirigentes regionales. Les demanda el último esfuerzo para movilizar a sus simpatizantes, en especial en los feudos tradicionales donde temen una cierta desidia, un desestimiento ante la cita crucial del domingo. Castilla y León, Galicia, Comunidad Valenciana, Murcia, son regiones donde el voto popular siempre se ha conseguido excelentes resultados en unas elecciones generales y confían no desfondarse en esta oportunidad crucial. Se intensifican los mensajes desde Madrid hacia sus terminales en estas comunidades, para lograr el último arreón.
Las organizaciones territoriales estaban en 'chip' para las elecciones autonómicas y locales del 26-M, y han debido cambiar su estrategia y sus agendas a toda prisa, un volantazo de vértigo al que no todos han sido capaces de adaptarse, pes ea la buena voluntad o la indudable entrega. El PP, también, ha tenido que superar el cambio en su estructura, en su dirección y en sus mandos intermedios propiciados por el relevo en el vértice de la formación. "Se han juntado demasiadas cosas y todavía hay mucha gente que no las ha asimilado", dice un diputado levantino.
No es la 'España vaciada' donde han de buscarse estrictamente estos votos imprescindibles, sino en esos cónclaves que siempre han votado PP. Andalucía es una región fundamental para esta cita con las urnas. "Las cosas pintan bien allí, a la espera de ver qué pasa con Vox", señala un veterano del lugar.
Superar lo que anuncian los sondeos, es el objetivo. "Es posible alcanzar los 90 escaños y hasta llegar a los cien, si nuestra gente se mueve", comentan. Ha de hacerlo en la dirección adecuada, y "no hacia Vox, claro", añaden. Casado es el más optimista de su equipo. Confía no sólo en alcanzar ese listón de los cien diputados, sino incluso superarlos. Ve mucho más cerca la posibilidad de que las tres formaciones de centroderecha sumen lo suficiente para poder gobernar con un acuerdo 'a la andaluza'.
Pisar el acelerador
De ahí esta última exhortación a sus barones territoriales para que mantengan la tensión de la campaña, porque "es posible conseguirlo", les animan desde la sede nacional, donde se perciben muestras de una remontada anímica en sus filas, tras algunos momentos de cierta inquietud y preocupacióon. "Ha sido una campaña muy larga y, desde luego, hemos pasado por baches muy serios", apuntan estas fuentes. Las declaraciones inoportunas de Adolfo Suárez, la traidora fuga de Garrido, las manipulaciones de ciertos medios... han sido puntos negros. A favor, el inagotable entusiasmo de Casado, el fichaje de Cayetana Álvarez de Toledo y, el golpe final con la incorporación de Leopoldo López, una bofetada a Ciudadanos que lo consideraba uno de los suyos.
El equipo de campaña de Casado teme perder fuelle en la vieja Castilla, bastión popular donde se predice la entrada de Vox. O en Galicia, donde también incluso puede Ciudadanos pescar algún diputado. En la Comunidad Valenciana el pulso va a ser aún más duro. Casado, en su agotadora campaña, en la que ha recorrido todas las comunidades españolas, se ha volcado en estas zonas, en especial en Valencia, el segundo feudo tradicional del PP después de Madrid, donde Rivera y Abascal también acarician buenos resultados.
"Es posible ganar, podemos ganar", ha asegurado Casado en sus mítines del esprint final. El resultado de los debates le ha insuflado un espíritu ganador. Teodoro García Egea, su número dos, también es optimista ante el resultado del domingo. No todos en la sede nacional del partido comparten ese entusiasmo. Hay un recelo evidente ante el inclemente aterrizaje de Vox, que podría desbaratar estos planes de mantener el voto en las comunidades donde siempre se impuso el PP.