La cabeza de lista del PP al Congreso por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, ha firmado ejemplares de la Constitución en la carpa que su partido ha instalado con motivo de la Diada de Sant Jordi, una jornada, en plena campaña electoral, en la que las calles se han llenado de personas en busca de un libro y una rosa.
Después, al presentar la reedición del libro de Andrés Trapiello 'Las armas y las letras', Álvarez de Toledo ha dicho que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es la cabeza de una involución democrática y una ruptura del Estado constitucional, y que otro ejecutivo socialista significará la implosión y atomización de España y "un periodo de gran incertidumbre".
Álvarez también ha criticado el discurso de Sant Jordi del presidente de la Generalitat, Quim Torra, por "pretender contaminar" esta fiesta, ya que Torra ha recordado a los soberanistas encarcelados y en el extranjero y ha pedido en inglés a la comunidad internacional involucrarse.
Para ella, demuestra que el nacionalismo es "como una peste que va contaminándolo todo y fracturándolo todo a su paso. La única novedad quizás este año es el grado de cursilería que contiene esa carta".
También cree que se pretende reflejar la existencia de dos bandos equiparables, uno constitucionalista y otro rupturista, junto a un espacio liderado por Pedro Sánchez que busca el punto medio: "Una inmensa falacia. No hay dos bandos equiparables, no hay un punto medio entre Constitución e involución".
"Guerracivilismo"
Ha definido el 'guerracivilismo' como la principal irracionalidad española porque sirvió al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero "como coartada para cargarse los consensos constitucionales; es la médula del proyecto regresivo de Iglesias, y explica que otro pequeñoburgués se señale con el puño alto", en referencia a Sánchez.
También cree que el 'guerracivilismo' ha sido fundamental en la "decadencia" de Cataluña, y ha criticado el debate sobre los restos de Franco y sobre las placas conmemorativas.
"Todo este debate sobre el Valle de los Caídos y las placas es realmente no entender el valor de los monumentos históricos, que no es reflejar lo que somos, sino lo que fuimos. Es un recordatorio de lo que España fue y de lo que es hoy, de la impresionante transformación hacia un país abierto", ha argumentado.
Y ha dicho a los que piden "monumentos a la reconciliación" que lo que deberían hacer es defender lo que según ella es el principal monumento a la reconciliación: la transición española.