Francesc de Carreras (Barcelona, 1943) sigue de cerca la actualidad política con la plataforma constitucionalista 'La España que reúne', que recientemente se ha posicionado a favor de un acuerdo de gobierno entre PSOE, PP y Ciudadanoss, el partido que ayudó a fundar hace 15 años en Cataluña. Acaba de publicar 'Crónica de un año perdido' (Espasa), una recopilación de sus artículos de opinión publicados en el diario El País durante el último año, el más convulso de la formación naranja.
El que fuera 'padre político' de Albert Rivera sostiene que Cs tuvo una oferta en febrero del Gobierno de Sánchez para buscar un pacto después de las generales de abril, pero que la mano tendida se descartó. Ahora prefiere volver a las urnas a tener un "mal Gobierno entre el PSOE y Podemos". Pero, sobre todo, le preocupa que desde el Ejecutivo se admita la existencia de un "conflicto político" en Cataluña ya que le recuerda al lenguaje que tenía Batasuna en los tiempos de la banda terrorista ETA.
¿Qué espera de esta legislatura en la que el centro político aparece reducido casi a la mínima expresión?
Será una legislatura breve e improductiva si no hay un Gobierno de concentración entre los partidos constitucionalistas o centrales, en la forma que sea, con PSOE y PP, sobre todo, y con lo que queda de Ciudadanos.
¿Ve manejable en el Congreso la actual aritmética parlamentaria?
No. Se ha complicado tanto, hay tantos grupos políticos, con un Grupo Mixto fraccionado hasta los límites. La falta de entendimiento para un Gobierno de partidos centrales hace que sea un Parlamento de muy difícil manejo.
Llegados a este punto, ¿ve en el horizonte unas terceras elecciones?
Nadie las desea. Crecería la desafección en la política. Probablemente, disminuiría el voto y lo tendrían merecido los partidos más decisivos. Quizás crecerían los partidos pequeños territoriales, como es el caso de Teruel Existe. Yo espero que no pase, pero antes que un mal Gobierno, quizás unas terceras elecciones harían reflexionar a quien debe reflexionar y lograr unos acuerdos viables.
¿Se está refiriendo a Pedro Sánchez?
Así es. Lo importante es establecer un programa político detallado que sea coherente. A partir de ahí, se gobierna como es debido ateniéndose a ese programa. Y si no se cumple, se tiene que ir a unas nuevas elecciones que, en todo caso, serían un año después (del 28-A).
No me extrañó la dimisión de Rivera por la responsabilidad que tenía en la deriva de Ciudadanos del último año
¿Qué opinión le merece el avance negociador entre el PSOE y ERC?
Déjame que lea una frase de Sergi Sabrià, presidente del grupo parlamentario de ERC en el Parlament de Cataluña: “Nosotros no vamos a engañar a nadie. A esa mesa de negociación iremos con la amnistía y el derecho de autodeterminación”. La amnistía no existe en el ordenamiento español salvo en casos muy excepcionales y tampoco existe el derecho de autodeterminación para Cataluña en el derecho internacional.
¿Le preocupa que se hable desde el Gobierno de la existencia de un “conflicto político” en Cataluña?
Preocupa sobre todo porque es el lenguaje de Batasuna de hace 20 y 30 años. Un conflicto político del cual se deriva que hay que hacer un pacto político que sea al margen de la Constitución y las leyes. Esto claro que me preocupa. Fue imposible en el País Vasco y creo que aquí también. Estamos en un Estado de Derecho y si lo dejamos de estar, entramos en una situación gravísima y peligrosísima.
Da la sensación de que algunos quieren refundar el sistema creado en 1978 tras la Transición.
En la formación de este Gobierno, en el que Podemos entra para ocupar ministerios y otros como ERC tienen que apoyar externamente con la abstención o con lo que sea, se presta mucha atención a ERC pero no a Podemos, como si fuera un socio normal de gobierno para el PSOE.
¿Puede abundar en ello?
Podemos es un partido de naturaleza distinta al PSOE, que es social-demócrata clásico. Podemos es un partido populista. O sea que no son dos partidos de izquierda que puedan entenderse, sino de naturaleza distinta. Y es muy difícil de manejar como hemos visto en otros países, ya que (los populistas) están dispuestos siempre a cambiar de opinión si a ellos les conviene. No son socios fiables en ningún caso.
¿Cómo vivió la catástrofe electoral de Ciudadanos?
Lo viví como algo normal, no me extrañó. Casi nunca acierto en los resultados electorales, pero esta vez sí que acerté. Las encuestas daban 20 o 30 diputados y yo veía 10 o 12. Cuando se baja tanto en votos, repercute mucho más en escaños por culpa del sistema electoral. Aún así Ciudadanos ha recibido 1,6 millones de votos, con una caída del 60%. No está nada mal, pero claro en escaños ha perdido mucho. Quizás tuvo suerte en abril por los restos y ha tenido mala suerte ahora como el partido de Errejón, Más País.
¿Y cómo encajó la dimisión de Rivera?
No me extrañó tampoco por la responsabilidad que tenía en la deriva de Ciudadanos del último año.
En abril, cuando se fue de Cs, tuvo una reunión con Rivera. ¿Qué le dijo?
Fue a las pocas semanas, pero no sobre esto (su baja de Cs). Ni siquiera tratamos el tema. La reunión fue a cuatro, Rivera y tres más. Fue una comida aplazada desde enero.
Le dijimos que se equivocaba, pero Rivera estaba muy obcecado en sus ideas y lo fue demostrando
¿Le alertó de la situación a la que se exponía Ciudadanos?
Sí, yo y los otros dos (comensales). Le dijimos que creíamos que se equivocaba pero (Rivera) estaba muy obcecado en sus ideas y lo fue demostrando.
¿Es verdad que Rivera les adelantó que si fallaba en su apuesta, se iría a su casa?
Sí, en un momento dado nos dijo: “Si me equivoco, dimitiré”.
Con lo cual, ¿no le sorprendió el paso dado al día siguiente del 10-N?
Exacto.
Alguien del Gobierno buscó complicidades para que Ciudadanos votara al PSOE
¿En qué se basa para decir que el PSOE ofreció un pacto de gobierno a Ciudadanos con esos 180 escaños?
Porque lo supe en un momento dado, que alguien del Gobierno buscó complicidades para que Ciudadanos votara al PSOE.
¿En qué momento fue ese acercamiento?
En febrero, antes de convocarse elecciones, aunque ya se sabían que iban a ser en abril. Fue en el interregno aquel.
¿Ya había pasado la ‘foto de Colón’?
Sí, cuando se vio que Ciudadanos quería encabezar la derecha en la ‘foto de Colón’. Fue poco después de esto. El PSOE empezó a pensar ahí que no podía contar con Ciudadanos.
¿Ese tanteo fue directamente con Rivera?
No, fue con una tercera persona, aunque supongo que con Rivera también lo haría en el Parlamento.
¿Y cuál fue la respuesta de Ciudadanos?
Por lo que sé hubo respuesta, pero no sé en qué términos.
El potencial que puede tener todavía Ciudadanos es que hay un espacio de centro en España que mucha gente lo ve como necesario
¿Qué papel cree que va a tener Ciudadanos en esta legislatura?
Pues muy reducido con 10 diputados en el Congreso, que es lo importante al ser el centro de la política española. Así que por número de diputados, muy poca influencia. El potencial que puede tener todavía Ciudadanos es que hay un espacio de centro en España que mucha gente lo ve como necesario. Quizás es más de lo que le tocaría por estos 10 diputados.
¿Terminará Ciudadanos engrosando las filas del PP como pasó con el CDS de Suárez?
Ciudadanos como tal, por supuesto que no. Puede que miembros de Cs se vayan al PP, al PSOE o a otros partidos. Lo más normal es mantenerse.
Llegados a este punto, ¿ve necesaria una refundación del centro político y que se pase a un nuevo partido sucesor de UPyD y Ciudadanos?
Hay un espacio en el que mucha gente de España se reconoce en este centro. Sobre todo, si el PSOE, en su alianza con Podemos, se va muy lejos de la que ha sido la tradicional del PSOE durante tantos años. Ese espacio existe, pero formar un partido es muy difícil.
Y bien que lo sabe pues estuvo en la fundación de Ciudadanos...
Vox ahora ha salido pero fue creado en 2013. Ciudadanos, cuando ha empezado a tener importancia a nivel nacional, hacía tiempo que se había creado en Cataluña. Un nuevo partido no lo veo. Sí es más fácil una revitalización de Ciudadanos si sigue en el giro que Inés Arrimadas le ha dado esta misma semana.