Si esta mañana fue con un Edmundo González Urrutia callado, cohibido por su situación de peticionario de asilo en España y, en cierta manera, en manos del Gobierno de Pedro Sánchez; esta tarde ha sido con el alma de la oposición venezolana, María Corina Machado. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha escenificado su sintonía con la oposición venezolana con sendos actos en Madrid que confirman su compromiso por derribar al régimen de Nicolás Maduro, atrincherado en el poder desde el pasado 28 de julio. "Zapatero ha trabajado para que Edmundo se fuera, yo trabajaré para que se vaya Maduro", ha contrapuesto la posición del primer partido de la oposición con la del Ejecutivo, que justifica su tancredismo bajo la excusa de la cautela.
"Hasta los amigos del régimen venezolano aquí en España, algunos de ellos que han compartido esta sala hace unos días, están desconcertados, y silenciosos, y avergonzados, diría yo", ha dicho Feijóo durante su conversación telemática con la líder de la oposición venezolana, conectada desde la clandestinidad de Caracas. Buscaba así el líder popular poner en la diana al expresidente del Gobierno –fue Zapatero quien hace dos días presentó su libro en el Ateneo– por su papel de mediador con el régimen. No obstante, María Corina Machado, prudente, ha evitado la alusión directa al exlíder socialista.
La conversación, larga, con algunas problemas técnicos por la mala conexión de la líder opositora, ha tenido su punto álgido cuando Feijóo ha pedido al Gobierno que lleve a Maduro ante la Corte Penal Internacional. "No se puede ser tibios en un momento histórico como este", ha justificado. "El resultado de ser tibios, equidistantes, es un régimen que ha durado 20 años allí", ha zanjado el líder del PP en presencia de buena parte de su bancada y de la oposición venezolana exiliada en Madrid, encabezada por el exalcalde caraqueño Antonio Ledezma.
Feijóo, además, ha asegurado que, tras impulsar el reconocimiento de Edmundo González Urrutia como "presidente electo y legítimo" de Venezuela en el Congreso y en el Parlamento Europeo, va a "redoblar la presión diplomática en el resto del mundo". En este sentido, el líder de la oposición ha pedido a las empresas españolas en Venezuela que corten su relación con la dictatura de Maduro. "Aquellas empresas que están colaborando con Maduro que se equivocan. Las empresas que crean riqueza en un país siempre son bienvenidas, pero las empresas que financian los regímenes autocráticos no están trabajando para el pueblo ni para crear riqueza, están trabajando exclusivamente para un régimen", ha censurado el líder del PP en una reclamación, hasta ahora, inédita en su discurso.
El cambio, "absolutamente irreversible"
Todavía quedan más de 100 días para el próximo 10 de enero, la fecha marcada en rojo en el calendario de oposición venezolana en que el próximo presidente de Venezuela tomará posesión del cargo. Al respecto, María Corina Machado se mostró optimista, asegurando que el cambio político en Venezuela es "algo absolutamente irreversible". La líder opositora habló de "transición", pero no mencionó expresamente la Transición española como sí ha hecho en otras ocasiones. "Vamos a hacerle sentir a Maduro que el costo de quedarse es mayor que el de largarse", arengó a un auditorio moteado con banderas venezolanas, a 7.000 kilómetros de distancia.
La impulsora de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), además, recordó las manifestaciones convocadas para este sábado, 28 de septiembre, en más de 400 ciudades en todo el mundo. "Madrid se ha convertido en ese emblema de lo que es esta fase de lucha", ha destacado, habida cuenta de la gran presencia de compatriotas, éxodo de alto, medio y bajo nivel social, en la capital española. Por ello, Machado habló de diputados populares como Cayetana Álvarez de Toledo y Miguel Tellado como "amigos" y "aliados en la lucha".