De origen catalán y bien visto en el Palacio de la Zarzuela, el PSOE y el PP. Si hay un teniente general que concita consenso para ser el próximo jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) ese es Miguel Ángel Villarroya Vilalta, nacido en La Galera (Tarragona) en mayo de 1957 y que cuenta con una dilatada experiencia, tanto en destinos nacionales como internacionales.
La renovación de la cúpula militar no es un asunto urgente para el actual Ejecutivo pero si Pedro Sánchez logra formar Gobierno en las próximas semanas o meses, es muy posible que dicho paso se dé en el primer semestre de 2020. Los últimos cambios se llevaron a cabo en marzo de 2017, bajo el mandato de Mariano Rajoy, y a pesar de que sólo han pasado dos años y medio de los últimos nombramientos, en círculos políticos y castrenses se da por sentado que el nuevo presidente del Gobierno elegirá a un nuevo Jemad.
Cada vez que se renueva la cúpula militar se aplica la regla no escrita de la rotación entre los tres Ejércitos y ahora toca que el próximo Jemad, el puesto por el que sueña todo militar cuando entra en las Fuerzas Armadas, salga del Ejército del Aire.
De la mano de Cospedal
La opción de Villarroya es la de mayor peso por su actual cometido de jefe del gabinete técnico de la ministra de Defensa, Margarita Robles, un puesto clave dentro del Ministerio. Sólo le hace sombra para el futuro cargo de Jemad el actual jefe del Mando de Apoyo Logístico del Ejército del Aire, Miguel Ángel Martín.
Villarroya accedió a su actual desempeño en Defensa en tiempos de la antecesora de Robles, María Dolores de Cospedal, por lo que ha dado muestras de saber trabajar con responsables del PP y PSOE, un aspecto siempre valorado entre los políticos.
El Ministerio de Defensa tiene una complejidad orgánica que le diferencia del resto de ministerios. El titular de la cartera cuenta con un gabinete civil -a cuyo frente está ahora la exsecretaria general del CNI, Esperanza Casteleiro- y otro técnico, compuesto por profesionales de las Fuerzas Armadas, generalmente oficiales generales.
Este puesto de jefe de gabinete técnico de la ministra no es rotatorio entre ejércitos, como ocurre en otros cargos castrenses, por lo que Robles podría haber prescindido del general Villarroya cuando llegó a Defensa. Lejos de ello, la ministra socialista le confirmó en su puesto y últimamente ha destacado a sus más allegados el buen hacer de este alto mando del Ejército del Aire, sobre todo en las cuestiones más espinosas como fue la gestión del expediente de los oficiales en la reserva que firmaron un manifiesto franquista.
Los últimos jefes del gabinete técnico fueron dos teniente generales del Aire –los hermanos Lens Astray–, seguido del almirante Javier Pery y, de nuevo, otro teniente general del Aire, Javier Salto, quien desde ese puesto dio el 'salto' a su actual cometido como jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire (Jema) por decisión del Gobierno de Rajoy.
Piloto del rey Juan Carlos
En el nutrido currículo de Villarroya consta su paso por el Grupo 45, destinado a transporte de autoridades, donde fue instructor personal del rey Juan Carlos. Previamente estuvo en los Balcanes en diversas funciones y a principios de los noventa participó en la operación internacional aliada para la liberación de Kuwait, así como en la evacuación de civiles de la guerra civil en Ruanda.
El general Villarroya ha realizado un total de 9.500 horas de vuelo como piloto, ha desempeñado puestos de mando en la OTAN y ha sido analista de Inteligencia en el Cuartel General del mando aéreo sur de la Alianza Atlántica, con sede en Nápoles.
En el ámbito nacional, ejerció como jefe de Fuerzas Aéreas entre 2000 y 2005 en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) y, en esta misma unidad, como su jefe desde 2005 hasta 2011. Tras ello fue elegido jefe de la Secretaría General del Estado Mayor del Aire y más tarde subdirector del Grupo Aéreo Europeo, con sede en High Wycombe (Reino Unido). Su último destino antes de llegar a Defensa fue el cargo de jefe del Mando Aéreo de Canarias.