Pablo Casado y Andrea Levy, vicesecretarios del PP, salieron este fin de semana en defensa de Isabel Bonig ante los rumores sobre su incierto futuro. "Tiene experiencia, es una política brillante, es buena persona y lleva la bandera de los valencianos allá donde va", señaló el portavoz de los populares. Andrea Levy, también desplazada a la región, señaló que es una mujer que "está al frente y da la cara, no como la señora Oltra, siempre en la sombra".
La dirección nacional del PP ha creído oportuno mostrar su indiscutible apoyo a la líder del partido en la Comunidad Valenciana ante las distintas versiones difundidas sobre su dudosa continuidad al frente del proyecto. Casado y Levy no tuvieron reparos en respaldar a Bonig y en reforzar su posible candidatura en las elecciones autonómicas de 2019.
La dirección nacional del PP es consciente de que su partido en la región está sumido en todo tipo de turbulencias, herencia de los escándalos de corrupción que han laminado su imagen. Ciudadanos se atraviesa ahora por una crisis profunda: cuatro de sus diputados valencianos han confirmado que se dan de baja del partido y abandonan el grupo parlamentario, que se queda en tan sólo nueve escaños.
"Quienes están en crisis son otros". En el PP de la Comunidad Valenciana se ha iniciado un proceso de regeneración, que dirige Bonig, y que está en el buen camino, señalan las fuentes de Génova. El problema es que en Valencia, tanto en la ciudad como en la provincia, ha habido que imponer a sendas gestoras, dada la imposibilidad de lograr una candidatura de unidad que dejara atrás las rencillas del pasado. "Un partido en estado de excepción, sin liderazgo ni gobierno", señalan en la oposición.
La fractura de Ciudadanos se ve como una oportunidad para que el PP recupere los votos que ha perdido en esa zona. De ahí la importancia de subrayar el liderazgo de Bonig y el esfuerzo de la cúpula nacional por resaltarlo.
Dudas sobre la candidatura
Bonig está siendo objeto de un durísimo 'fuego amigo', hasta el punto de que se daba por hecho que en Génova ya no se contaba con ella para el futuro. Surgió entonces el nombre de María José Catalá, que en su día fue portavoz del Gobierno de Alberto Fabra y que ahora ocupa el número dos en el grupo parlamentario. Bonig reaccionó a estos bulos con prudencia y firmeza. Nadie en la dirección nacional entró al trapo.
En el PP se considera que es el momento de transmitir una idea de unidad y de cohesión, en las antípodas de lo que ocurre por ejemplo tanto en el partido naranja como en el PSOE valenciano, con enormes tensiones con la dirección nacional. Ximo Puig ha logrado vencerle el pulso a Pedro Sánchez, pero su continuidad al frente de la formación también es objeto de todo tipo de cábalas.