Definitivamente, la de las elecciones generales del 10 de noviembre puede acabar siendo una de las campañas más atípicas en 40 años de democracia. A día de hoy, ninguno de los cuatro ex presidentes vivos va a participar en ella y quedan solo cinco semanas para una cita con las urnas que será determinante en el fin del bloqueo político que vive España.
El socialista Felipe González, muy crítico con la deriva de los acontecimientos ya desde junio porque no veía salida -mandó a Pedro Sánchez y al resto de líderes "al rincón de pensar"-, tiene ya decidido que no va a hacer ningún acto del PSOE, explican a Vozpópuli fuentes próximas al histórico líder del partido; y su sucesor en el partido, José Luis Rodríguez Zapatero, no ha sido incluido en la agenda de Ferraz pero no descarta estar presente.
"De momento, no tiene nada previsto, pero surgiran cosas", vaticina una fuente muy próxima al único dirigente del viejo PSOE que mantiene una relación fluida con Sánchez tras un pésimo comienzo por el rechazo del hoy presidente del Gobierno contra la reforma del artículo 135 de la Constitución; y, sobre todo, por la clara apuesta que hizo Zapatero a favor de Susana Díaz en las primarias para la Secretaría General.
Aznar y Rajoy tampoco tienen nada en agenda y desde el PP se justifican: "No hay peticiones" de los territorios para que participen en la que puede ser la campaña más rara de la democracia
Por la parte del PP, los ex presidentes del Gobierno José María Aznar y Mariano Rajoy tampoco tienen previsto, a día de hoy, estar en mítines de la precampaña y la campaña del partido junto a Pablo Casado o en solitario, que es lo que suelen hacer las dos grandes formaciones políticas españolas para optimizar el impacto del apoyo de sus exlíderes.
"No hay peticiones de los territorios" para que participen sus ex presidentes, admiten a este periódico fuentes de la dirección popular. Y como, tradicionalmente, tanto en el PP como en el PSOE el asunto va de abajo a arriba, es decir, son los dirigentes locales los que solicitan presencia nacional en los mítines, la imposición de su presencia resultaría rara.
Según otras fuentes socialistas y populares, esta campaña es "rara" por su propia naturaleza: es una repetición de comicios el 10 de noviembre para la cual se va a poner en marcha, por vez primera el acortamiento de los plazos, de 54 a 47 días desde que el Rey convoca las elecciones. "Y eso también influye. No hay ambiente electoral todavía", reconoce un miembro de la Ejecutiva socialista.