La localidad vizcaína de Ermua ha rendido este jueves homenaje al edil del PP Miguel Ángel Blanco y al peluquero Sotero Mazo, ambos asesinados por ETA hace 22 años y 38 años, respectivamente, en un acto al que se han sumado todos los grupos políticos del Ayuntamiento, así como representantes de otras instituciones.
Durante el homenaje, el alcalde de Ermua, el socialista Juan Carlos Abascal, ha denunciado que "todavía existen personas y colectivos que siguen haciendo homenajes a los presos de ETA", y ha reivindicado que la construcción de "un futuro distinto" que no puede hacerse "sobre la base del olvido del pasado".
El Ayuntamiento de Ermua ha convocado este acto de homenaje en el monolito a las víctimas del parque San Pelayo, al que han acudido el delegado del Gobierno en el País Vasco, Jesús Loza, la directora de Víctimas y Derechos Humanos del Gobierno Vasco, Monika Hernando, el director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, y una de las hijas del dirigente socialista asesinado por ETA Fernando Buesa, entre otros.
Presencia de Bildu
El acto ha contado con la presencia de representantes de todos los grupos políticos municipales, incluido EH Bildu, y se ha abierto con la intervención del alcalde, Juan Carlos Abascal, que ha denunciado que, tanto en el caso de Miguel Ángel Blanco como en el de Sotero Mazo, "asesinaron con una crueldad inexplicable, desconcertante, a personas sencillas". Según ha recordado, eran dos personas "con orígenes humildes, con orígenes cántabros y gallegos, y que son el reflejo de la diversas, pluralidad, la multiculturalidad de nuestra tierra".
El regidor socialista ha denunciado que, en ambos casos, "se saltaron el derecho más básico y fundamental: el derecho a la vida, sin el cual no existe ningún derecho más". En cualquier caso, ha subrayado que, en Ermua, "ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco y a Sotero Mazo, pero no consiguió sus objetivos totalitarios ni nos arrebataron nuestra dignidad".
Abascal ha reivindicado, además, que "no podemos seguir permaneciendo en silencio" ante los fascismos y "tenemos que tener la ilusión, la convicción de querer construir un futuro distinto".
"Tenemos que convivir y ése es el compromiso que tenemos que adquirir: dejar una sociedad mejor a nuestras generaciones venideras, pero no lo podemos hacer sobre la base del olvido del pasado, precisamente para no reproducir los errores que el fascismo y el fanatismo ya han provocado", ha señalado.