“El impacto del coronavirus fue enorme. Si al inicio pensábamos que afectaba solo a los ancianos y con patologías anteriores, nos encontramos con una situación dramática: personas de todas las edades, jóvenes deportistas ingresados en las unidades de cuidado intensivo, que no podían respirar y tenían la sensación de morir de un momento u otro. Y mucha gente no aguantó. En nuestro hospital en dos semanas murieron 100 personas. No había pasado nunca. Ver 100 ataúdes alineados uno tras otro es impresionante. Te da la sensación de la guerra”.
Quien habla es Marco Giachetti, presidente del hospital Policlínico de Milán, una estructura con una enorme historia (fundada antes del descubrimiento de América), y que se convirtió a finales de febrero en el epicentro europeo del contagio de la Covid-19.
“La situación entonces era desconocida”, explica, "ahora se sabe más y la prioridad es crear nuevas estructuras para evitar la saturación de la sanidad". En Milán han activado en tiempo récord (10 días) una estructura hospitalaria en la feria de la ciudad. Es un proyecto parecido al de Ifema de Madrid, aunque centrado en las UCIs, con una potencia de fuego de hasta 208 camas de cuidado intensivo. “Será el centro con más UCIs de Europa”, comenta Giachetti en entrevista exclusiva con Vozpópuli.
Milán lleva un mes de cuarentena y “la gente está cansada”, reconoce el presidente del Policlínico. Todo empezó en la noche del 21 al 22 de febrero. En dos pueblos de la Lombardía (Lodi y Codogno) las autoridades detectaron el primer caso de coronavirus autóctono. El paciente uno era un italiano de casi cuarenta años, con tos y fiebre alta. Acabó en la UCI. Italia activó pequeñas cuarentenas, cierre de colegios y teatros. Hasta se anuló el carnaval de Venecia.
Fue un cierre gradual, que en opinión de Giachetti debería haber sido más rápido, aunque admite que en Italia, al ser el primer país democrático afectado, era difícil activar leyes especiales y pesó la burocracia. “Lodi y Codogno parecían casos aislados. En Milán la gente salía porque pensaba que era un problema de ellos. Pasó lo mismo que en Europa, pero en pequeño. Si se hubiese actuado antes, se habría evitado este desastre. Pero hablar después es fácil”.
Crónica de un contagio infravalorado
El relato de los días más grises de Milán continúa. “Nuestro hospital tenía 900 camas y 24 UCIs. La primera semana llegó una ola que nos arrasó. Fue muy difícil. Era como en las imágenes de Madrid, con gente amasada en los pasillos del hospital. Llegaba gente sin parar. En la segunda semana nos organizamos separando las emergencias para no mezclar los pacientes Covid-19 con los demás. Luego multiplicamos las UCI. A nivel regional pasamos de 800 a 1700. Fue un esfuerzo enorme y por suerte teníamos los respiradores suficientes, si no hubiera sido una masacre”.
Los días pasan, y mientras toda Italia entra en cuarentena, la Lombardía sigue siendo la región más azuzada. “Estábamos al punto del colapso. Solo faltaban 40 camas para bloquear el sistema”, prosigue el dirigente. Empezaron a caer los médicos, sobre todo los de familia: “En los sectores Covid-19 estaban protegidos. Pero los de familias se contagiaron. Todo ocurrió en los primeros días, cuando no sabíamos nada. En los hospitales los especialistas y enfermeros se quedaban impresionados por la agresividad del virus. Es como una lotería, depende del historial clínico del paciente, de su ADN… Pero si te ataca, te puede hacer mucho daño, y nadie es inmune”.
Con los hospitales casi colapsados y los tanatorios llenos, el gobierno regional dirigido por Attilio Fontana decidió crear un centro sanitario ad hoc. Eligieron las naves vacías de la feria, al igual que ocurrió en Madrid con Ifema. “Es un proyecto parecido al de Madrid, aunque centrado en tener muchas UCIs [en Ifema se activaron el miércoles 16 camas, aunque aumentarán]. Tiene todo lo de un hospital moderno, como laboratorios e instrumentos para hacer Tac”, detalla Giachetti, quien lo dirigirá a partir de ahora.
Llegar antes para salvar vidas
La creación de hospitales temporales para oxigenar al servicio sanitario es el camino emprendido tanto en Madrid como en Milán. Londres ya está tomando ejemplo. “En Madrid han sido muy eficaces y rapidísimos. Con Milán somos dos ejemplos importantes a nivel europeo. Hace falta correr más rápidos que el virus y tener el máximo de camas disponibles para que los hospitales puedan funcionar”. El gobierno de Giuseppe Conte quiere emular ese modelo creando estructuras parecidas en el centro y sur.
Preguntado por Europa, Giachetti reconoce que Italia se sintió en parte ignorada. Las llamadas entre las autoridades estatales y expertos fueron pocas o nulas. “Cuando estábamos en plena crisis nadie me habló de contactos con otros países. Como todas las cosas feas, hasta que no nos toca pensamos que es un problema de los demás. Si Europa hubiese trabajado junta desde el comienzo tal vez hubiéramos podido hacer algo más. Por ejemplo en la investigación”.
Italia suma ya 15.887 fallecidos. Es el primer país del mundo por cifra de muertos, aunque sobre los números de China hay dudas. España es el segundo. Alcanza ya los 12.418 fallecidos. En Lombardía, epicentro italiano del virus, los fallecidos son más de 8.900. Es la zona cero de la Covid-19. Aunque la situación mejora: "En los últimos días hay más personas que salen de las UCIs de las que salen", confirma Giachetti. En Madrid, por otro lado, la enfermedad ha penetrado más a fondo en el área urbana que en Milán: “Si golpea una ciudad grande es tremendo, pero tenéis que resistir. Sé que en Madrid hay muy buenos hospitales”.
¿Se cometieron errores en España?
El dirigente se sorprende al saber que hasta el 8 de marzo, cuando la Lombardía contaba ya un centenar de muertos, en España se podía acudir a partidos de fútbol y el gobierno autorizó una manifestación feminista con 120.000 personas. La respuesta es lacónica: “Ah…”. “En Italia fuimos los exploradores de esta triste aventura, pero al final en todos los países pasa lo mismo: el miedo, la carrera en el supermercado, la calma y las medidas de seguridad hasta el cierre total”, reflexiona el presidente del Policlínico.
Hasta Reino Unido y Estados Unidos, que negaban la alarma, han reculado rápidamente. Queda sin embargo el caso sueco: “Llama la atención verlos todavía por las calles. Piensas que son inconscientes. Aunque la duda queda. Por qué no admitirlo. Pero creo que debe primar la vida y la economía la reconstruiremos”.
"La crisis económica puede hacer más víctimas"
La economía es otra clave importante en esta crisis. La Lombardía es una tierra de emprendedores, pragmática y racional, el motor económico de Italia y una de las regiones más ricas de Europa. El parón resulta muy doloroso, así que incluso los médicos se preocupan por los efectos sociales de la pandemia.
“En los hospitales de Lombardía la situación va mejorando. Todavía no sabemos mucho de este virus, y existe el temor de que pueda volver a atacar, pero el problema más gordo es cómo repartir. La gente tiene miedo y no será fácil. Pero lo seguro es que no podemos seguir recluidos durante mucho tiempo, porque la crisis económica puede hacer más víctimas que el coronavirus”, agrega el experto.
Para la segunda fase, los laboratorios de Milán se centran en la inmunidad. “Solo la vacuna es segura al 100%, pero queremos descubrir los anticuerpos y permitir a las personas que los han desarrollado reabrir las actividades económicas y moverse”, dice Giachetti. En China, primer foco del contagio mundial, marcan en el DNI a los inmunes para que puedan moverse.
Varias regiones italianas están estudiando esa estrategia, que necesita de muchos test rápidos y todas las últimas tecnologías. "Veo lógico renunciar a parte de nuestra privacidad en la situación actual", opina el experto. En Italia el Gobierno ya estudia aperturas flexibles de determinados sectores. Aunque hasta mayo todo quedará paralizado.
Los dirigentes locales son, no obstante, los más preocupados. “El alcalde de Milán me comentaba su preocupación sobre cómo vamos a reabrir los sectores como el ocio o la hostelería. ¿Cómo la gente volverá al restaurante y en pizzería? Nuestros hábitos cambiarán, al menos en el corto plazo”, comenta el presidente del Policlinico. Aunque remarca: “Nuestro hospital es de 1456. Es uno de los más antiguos del mundo todavía activo. Superamos dos epidemias de peste, epidemias de viruela, dos guerras mundiales, y aquí seguimos. Todo eso dejará marcas, en la socialización por ejemplo, pero se medicarán. Tengo confianza. Lo conseguiremos”.