El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha sacado de nuevo la cabeza en medio de la confrontación por el 21D con una propuesta que ha recibido críticas desde todos lados y que ha generado incomodidad en el PSOE. Si a pocos días de que arrancara la campaña su apuesta por una quita de la deuda y una Hacienda propia provocó un pequeño terremoto interno, su compromiso ahora con pedir un indulto para los exconsellers encarcelados, en el caso de que haya una condena, ha vuelto a ser objeto de críticas: en público por parte de los partidos de todo el espectro político y en privado desde su partido hermano. Los socialistas de fuera de Cataluña prefieren no ir más allá del manido "respeto" a las propuestas del candidato. "Todo el partido está ayudándole, unos vía acción y otros vía omisión", bromea un dirigente territorial.
Aunque no era la primera vez que Iceta aludía a la posibilidad de acudir a esa medida de gracia en el caso de que los dirigentes independentistas sean condenados, su apuesta en firme por solicitar el indulto si gana el próximo 21 de diciembre ha marcado las últimas horas de la campaña. Y pese a que nadie recogió ese guante, el primer secretario continuó este jueves con su discurso. Es más, insistió en esta propuesta pese a que, dijo, le suponga "perder votos", porque va en la vía de la "reconciliación", sobre la que pivota su campaña.
Pero el objetivo, es evidente, no es perder votos, sino ganarlos y, en concreto, este compromiso busca alejarse de la "foto de bloques" que le sitúa junto a Ciudadanos y el PP, como los tres partidos que respaldaron la aplicación del artículo 155 de la Constitución, una etiqueta que el PSC se quiere sacudir. De esta manera, busca además arañar apoyos a los comunes, a quienes los socialistas ven de capa caída.
Quieren disputarle el espacio a los comunes
En el PSC insisten en que la campaña está ahora en un cuádruple empate, con ERC, Junts per Catalunya y Ciudadanos, y después de aliarse con el catalanismo moderado que representaba Units per Avançar, se ponen ahora disputar el espacio a la lista que encabeza Xavier Domènech. Lo hace, defendiendo que su oferta es la única que apuesta por un discurso transversal y de reconciliación, que no busca "ganadores ni perdedores", sino que quiere cosar.
Desde el PSC creen el partido "entiende" lo que es una "propuesta personal" de Iceta, pero otra cosa es el PSOE. Este miércoles, la dirección de Pedro Sánchez no ocultó su "sorpresa" por este compromiso con los indultos, pero dejó claro su "respeto", aunque evitó lanzar un mensaje de apoyo. Y un día después, lo rebajó, enmarcándolo en el actual momento político: la portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Margarita Robles, defendió que es "una propuesta que se hace en campaña electoral" y no hay que verla de otra manera.
Su comunicación y su entendimiento con Pedro Sánchez está fuera de toda duda, pero el propio líder del PSC es consciente de la situación en la que coloca a sus compañeros del resto de España. "A veces pienso que si estuviera en lugar del PSOE, estaría maldiciendo a ese Iceta por sus propuestas", admitió este jueves en Los Desayunos de TVE.
Y no se aleja mucho de la realidad, aunque sus palabras no han generado la cadena de reacciones que habrían sido habituales en otro momento. El único en cuestionarle en público fue el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que, en unas declaraciones a El País, pidió "tomarse en serio el Estado de Derecho" y no usar "la Justicia ni como puerta de entrada ni de salida de la política".
Más gustaron en Cataluña las palabras del presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, apostando por el "diálogo" después del 21D para "suturar la fractura". El president cree que más allá de una medida concreta, es obvio que después de las elecciones habrá que hablar para apostar por la convivencia. Y para eso, explican en su entorno a este periódico, hay que "arriesgar".
Pero la gran mayoría de federaciones y dirigentes territoriales han optado por el silencio. Ya evitaron pronunciarse cuando Iceta y su partido criticaron las detenciones de los líderes de ANC y Omnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, primero, y los exconsellers después, y ahora muchos prefieren seguir callados, aunque discrepen, y algunos mucho, de determinados planteamientos. Sí saltaron algunos resortes cuando la propuesta sobre la quita se sumó al malestar generalizado por la financiación autonómica y la aprobación del Cupo vasco, pero ahora, que no les afecta a sus dineros y sus intereses, la prudencia es la tónica general.
En algunas federaciones, determinadas propuestas generan "incomodidad", pero no quieren provocar "más dificultades" al PSC
Según admite en conversación con Vozpópuli un dirigente territorial, "hay determinadas cosas que está proponiendo Iceta que generan incomodidad" en el PSOE, pero no van a abrir una guerra porque no quieren provocarle "más dificultades" de las que ya tiene, con un escenario muy polarizado en el que está haciendo un esfuerzo por tener un espacio propio y en el que crezca.
Ahora, admiten algunos socialistas, estamos en campaña y en las campañas a veces surgen propuestas "atrevidas", en el cuerpo a cuerpo electoral, pero a partir de la noche electoral será cuando toque hacer balance de resultados y, conforme a la situación en la que está cada uno, se dibujará el panorama real.
En todo caso, el primer secretario del PSC está intentando que cale el mensaje de que no va a llegar a ningún acuerdo con los independentistas e insiste en que no hay posibilidades de un tripartito con quienes insistan en la vía de la ruptura con España. Aunque tanto Ciudadanos como el PP han aprovechado para volver a acusarle de pretender contentar a quienes, en su opinión, han llevado a su comunidad a esta situación.