Ciudadanos se proponía mirar a su izquierda en este inicio de 2017 para lanzar las 'reformas naranjas' que Mariano Rajoy se resiste a implementar. Un plan que contemplaba entenderse con PSOE y Podemos para limitar el mandato del presidente del Gobierno o suprimir ya los aforamientos de diputados y senadores. Ambas medidas fueron firmadas por el PP en verano -se comprometió a lanzarlas en los tres primeros meses de legislatura-, pero el Ejecutivo se resiste ahora a buscar su aprobación empleando distintos argumentos. Albert Rivera anunció hace unas semanas que no esperaría más y buscaría por su cuenta la tramitación de estas reformas.
Sin embargo, el apabullante triunfo de la línea dura de Pablo Iglesias en Podemos se antoja un obstáculo insalvable en ese camino. El líder morado apuesta por una oposición de tierra quemada que pone prácticamente imposible cualquier entendimiento con las fuerzas de lo que denomina "triple alianza" (PP, PSOE y Ciudadanos) y quiere escenificar que es la única alternativa a la "restauración" del régimen del 78. La asamblea de Vistalegre II dio un aval absoluto a esa hoja de ruta que se propone ganar así las generales de 2020.
"Podemos sale del congreso creemos que más dividido y más radicalizado de lo que entró", admitió este lunes José Manuel Villegas, número dos de Ciudadanos. Su partido ve los resultados de la asamblea morada como "malas noticias" para España, lo mismo que ocurre con el espaldarazo al "inmovilismo" que a su juicio se ha producido en el Congreso Nacional del PP. Villegas desea que "esta valoración" se demuestre "equivocada" y "en los próximos meses veamos que estos dos partidos dejan de lado las luchas internas" para "trabajar no por los intereses propios", sino "por los intereses de los españoles".
Las bases de Podemos han avalado de forma abrumadora la oposición de tierra quemada que plantea Iglesias ante la "triple alianza" (PP-PSOE-Cs)
Si no es así, reconocen desde Ciudadanos, los grandes objetivos que tienen para este mandato pueden devenir irrealizables. Al fin y al cabo, sus 32 diputados no pueden conseguir nada sin sumar el apoyo de al menos otros dos partidos. Fuentes de la Ejecutiva naranja se mostraban este lunes convencidas de que ahora resultará mucho más difícil, por no decir imposible, que por ejemplo Podemos acepte una reforma exprés de la Constitución para acabar ya con los aforamientos políticos.
La exigencia del referéndum
Ciudadanos llevará el asunto al Parlamento este mes y tratará de convencer al resto de que la medida es necesaria, pero tiene escasas posibilidades de lograrlo. Iglesias exigirá un referéndum para validarla -lo puede forzar al contar con más de un 10% de la Cámara-, postura que de facto implica tumbar la propuesta porque el PP no aceptará convocar una consulta así al inicio de la legislatura y con el clima de zozobra socioelectoral que vive Occidente. También Cs tiene sus reservas y prefiere una modificación de la Carta Magna sin referéndum posterior, aunque no se cierran en banda a aceptarlo.
"Si Podemos lo exige, debatiremos si lo asumimos o si incluimos la supresión de los aforamientos en el marco de una reforma constitucional más amplia, que acabe con un referéndum al final de la legislatura", indican desde la dirección. La segura negativa del PP, en cualquier caso, enterrará la reforma exprés. Ciudadanos confiaba en sumar a PSOE y Podemos en torno a su iniciativa, para que los populares no tuvieran más remedio que unirse -so pena de aparecer ante la opinión pública como el partido que incumple lo pactado e impide que se supriman los aforamientos políticos-. Con un triunfo de las tesis de Íñigo Errejón en Vistalegre tal empresa hubiera sido más sencilla, pero ahora Iglesias servirá en bandeja a Rajoy justificar su 'no' a la reforma.
El PP no aceptará una reforma de la Constitución que implique convocar un referéndum en mitad de la legislatura
Además, ahora resultará más complicado que el partido naranja logre atraer a Podemos a una reforma de la Ley del Gobierno para limitar el mandato del jefe del Ejecutivo. Rajoy ya se ha desmarcado por completo de esta medida con la que se comprometió en 2016 -"si la gente quiere votar a una persona, ¿por qué lo vamos a prohibir?", señaló ayer en TVE- y Rivera intentará desarrollarla al margen del PP. Igualmente, buscará el apoyo de Podemos para la reforma de la ley electoral o el impulso de comisiones de investigación. En este último punto, Cs quiere aprobar ya una para investigar la financiación de los populares -otro apartado del pacto que Rajoy se resiste a cumplir- y otra para escudriñar el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorros.
"Espero contar con el apoyo de Podemos", dijo Rivera el 26 de enero, al anunciar que buscaría por esa vía el modo de desarrollar las medidas que el Gobierno no toma. "Al margen de cómo sean las mayorías parlamentarias, estoy convencido de que la mayoría de españoles quieren suprimir los privilegios de políticos, votar listas abiertas, y de que se avergüenzan cuando ven indultos entre políticos", añadió. Hoy, Ciudadanos es mucho más escéptico sobre la posibilidad de unir fuerzas con Podemos en aquellas materias donde comparten posición -regeneración democrática, transparencia, reforma electoral-.
Los pactos entre fuerzas constitucionalistas y el partido morado serán muy difíciles en esta etapa. El errejonismo, facción más posiblista y pragmática de Podemos, se bate en retirada y ve venir una purga que podría arrebatar la portavocía parlamentaria a su referente. Con Errejón desplazado en favor de algún preboste del pablismo, el entendimiento de PSOE o Ciudadanos con el grupo morado será mucho más complicado de conseguir en cualquier ámbito.
"Se han roto los puentes con el centro izquierda y con el trabajo en las instituciones, por lo que va a ser muy difícil poder trabajar juntos", zanjaba al respecto este lunes Mario Jiménez en Onda Cero. El portavoz de la gestora del PSOE cree que Podemos ha apostado por "el pablismo-leninismo, un giro hacia la extrema izquierda, ya que las Juventudes Comunistas han tomado "de una manera clarísima" el partido morado.