Pablo Iglesias insiste en que lo mejor es desbloquear la investidura antes de Navidad. Cree que será más fácil para ERC frenar las críticas dentro del bloque independentista, como adelantó Vozpópuli, pero también ve conveniente una investidura rápida de cara a los equilibrios internos de su partido. El planteamiento de Iglesias y sus afines es adelantar Vistalegre III para poco después de la investidura. De esta manera, sostienen las fuentes consultadas, será más fácil zanjar el debate interno y las facciones contrarias a su liderazgo, como los anticapitalistas andaluces, y amarrar su control del partido.
Todavía nadie se lanza a concretar si Iglesias quiere volver a postularse como secretario general, o si en este Vistalegre III adelantado daría paso a Irene Montero como secretaria. Es posible que la cúpula de Podemos no haya abordado aún esta cuestión, aunque las fuentes de Podemos consultadas afirman que, de empezar a rodar el nuevo Ejecutivo con Iglesias como vicepresidente, “lo lógico” es adelantar el Congreso.
Vistalegre III está previsto para el mes de febrero de 2021. Sin embargo, Iglesias y otros dirigentes temen que el Ejecutivo pueda tener vida breve o que el cónclave caiga en un momento de tensión donde afloren los problemas de gestión en el marco del cogobierno. Nadie puede descartar ese extremo, aunque el mensaje de la cúpula morada es de “lealtad” y de respeto hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
En definitiva, Iglesias ve más adecuado convocar el cónclave morado aprovechando la ola de entusiasmo de la entrada en el Ejecutivo. Concretamente al mes de febrero de 2020, o como mucho a la primavera de ese año. Podemos califica de misión “histórica” su desembarco en el Gobierno. Cerraría una fase de asalto al poder que ha durado algo más de cinco años y que, de manera sorprendente, permitiría a un partido en caída electoral (Podemos ha perdido la mitad de escaños desde 2016) convertirse en socio de Gobierno del PSOE.
Más fuerte que antes del 10-N
En los últimos meses, varios sectores de Podemos han pedido un Vistalegre III adelantado. Aspiraban a hablar de liderazgo y de línea estratégica para recuperar el espíritu del primer Podemos. Apostaban por ello los anticapitalistas de Teresa Rodríguez, que querían tomar por fin el control de la organización, y también algunos dirigentes territoriales capitaneados por Ramón Espinar.
Iglesias pactó con los anticapitalistas aplazar ese debate con la excusa de las elecciones de abril y noviembre. Logró ganar tiempo y fue clave para evitar que la crisis interna se sumara a las dificultades electorales. Después del 10-N, tras el giro inesperado de Sánchez, Iglesias se siente lo suficientemente fuerte como para abordar el Congreso y nombrar una nueva ejecutiva del partido.
Lo previsible es que hasta la investidura tampoco se celebre el Consejo Ciudadano Estatal (el órgano de coordinación interno a nivel nacional). Iglesias está convencido de que todo tipo de debate interno debe abordarse desde la posición de fuerza de la entrada en el Ejecutivo.
Dispuesto a "ayudar" con ERC
El secretario general de Podemos confía en que el Gobierno comience a rodar antes de Navidad. Espera que los de ERC dejen al lado su radicalidad y acaben cediendo “en el último minuto”. Sin los votos de ERC, para el nuevo Gobierno de Sánchez será necesario contar con el apoyo de Ciudadanos: una opción que los morados ven lejana y poco deseable.
Para evitar que la negociación salte por los aires, desde Unidas Podemos explican que, aunque pactaron no interferir en el plan de Moncloa, sí pueden “ayudar”, por ejemplo hablando con ERC, para que se forme un Gobierno cuanto antes. Ayer, en su llegada a la Cumbre del Clima de Madrid, Iglesias afirmó que “hace falta mucha empatía y capacidad de escucha” para avanzar en las negociaciones. “Creo que el PSOE se está esforzando y creo que también ERC se está esforzando”, añadió.