El líder de Podemos toma las riendas de la negociación con los independentistas catalanes para intentar formar una mayoría parlamentaria suficiente que permita aprobar los Presupuestos de 2019. Pablo Iglesias está decidido a ejercer de nuevo la labor de mediador que desplegó en la moción de censura para desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa.
El líder de Podemos dice no actuar como "delegado" del Gobierno, pero cuenta con la total anuencia del presidente Pedro Sánchez. "Le parece normal que haya reuniones entre líderes políticos", respondía Iglesias. Este viernes acudirá a la cárcel barcelonesa de Lledoners para entrevistarse con el exvicepresidente de la Generalitat y líder de ERC, Oriol Junqueras. También tiene pendiente un encuentro con el portavoz del PDeCAT, Carles Campuzano y quiere entrevistarse con el del PNV, Aitor Esteban.
La mediación con Esquerra se complica por momentos, pues no están dispuestos a dejar de lado la situación de los dirigentes encarcelados. Y los portavoces en el Congreso del partido republicano no bajan el tono contra el secretario general de Podemos. "En lugar de ir a presionar a una celda de Lledoners para aprobar los presupuestos del PSOE, se puede ir a presionar a un despacho de Moncloa para liberar a nueve demócratas de una condena salvaje, injusta y vengativa", espetaba a través de Twitter el diputado Gabriel Rufián.
El líder morado asume que el Ejecutivo no puede instar a la Fiscalía a retirar los cargos que pesan sobre los políticos presos. Aunque a juicio de Podemos no deberían estar en prisión por "falta de razones jurídicas", se mantiene firme en que la división de poderes no permite tal gesto por parte de Sánchez. En cambio, trata de convencer a los republicanos de que con el PSOE en La Moncloa, su futuro puede ser más sencillo.
"Es muy importante mantener la mayoría que sacó al PP del Gobierno", insistía Iglesias en los pasillos del Congreso. Será la única manera de encontrar "soluciones democráticas (al conflicto catalán) y avanzar la libertad de los presos". El papel asumido por Iglesias ha generado la reacción de la presidenta andaluza, Susana Díaz, quien le ha acusado de "querer aparecer como si fuera un vicepresidente en la sombra". Todo una advertencia indirecta al propio jefe del Ejecutivo.
Asimismo, el partido morado pretende mantener viva la presión de la calle para que el PSOE no se pueda echar atrás en ninguno de los puntos del pacto sellado el pasado jueves en Moncloa. Desde el partido hacen un llamamiento a participar en las manifestaciones contra la precariedad que saldrán a la calle el 24 y el 27 de octubre.
La portavoz adjunta de Unidos Podemos en el Congreso, Ione Belarra, pedía este martes en rueda de prensa que la ciudadanía se "corresponsabilice" y "pelee en las calles". "El PSOE tiene todavía muchísimos lazos con las élites y los que mandan, que siguen haciendo presión, no pensamos que las eléctricas se vayan a quedar paradas cuando vean recortados sus beneficios caídos del cielo", remataba. "Es importante que toda la gente que se ha movilizado y ha conseguido una moción de censura para echar a Rajoy siga estando movilizada", aseguraba por su parte la coportavoz de la Ejecutiva, Noelia Vera.