El expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González y su mujer, Lourdes Cavero, consideran que están imputados en el 'caso del ático' por la extorsión del comisario jubilado José Manuel Villarejo, y por su compañero Enrique García Castaño, conocido en los ámbitos policiales con el sobrenombre de 'El Gordo', según consta en un escrito de 11 de noviembre en el que el presunto cabecilla de la trama 'Lezo' pide a la juez que investiga la causa en Estepona, Isabel Conejo, el archivo de la investigación.
En el documento, al que ha tenido acceso 'Vozpópuli', González y su mujer restan credibilidad a las declaraciones que Villarejo y García Castaño hicieron como testigos el 1 de febrero de 2016 en el juzgado de Estepona: "En el tiempo en que estos 'testigos' declararon se desconocía el verdadero rostro de ambos, su supuesta vinculación con actividades delictivas cercanas a la extorsión; desconociendo, igualmente las imbricaciones que estos tenían con ciertos sectores de la prensa que se mostraron especialmente virulentos con el tratamiento de este caso", indica el documento.
Además, el expresidente madrileño y su mujer aluden en el escrito al hecho de que Villarejo lleve en prisión preventiva más de un año: "Afortunadamente hoy, a nuestro juicio, tras los distintos escándalos en los que se han visto envueltos, la imputación de García Castaño y la prisión preventiva de José Villarejo por más de 12 meses, corroboran que su presencia en este proceso obedece a motivos espurios que impiden cualquier valoración procesal de sus testimonios".
"Modo torticero"
Asimismo, y en el mismo sentido, González considera que la grabación de la conversación que se incorporó a la causa, realizada en una cafetería de la Puerta del Sol de Madrid, en la que participaron Garcia Castaño, Villarejo e Ignacio Gonzalez, fue obtenida "de un modo torticero, mediante el ardid policial de estimular el sentido de la conversación hacia un determinado lugar".
El letrado de González y Cavero asegura, además, que su defendido desconocía que estaba siendo grabado, por lo que, cuando dijo que prefería que no trascendiera que tenía alquilado un dúplex de lujo en Estepona, no lo hacía en el sentido que dio la acusación sino en la dirección de evitar una "divulgación mediática desmesurada" que podría perjudicar sus aspiraciones políticas, ya que en ese momento era presidente de la Comunidad de Madrid.
El escrito también carga contra el papel desarrollado por la prensa, ya que el letrado de González considera que la acusación popular ha ido solicitando pruebas "a golpe de titular periodístico que le ha servido de base para instar una actuación judicial en el sentido que más le ha interesado".
Unos titulares que, según el presunto cabecilla de la trama 'Lezo', eran directa o indirectamente promovidos por Villarejo a través de sus contactos con periodistas del diario 'El Mundo', resalta el letrado de González, que también alude a las informaciones del diario digital 'Informacionsensible.com', que presidía Gemma Isabel García Garcés, la mujer de Villarejo.
"Desmedida publicidad"
El abogado reitera, por tanto, que la manifestación de Ignacio González que se pudo oír en la grabación de la reunión, que dijo: "Pero lo que no quiero es que salga…", venía contextualizada por su interés "en evitar una desmedida publicidad mediática del asunto y no a que trascendiera la vinculación de González con los inmuebles que ya estaban inscritos a su nombre y por tanto de acceso público por cualquier ciudadano en el Registro de la Propiedad de Estepona".
Además, González recuerda que la grabación aportada por el diario 'El Mundo' "no era original, la grabación no era completa y que había sido manipulada", según un informe policial.
En este sentido, el propio García Castaño reconoció ante el juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea que cuando se reunieron con el expresidente madrileño fue el propio Villarejo el que después filtró la conversación a la prensa: "Él va a hablar con Ignacio González y él es el que le provoca: lo que dice es provocado por él", aseguró García Castaño.
