La candidata del Partido Popular, Isabel Díaz Ayuso, ha sido escogida nueva presidenta de la Comunidad de Madrid, tal y como estaba previsto, con los 30 votos de su partido, los 26 de Ciudadanos y los 12 de Vox, formaciones con las que llegó a un acuerdo para su investidura.
La mayoría absoluta en la Cámara madrileña se sitúa en los 67 diputados, un escaño por debajo de los 68 que sumaron los tres partidos de centro-derecha. Con este acuerdo entre las tres formaciones se conforma el primer Gobierno de coalición en la historia de esta región.
El debate de investidura, en esta segunda jornada, ha estado marcado por las broncas entre los diferentes grupos parlamentarios, especialmente entre Aysuo e Íñigo Errejón (Más Madrid). El exdirigente de Podemos tachó el pacto entre PP, Cs y Vox como "vergonzante" y criticó a la candidata popular por no dar explicaciones sobre su relación con la trama Púnica.
"Tienen las manos manchadas de dictadura"
Ayuso se defendió recordando los vínculos de Podemos con Venezuela. "Ustedes tienen las manos manchadas de dictadura", le reprochó a Errejón, tras repasar sus asesorías a diferentes gobiernos latinoamericanos, entre los que destacó al de Hugo Chávez en Venezuela.
El portavoz de Ciudadanos, Ignacio Aguado, también terció en la polémica al pedir a los partidos progresistas en la Cámara regional que "no se arroguen mayorías sociales" cuando hablen en el pleno. Y a los grupos de Unidas Podemos y Más Madrid los llamó, de forma despectiva, "Podemos I y Podemos II".
El propio Errejón reconoció que se había quedado "con miedo" ante la posibilidad de que Ayuso sea presidenta regional cuando "no tiene capacidad de mantener un debate de 15 minutos" en el pleno. "He intentado discutir y no ha habido manera. Y no ha habido manera porque necesitan clima permanente de miseria, fango y ataque porque ustedes no quieren discutir de ideas", constató Errejón durante su turno de réplica.
La campaña política "más machista"
El debate ya venía con altos decibelios debido al cruce de reproches entre Ayuso y la portavoz de Unidas Podemos, Isabel Serra, a quien la primera acusó de llevar a cabo la campaña política "más machista" que se ha visto contra una mujer, "metiendo por el medio a mi familia y desacreditando al adversario" cuando Podemos es uno de los grupos políticos "de los más machistas".
Es más, la candidata popular subrayó que en movimiento del 15-M hubo mujeres que salieron "despavoridas" de allí por el "acoso" de los "machos alfa" que había en aquellos actos reivindicativos de mediados de 2011.
A continuación, quiso arropar a Vox del "acoso de las instituciones y el acoso mediático" que está sufriendo en los últimos meses. En concreto, Ayuso se refirió al caso de Abascal, de quien Serra criticó que se le diese un puesto de trabajo directivo en un "chiringuito" durante la etapa de Aguirre.
"A lo mejor vino después de sufrir el acoso totalitario de ETA. Es así, pero los ultras somos nosotros", dijo Ayuso mirando a la bancada de Podemos e IU, a cuyos diputados acusó de "pontificar y dar lecciones con monsergas".
Asimismo, Ayuso aseguró que cumplirá "en su totalidad" con el proyecto de Ciudadanos y de Vox porque ha dado su "palabra" y agradeció "humildemente" que vayan a ceder sus votos para que pueda salir investida como presidenta madrileña. En su réplica a Aguado aprovechó para que el diario de sesiones de la Cámara recogiera el compromiso que ha adquirido con ambos partidos -con Ciudadanos hay un documento de 155 medidas pero con Vox no hay acuerdo firmado como tal-.
Se trata de la fórmula que los tres partidos acordaron finalmente para poder sacar adelante un acuerdo que permitiera el pleno de investidura de Ayuso antes del próximo 10 de septiembre. Aunque al principio Vox quería un documento firmado a tres, acabó cediendo a la propuesta planteada por el PP para que quedara con "luz y taquígrafos" recogido su compromiso de cumplimiento de acuerdo sin necesidad de tener que hacerlo con una firma.
"Campaña de desprestigio"
El debate final entre Ayuso y el portavoz socialista, Ángel Gabilondo, sirvió para que la primera acusase a la oposición de orquestar una "campaña de desprestigio" contra ella a base de "mentiras y medias verdades", en las que los partidos de izquierda se han dedicado, en su opinión, a "meter por medio a la familia y una persona que no está en vida para defenderse", en referencia a su padre, de quien dijo que estaría orgulloso de verla convertirse hoy en presidenta de Madrid.
"No escarbaré nunca en sus vidas ni en las vidas de sus difuntos. Lo que han hecho con mi familia no tiene nombre", dijo en el momento más tenso del debate. Acusó a PSOE, Podemos y Más Madrid de "no tener ni idea" de los supuestos casos de Avalmadrid y el IBI, al tiempo que negó haber trabajado en algún momento en las empresas de su familia. "Hice mi carrera y mi vida por mi cuenta", remachó.
Tras ello, pidió el apoyo de la Cámara a su investidura y se dirigió emocionada a su escaño en el hemiciclo entre los aplausos de sus compañeros del PP. Unos minutos después se procedió a la votación en la salió investida como octava presidenta de la historia de la Comunidad de Madrid.