La relación entre ERC y Puigdemont se agrietan, con riesgo de fractura. El expresidente de la Generalitat dispensa un trato despreciativo hacia quienes fueron sus socios de 'Govern'. Los republicanos, vencidos en el pulso electoral del 21D, se han sacudido el estigma de la humillación y empiezan a enseñar los dientes.
Oriol Junqueras no disimula su hartazgo por las jugarretas que, día tras día, ingenia Puigdemont, en un soloquio interminable y grotesco. Así se lo transmitió a Roger Torrent, presidente del Parlamento de Cataluña, quien lo visión en prisión. El líder de ERC se muestra muy harto de la actual situación. En presidio desde hace cien días, sobrelleva con paciencia su situación. No disimula su indignación con algunas visitas de confianza, gente de su 'riñón político' o de la familia, con quienes se explaya.
A Torrent, que es de su partido y de su confianza, le transmitió su malestar por las dilaciones en el proceso de designación de un nuevo Gobierno. Señaló a Puigdemont como responsable máximo de la 'eternización del 155', según en palabras de un dirigente de ERC, y exhortó al titular de Cámara a hacer todo lo posible por acortar los plazos y, especialmente, porque se evite una repetición de elecciones. "Hay que volver cuanto antes a la normalidad, recuperar las instituciones, romper de una vez el control remoto de Madrid", añaden.
El 'juguete mágico'
Junqueras pretende tan sólo una solución razonable y pronta al bloqueo. Por eso sugirió la solución de las dos presidencias, la simbólica y la efectiva. Una forma de dejar a Puigdemont a un lado y seguir adelante con la nonata Legislatura. El independentismo se fatiga. El pulso entre JxCat y ERC, desgasta. La militancia no entiende nada. Ni tienen república, ni se proclamó la independencia, ni tienen Gobierno, ni menos aún, presidente. "Todo parece un juego de artificios, un trampantojo en forma de burla", menciona un diputado del PDeCat.
Su partido ha reclamado una serie de consellerias en el nuevo Ejecutivo y está dispuesto a pelear por el área de Presidencia, portavocía y medios de comunicación. Quieren controlar TV3, el 'juguete mágico' de Puigdemont, según comentan estas fuentes. No pondrá reparos al perfil que designe el expresidente para que ocupe la Generalitat, sea Artadi o Turull. Sí dará batalla por cuotas de poder en el Govern.
Para que todo esto se concrete, es imprescindible despejar cuanto antes la gran incógnita: qué va a pasar con el expresidente. Las propuestas desde Bruselas se suceden sin pausa, y, en muchas ocasiones, se filtran a través de los medios afines al 'sanedrín belga'. Un 'Consejo de la República', un 'presidente en el exilio', 'Elsa Artadi presidenta', 'una asamblea republicana en Bruselas'. Llueven las ideas, los globos sonda, sin que, de momente, algo se concrete.