La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ya tiene listo el primer texto legislativo de su mandato. Se trata del nuevo reglamento de la Carrera Diplomática, al que ha tenido acceso en exclusiva Vozpópuli, y cuyo borrador ha causado controversia en su departamento por los privilegios que se otorgan a los embajadores más veteranos, a los que se les concede "los honores y precedencias correspondientes a tal dignidad" de forma vitalicia.
Este reglamento sustituirá al aprobado en febrero de 2014 por José Manuel García Margallo que, posteriormente, fue anulado por el Tribunal Supremo en noviembre de 2017 por un defecto de forma. La ministra entregó a finales de mayo dicho borrador a las asociaciones sindicales y de diplomáticos para que éstas hagan sus aportaciones, pero es previsible que las variaciones en el texto final sean mínimas.
Las diferencias entre los textos de Margallo y González Laya son importantes. De los 48 artículos que había en el primero se pasa ahora a 55 ya que hay un capítulo específico sobre conciliación laboral que no estaba incluido en el reglamento de 2014.
Además, se inserta en el texto el lenguaje inclusivo que abandera el actual Gobierno como ya se ha hecho en otros ministerios, el último el de Defensa. Por ejemplo, la palabra "ministro" se sustituye por la fórmula "la persona titular del Ministerio de Asuntos Exteriores". Cuando antes se hablaba de "cuerpo de funcionarios", ahora se dice "el personal funcionario" y para los embajadores y otras categorías se añade "/a" al final de la palabra, así que el masculino genérico desaparece por completo.
Nuevas fechas para el reparto de puestos
El capítulo sobre la Junta de la Carrera Diplomática, el órgano encargado de asesorar a la ministra en el reparto de puestos en el exterior, pasa ahora a ser el segundo -antes era el IV- y se modifican las fechas para todo este proceso de selección. Por ejemplo, la lista de provisión de puestos se daba a conocer antes del 15 de febrero de cada año y ahora será antes del 1 de octubre.
Ello conllevará que la publicación de los destinos de cónsules, encargados de negocios y consejeros -el llamado 'bombo' en la jerga diplomática- se sabrá a finales de año y no a mediados de abril como hasta ahora. El objetivo de estos cambios en el calendario es que los diplomáticos tengan más tiempo para organizar el traslado de sus familias y enseres al país al que han sido destinados. Las mudanzas se suelen realizar en julio y agosto.
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Otra novedad es que el ministro de turno delegará en el subsecretario el dejar sin efecto los períodos mínimos de permanencia en un destino al que está obligado todo diplomático. También se suprimen los "destinos forzosos" que existían en el reglamento de Margallo.
Un punto de discusión con los sindicatos es el que afecta a los diplomáticos con categoría de embajador, la más alta dentro del escalafón de Exteriores y que conlleva una serie de reconocimientos. El borrador del reglamento de González Laya incluye este párrafo nuevo: "El personal funcionario de la Carrera Diplomática con la categoría de Embajador/a conservará vitaliciamente dicho título, además de conservar los honores y precedencias correspondientes a tal dignidad, haciendo siempre uso de aquel con la debida diligencia y sin incurrir en ningún caso en riesgo de conflicto de intereses".
Hasta ahora, se perdía dicha condición al llegar a los 70 años, fecha de la jubilación. La novedad de la condición vitalicia implica que los beneficiarios contarán con pasaporte diplomático hasta el momento de su fallecimiento, junto a otra serie de privilegios como el tener inmunidad diplomática si incurren en algún delito mientras viajan o residen en el extranjero.
Precisamente, el sindicato UGT advirtió esta semana en unos correos internos del Ministerio de Asuntos Exteriores, a los que ha tenido acceso Vozpópuli, que este asunto de los embajadores jubilados es motivo de controversia en la mesa de negociación ya que considera que tales privilegios deben "perderse en el caso de un condenado por maltrato, corrupción, racismo, etc.".
En este sentido, la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) trasladó este viernes a la nueva subsecretaria, Celsa Nuño, una petición de los embajadores jubilados para que se institucionalice "la presencia de representación del Ministerio en los funerales por los diplomáticos fallecidos", así como la realización con carácter anual "de un funeral/ceremonia en recuerdo de los fallecidos en ese año".
Un reglamento "antidemocrático"
Al margen de ello, UGT tilda este borrador de reglamento de "antidemocrático" ya que "sigue sin incluir papel alguno para las Organizaciones Sindicales tachándolas solapadamente incluso de perniciosas, manteniendo un sistema criticado por muchos diplomáticos".
Al hilo de ello, se recuerdan las demandas de "un sistema mas justo y transparente en la asignación de destinos" y un uso "mas objetivo" de la libre designación para mejorar la selección de personal y "desde luego, no usarlo como herramienta disciplinaria y hasta coercitiva".
Este sindicato, a diferencia de la Federación española de Asociaciones de los Cuerpos Superiores de la Administración Civil del Estado (FEDECA), aboga por el cumplimiento del artículo 18 del Estatuto Básico de la Función Pública que promueve la promoción interna y dejar que funcionarios de otros cuerpos de la Administración puedan convertirse en diplomáticos sin la dura oposición que se les exige a estos últimos.
Para ello se establecerían una serie de parámetros -idiomas, experiencia internacional y superación de cursos-, pero tal iniciativa cuenta con la oposición frontal de los diplomáticos. Y el nuevo reglamento de González Laya deja la situación tal y como está en la actualidad.
Desde UGT tambien se critica la falta de "un régimen disciplinario garantista y eficiente" que sancione "de manera rápida y contundente" las infracciones en materia de abusos de cualquier tipo. Por el ejemplo, el reglamento de la inspección data de los años sesenta, en pleno franquismo.
