El grupo parlamentario de Ciudadanos afronta este martes una reunión interna que puede ser determinante para el devenir político de Marcos de Quinto, quien hará todo lo posible para que su partido no facilite de ninguna de las maneras la prórroga del estado de alarma. Y eso pasa por descartar también la abstención si los 10 diputados naranjas son determinantes en la votación de este miércoles, según admiten a Vozpópuli compañeros suyos que han hablado con él.
El que fuera uno de los fichajes estrella de Albert Rivera hace un año cree que ahora Cs "va por la buena dirección" al plantear ayer al Gobierno de Pedro Sánchez que no quiere una prórroga de un mes, pero no lo ve suficiente.
Con el 'sí' cada vez más difícil de repetir a tenor de las palabras de Edmundo Bal, el objetivo de De Quinto es que la abstención naranja no le sirva tampoco al Ejecutivo de PSOE y Podemos. Ya lo adelantó el lunes en una entrevista en El Mundo, en la que dejó claro que es "innecesaria" la extensión de la alarma e "inverosímil" que su partido apoye los siguientes Presupuestos Generales del Estado.
De Quinto lleva varias semanas advirtiendo a sus compañeros de que España necesita un "Gobierno de concentración" ante la crisis económica que se avecina, en el que no se deje de lado al PP como sugieren algunos ante un hipotético Ejecutivo de PSOE y Cs con apoyo externo de los populares.
El portavoz de Cs para asuntos económicos, que amagó con saltarse la disciplina de voto hace quince días, cree que no está solo en su diagnóstico ante el "silencio" que percibió en otros diputados y dirigentes naranjas en el debate que hubo por la cuarta prórroga. Para la reunión telemática de hoy ya ha avanzado que expondrá "lo que es y debe ser Ciudadanos" en una situación como la actual. "No soy conocido en la vida por callarme las cosas", les ha subrayado.
Cada vez más incómodos
En la dirección de Cs se sienten cada vez más incómodos con las salidas de tono de De Quinto y el hecho de que vaya por libre en las redes sociales, con guiños a Juan Carlos Girauta y planteamientos que cuestionan la línea oficial del partido. Por ejemplo, la formación liberal indicó hace una semana que estaba abierta a negociar los PGE con el Ejecutivo de Sánchez si servía para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
"No se ve apoyando un Gobierno de Podemos. Está meditando su marcha, pero no lo tiene decidido al 100%. No está cómodo. Ha hecho toda su vida lo que le ha dado la gana. Y no tiene necesidad de estar incómodo en algo”, subraya a este medio un miembro de la dirección de Ciudadanos al hablar del futuro de De Quinto, si bien él ha negado a sus compañeros tal extremo.
En todo caso, en la formación naranja hay cierto consenso en que ahora sería un buen momento para la salida de De Quinto de su escaño y, si desea, del partido al que se afilió en junio del año pasado, tras la dimisión de Toni Roldán y el pulso que echaron los miembros del sector crítico a Rivera.
Ello se debe a que Inés Arrimadas ha decidido no hacer más convocatorias de prensa ni actos públicos para descansar en el tramo final de su embarazo, del que sale de cuentas en unos días. La presidenta de Cs pasa a un segundo plano durante varias semanas pues ya ha adelantado que se cogerá la baja de maternidad un tiempo.
En todo caso, ella se pondrá al teléfono si es necesario para cualquier urgencia y el que dará la cara a partir de ahora ante los medios y en el Parlamento será Edmundo Bal. "Si pasara algo con Marcos De Quinto, ella está cubierta porque no estará dirigiendo el partido", concluye un dirigente naranja.