La corriente interna de ERC, 'Col.lectiu Primer d'Octubre', ha manifestado su rechazo a la actual estrategia de la dirección del partido. En una misiva muy dura enviada al presidente del partido, Oriol Junqueras, afirman estar en "desacuerdo" con la línea actual y lamentan que se haya "abandonado el mandato obtenido del referéndum del 1 de octubre".
Para recuperar el plan rupturista iniciado con la votación de 2017 instan a ERC a que tras las elecciones del 14 de febrero solo pacte con partidos independentistas y critican que se le haya dado "carta blanca al PSOE" cuando desde el Estado "no ha cesado la represión".
De acuerdo con su visión, todo "el esfuerzo de organización de la militancia" y de la "ciudadanía" para el referéndum del 1-O se habría "lanzado a la papelera de la historia por parte de la dirección de ERC".
Esta corriente cree que ERC es el principal activo para lograr la independencia y, en consecuencia, debe liderar el proceso hacia la secesión, pero solo alcanzando acuerdos con partidos que tengan el mismo objetivo, si así lo permite el resultado electoral. Es decir, renunciando a cualquier tripartito o entente con formaciones que no tienen en su programa implementar la república catalana.
Mesa de diálogo independentista
En su carta reclaman también "activar desde ahora mismo la unidad estratégica" a través de una "mesa de diálogo" entre "los partidos catalanes partidarios de la independencia". En este sentido, consideran que el Consell per la República -ente del cual ERC se desmarcó al considerar que era un elemento "partidista" de Carles Puigdemont- puede tener esa finalidad.
El colectivo es muy crítico con la línea adoptada por la dirección. No solo por renunciar -de facto- a la vía unilateral o por pactar con el PSOE los Presupuestos Generales del Estado sino también en su reclamación de una Ley de Amnistía. Su posición pasa por una "anulación de todos los procesos judiciales y policiales abiertos".
Pese a que ERC es un partido de cariz asamblearia y en la última Ponencia Política de 2018 afirmaron que el 1-O era "la fuente fundamental de legitimidad política" y el "momento fundacional de la república catalana", su dirección ha afirmado que superar el 50% de los votos no es una condición indispensable para mantener el plan rupturista. Sino que hay que "ampliar la base".
Unas afirmaciones que han ahondado la división con sus socios de Junts per Catalunya en el Ejecutivo catalán y que también ha suscitado discrepancias entre sus propias bases.