Pedro Sánchez ha ordenado a todo su gobierno y al servicio exterior que "respondan a las mentiras" del presidente de la Generalitat, Quim Torra, y de esa rama del independentismo que está aprovechando el drama del coronavirus para mutar la estrategia del España nos roba por otra mucho más peligrosa en este momento crítico: España nos mata no dejando que llegue material sanitario o impidiendo el confinamiento de Cataluña que recomiendan los expertos, aseguran a Vozpópuli fuentes gubernamentales.
La primera señal de alarma se produjo en La Moncloa este domingo, cuando Sánchez, tras una primera videoconferencia de presidentes autonómicos "cordial", vio que Torra se negaba a firmar el texto conjunto aduciendo una "invasión" de competencias y otro supuesto 155 encubierto. Actitud que confirmó el lunes al comprobar cómo la ex consejera de Educación huida, Clara Ponsatí, colgaba desde su refugio en Edimburgo un tuit absolutamente ofensivo para las víctimas y sus familiares "De Madrid al cielo" (sic), al cual Carles Puigdemont dio un me gusta desde su refugio en Waterloo (Bélgica).
Lo que ha venido después ha sido un contínuo tira y afloja dialéctico del Gobierno con Torra y la parte de su Ejecutivo que responde a Junts pel Cat y a la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC); no con ERC, que se ha desmarcado y por eso le llueven críticas independentistas- a cuenta de su complicidad con la presunta falta de acción del Ejecutivo del PSOE y Podemos.
Pero la gota que ha colmado el vaso de la paciencia del Ejecutivo ha sido la entrevista concedida por Torra a la BBC este jueves, en la que el presidente de la Generalitat se ha permitido mentir abiertamente al señalar que España "no está permitiendo" el confinamiento de Cataluña, "como recomiendan los expertos". Y ello pese a que es público y notorio que desde el sábado 14 la mayoría de los 47 millones de españoles, incluidos los catalanes, permanecen encerrados en sus casas; otra cosa es que el confinamiento deba ser más estricto, cuestión que está en estudio por el Comité de Crisis:
▶️ #President @QuimTorraiPla a @BBCWorld: “Els experts i científics que ens aconsellen diuen que la millor manera de frenar el #coronavirus és amb confinament domiciliari però el govern espanyol diu que no cal” pic.twitter.com/VD6QXddQlR
— Govern de Catalunya (@govern) March 19, 2020
Esa distorsión de la realidad de cara al exterior ha producido un monumental enfado en La Moncloa hasta el punto de que, de forma sigilosa, el Gobierno ha empezado a variar su estrategia. De seguir inicialmente su tradicional política de apaciguamiento y "diálogo", para no dar más argumentos al victimismo independentista, ha pasado a la ofensiva.
Y no solo con la respuesta que van a dar los ministerios implicados en la crisis y el servicio exterior ante cualquier intento de aprovechamiento propagandístico por parte de la Generalitat, también con "gestos" que hagan ver a los catalanes -y a la Generalitat- que la unidad de mando está garantizada para acabar cuanto antes con la pandemia.
Después de varios días en que la UME se abstuvo de 'entrar' en Cataluña, horas después de la entrevista de Torra en la BBC ya estaba desinfectando el puerto de Barcelona y el aeropuerto del Prat
Este jueves la Unidad Militar de Emergencias (UME), el Ejército en el imaginario independentista, entró en Cataluña para desinfectar el puerto de Barcelona y el aeropuerto de El Prat, como están haciendo con otras grandes infraestructuras en Madrid, Sevilla o Valencia.
Y todo ello acompañado de un duro mensaje de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Si ya el domingo pasado, tras la negativa de Quim Torra a suscribir el documento final de la videoconferencia de presidentes, dejó caer que los responsables políticos "tienen que comportarse" como tales, este jueves, tras la entrevista en la BBC fue a degüello en una entrevista en Radio Nacional de España:
Siguiendo órdenes de Sánchez, Robles acusó al president de la Generalitat de "faltar a la verdad una vez más" con sus declaraciones y de buscar "un interés propio" por su situación procesal -está inhabilitado, a falta de sentencia firme en el Tribunal Supremo. "Ha demostrado que no tiene ninguna altura como responsable político", insistió. Y Horas después entraba la UME en Barcelona.