Pedro Sánchez impulsa un nuevo giro en su política migratoria. Después de resistirse a la acogida de los náufragos atrapados en el buque humanitario Open Arms, el líder socialista acepta ahora recibir a una parte de los extranjeros que viajan a bordo, según publica este jueves El País.
Este cambio de postura obedece a la precaria situación que se vive en barco, de bandera española, después de 14 días navegando a la deriva en el Mediterráneo.
La proporción de migrantes que acogerá España está todavía por determinar, y dependerá del modelo de reparto coordinado con la Comisión Europea para lograr una solución.