El partido de Ada Colau se ve de nuevo envuelto en una crisis interna cuando apenas quedan seis meses para las elecciones municipales de mayo de 2019. La hasta ahora portavoz del grupo de Catalunya En Comú-Podem en el Parlament, Elisenda Alamany, decidió este lunes renunciar a su puesto tras semanas de tensión en el seno del partido.
La diputada, afín a las posturas más independentistas, mantiene abierto desde hace meses un pulso con la dirección de Colau. Concretamente, desde que empezaron las negociaciones para la renovación de los cargos internos del partido el pasado mes de abril.
Alamany intentó sin éxito encabezar el partido junto a Xavier Domènech. Aunque este último intentó dotar de pluralidad a la cúpula para superar las cuotas de partido, finalmente tuvo que pactar con la alcaldesa de Barcelona para frenar la división interna. Alamany renunció a formar parte de esa dirección.
La dinámica en la que entró la organización -sumada a sus responsabilidades al frente de Podem- terminó provocando que quien fue el principal interlocutor de Pablo Iglesias en Cataluña renunciase a todos sus cargos públicos y orgánicos hace un mes.
Sin poder orgánico, Alamany llegó a ser acusada de "dejación de funciones" en el grupo parlamentario. Pero la semana pasada decidió lanzar el espacio crítico 'Soberanistes' junto al líder de EUiA Joan Josep Nuet para intentar reconducir el rumbo del partido.
La plataforma pretendía denunciar que los 'comunes' se habrían distanciado de su ideario fundacional y con la que intentaba poner de manifiesto prácticas de la vieja política en el seno de la organización de Colau. Pero el éxito cosechado por su movimiento fue escaso, no logrando sumar a figuras de peso que, a priori, podían compartir su argumentación como Gerardo Pisarello o el teniente de alcalde de Barcelona Jaume Asens.
Sólo un día antes de lanzar su manifiesto, la dirección del grupo parlamentario que ocupa Jessica Albiach había decidido cesar "por pérdida de confianza" al coordinador del grupo, Marc Grau, muy próximo a Alamany. Diversas fuentes del partido aseguran que Grau se dedicaba más a "trabajar" para ella, intentado construirle un perfil propio, que a las tareas propiamente dichas de coordinación parlamentaria.
Para la destitución era necesaria la firma de Alamany. Pero esta última intentó frenarlo enviando una carta al organismo del que dependen los nombramientos de los técnicos parlamentarios, alegando un defecto de forma. Seis de los ocho miembros del grupo enviaron una segunda misiva al departamento correspondiente ratificando la destitución de Grau.
La alcaldesa de Barcelona se juega su futuro político para revalidar su poder al frente del consistorio. Pero la salida de Domènech, que no logró cohesionar al espacio político, han conseguido avivar las disputas internas de los socios de Podemos en Cataluña. Ambas formaciones concurrieron de forma conjunta en las autonómicas del pasado 21 de diciembre, tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña por parte de Mariano Rajoy.
