El PP quiere que el caso Cifuentes se transforme políticamente en el caso Rivera; que sea el líder de Ciudadanos quien, en última instancia y llegado el caso de una imputación por la Fiscalía o los jueces, asuma el desgaste de cambiar a la actual presidenta de la comunidad de Madrid por otro candidato popular... para solo ocho/diez meses de legislatura, hasta mayo de 2019.
En las dos semanas que lleva el escándalo en los medios de comunicación, el líder naranja, muy vehemente contra el PP en otros casos como el de la Presidencia de Murcia, o el de la senadora Pilar Barreiro, ha dado sobradas muestras de que prefiere tomárselo con calma; y Mariano Rajoy y los suyos han decidido trasladarle la presión de la opinión pública.
Por eso, en la apertura, este viernes, de la Convención Nacional del PP la Dirección Nacional arropó a la presidenta de la Comunidad de Madrid que, sorprendentemente y en contra de lo que dicen los manuales de la política, no fue escondida sino que se erigió en protagonista absoluta en las conversaciones de pasillos y hasta en el anfiteatro.
La presidenta madrileña está aprovechando la convención para coger aire, a la espera de ver si el caso del máster tiene derivada judicial, y se ve obligada a dimitir, o, por contra, la indefinición de Ciudadanos le salva
Es más, tras las palabras del rector de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) poniendo en cuestión su máster, la propia organización facilitó a Cifuentes una hora antes del comienzo oficial del cónclave nada menos que la sala de prensa oficial para anunciar, retadora: "no dimito porque yo cursé un master; no he cometido ninguna ilegalidad".
Luego, a la entrada la abrazaron desde Rajoy a los vicesecretarios Javier Maroto y Pablo Casado, entre otros, y la secretaria general del PP exhortó al plenario a "defender lo nuestro y a los nuestros". Muchos de los 1.500 cargos congregados en el Hotel Renacimiento de Sevilla lo entendieron más como una petición de cierre de filas que como la jugada que realmente es:
Primero, "ganar tiempo", que en este caso "beneficia al PP, no a Cifuentes", dice una fuente consultada por Vozpópuli; y segundo,poner a Albert Rivera en la tesitura de elegir entre apoyar al socialista Ángel Gabilondo en la moción de censura del PSM y Podemos, seguir apoyando a Cifuentes si no hay derivada judicial del master, "o empeñarse en un cambio del que no está claro que Ciudadanos vaya a ser beneficiario en las elecciones de 2019".
Ángel Garrido, consejero de Presidencia, encabeza las 'quinielas' para presidir la comunidad en caso de que Cifuentes se vea obligada finalmente a dimitir por el escándalo del master
El cálculo que se hace en la sede de Génova es que, en ese escenario, el peor de los tres, Rivera va a hacerle la transición de liderazgo al PP madrileño. Porque es muy difícil que quien sea presidente de la comunidad -en los pasillos se habla de Ángel Garrido, actual consejero de Presidencia- no acabe repitiendo como cartel electoral en las elecciones de mayo; con Pablo Casado -o no- como candidato a la Alcaldía de la capital.
De momento, Cifuentes se pasea por el plenario de la convención popular entre reproches en voz baja de los suyos por haber puesto al partido en esta situación, pero con la ventaja estratégica de que "Madrid no es Murcia" dentro de la política nacional, en palabras de un veterano diputado, y eso hace que Ciudadanos se lo esté pensando antes de dar el paso de pedir su cabeza.