Los secretarios generales de PSOE y Podemos apremian al líder de Ciudadanos para que apoye la moción de censura registrada este jueves por los socialistas contra la presidenta madrileña de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, por la presunta falsificación de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos.
La crisis abierta se juega en clave nacional y tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias coinciden en que la situación de la mandataria madrileña ha llegado a un punto insostenible. Las relaciones entre ambos partidos no pasan, en cambio, por sus mejores momentos cuando falta apenas un año para la cita con las urnas, aunque a nivel regional la situación es mucho más cordial.
La moción en la Asamblea de Madrid tiene pocos visos de prosperar, puesto que los de Albert Rivera prefieren abrir antes una comisión de investigación que aclare lo sucedido como paso previo a la toma de una decisión. Podrían llegar a hacer lo mismo que en Murcia hace un año, forzando la dimisión de Cifuentes si es finalmente imputada y apoyando a otro candidato del PP que gobierne hasta el final de la legislatura.
En cualquier caso, el líder socialista se ha volcado con el PSOE madrileño en su acoso y derribo contra Cifuentes. Este sábado arropará al secretario general de la federación madrileña, José Manuel Franco, y al portavoz en la Asamblea, Ángel Gabilondo, en un acto titulado "Moción de censura, por decencia democrática". El lunes se celebrará una reunión conjunta de la Ejecutiva federal y de la regional.
El líder de Podemos, por su parte, participará en el cónclave con la militancia que el partido ha preparado en la Universidad Complutense de Madrid para diseñar las líneas básicas de su estrategia electoral para las próximas municipales y autonómicas. La formación morada ha dado vía libre al PSOE madrileño para la moción contra Cifuentes, sin exigir puestos en un hipotético ejecutivo resultante hasta los nuevos comicios.
Ambos partidos se juegan con Madrid buena parte de sus aspiraciones en 2020 y la crisis abierta por Cifuentes ha precipitado la carrera electoral hacia las urnas. Aunque el candidato designado por Iglesias para disputar la presidencia, Íñigo Errejón, apuesta por una estrategia más colaborativa con el PSOE que de batalla electoral. Todo con el fin de aglutinar el voto de izquierdas y evitar fugas al partido de Rivera al que todas las encuestas sitúan al alza.
Sin embargo, debe someterse primero a un proceso de primarias para ser designado candidato oficial. La principal oposición dentro de sus filas la encuentra en la portavoz en la Asamblea, Lorena Ruiz-Huerta, que este jueves sí exigió un acuerdo programático con los socialistas para brindarles su apoyo, algo que todos dan por descontado.
La moción de censura ha marcado la relación entre ambos partidos a lo largo de los últimos dos años tanto a nivel nacional como a nivel regional. Pablo Iglesias presentó una contra Mariano Rajoy y Podemos otra contra Cifuentes, ambas abocadas al fracaso. Ahora, las tornas han cambiado, aunque tampoco hay visos de que prospere.
