Mientras Puigdemont se pasea tranquilamente por las calles de Gerona, su partido empieza a moverse de cara a las elecciones del 21-D convocadas por Mariano Rajoy. En diez días tienen que presentarse las candidaturas. De ahí que se palpan ya movimientos discretos en las fuerzas nacionalistas.
En la dirigencia del PDeCAT, el partido del president, late la opinión mayoritaria de concurrir a los comicios. Artur Mas, urdidor en la sombra de buena parte de la tragedia que hace zozobrar a Cataluña, se mostró en su momento partidario de ir a las urnas. Sería 'letal' para el independentismo quedar fuera del Parlament, declaró recientemente. Hay demasiados intereses en juego como para que el partido que más tiempo ha gobernado en la Cataluña reciente quede fuera del tablero político.
En las filas del PDeCAT se aspira a recuperar el espíritu de la vieja Convergencia, alejada del radicalismo de la CUP que les ha mantenido secuestrados durante dos años y que ha estado a punto de detrozarlos. Hay incluso ya algunas escaramuzas subterráneas para la elaboración de listas. Puigdemont, sea cual fuere su futuro, ya anunció en su momento que, tras proclamar la independencia, daría "un paso al costado" y se retiraría de la primera línea de la política.
El propio Artur Mas impulsa, discretamente, una candidatura 'de país' en la que se integrarían todos los grupos políticos independentistas, para así evitar el cataclismo de PDeCAT. A este movimiento, además de ERC se le sumarían las entidades de la agitación callejera, Òmnium y ANC, cuyos líderes permanecen ahora en prisión. Los dos Jordis podrían incluso aparecer en la lista electoral como candidatos, puesto que no han sido inhabilitados políticamente por el tribunal.
ERC se lo piensa. No ha desvelado aún sus intenciones. Oriol Junqueras, su líder, nunca ha ocultado su intención de sentarse en el sillón de la Generalitat. Sería indudablemente el cabeza de cartel aunque está pendiente de su futuro judicial ya que podría ser imputado por su participación activa en la sesión del Parlament que aprobó la independencia.
Los republicanos no parecen demasiado dispuestos a unir de nuevo sus fuerzas a las del PDeCAT. "Junts pel Sí está muerto y bien muerto", señalaba este sábado un dirigente de ERC. Piensan que Puigdemont ha ido a lo suyo, les ha engañado demasiadas veces y ha preferido hacer causa común con la CUP.
Precisamente es este movimiento radical el que lo tiene más claro. La diputada de la CUP Mireia Boya respondió a la convocatoria de los comicios con una provocación que ha tenido enorme acogida entre los separatistas: "El 21-D haremos una paella masiva insumisa". Nadie parece dudar que la CUP promoverá un boicot a estas elecciones.
En la familia separatista no se cierra la puerta a la posibilidad de que Puigdemont, que se mantiene en rebeldía y ejerce aún como president, pueda convocar también a los catalanes a las urnas el mismo día 21. Durante las negociaciones con los intermediarios de la Moncloa, circuló la fecha del 20-D. Esa posibilidad quedó descartada al rechazar Rajoy las exigencias y chantajes del president a cambio de retirar la DUI y convocar elecciones.
El cese de Trapero
El escenario es cambiante y vertiginoso y se desconoce por ahora cual será el futuro en las próximas jornada. El equipo de Gobierno que dirige Soraya Sáenz e Santamaría va a proceder a desmantelar el Govern y parte de la administración catalana. Por el momento se han dado ya pasos en la policía autonómica. Dimitió el director general de los Mossos y en la madrugada del domingo fue cesado cesado el mayor Trapero, quien se despidió de sus agentes con una sensible misiva. Desalojar a todos los consejeros de sus despachos y de sus cargos será labor para el la mañana del lunes.
La Fiscalía también se ha tomado con calma el fin de semana. Reservan para el lunes sus actuaciones contra los promotores del golpe. "Habría sido todo mucho más fácil zanjar este trámite durante el sábado y domingo", señalaba una fuente del Gobierno. Se evitarían, lógicamente, las escenas comprometidas que algunos de los secesionistas están buscando. "El lunes empieza todo", señala un dirigente del partido de Puigdemont.