Política

Rajoy adelantó las elecciones del 28-E al 21-D por la presión de Rivera

El presidente del Gobierno y el líder de Ciudadanos estuvieron en permanente contacto el jueves y el viernes. El dirigente naranja instó al jefe del Ejecutivo a no dejar pasar la actual movilización de los constitucionalistas en la calle.

  • El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (d), y el de Ciudadanos, Albert Rivera.

"Presidente, lo antes posible". La insistencia del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en sus conversaciones con el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, para que convocara elecciones en Cataluña en la primera fecha disponible del calendario surtió efecto el pasado viernes. El anuncio de comicios autonómicos al Parlament para el 21 de diciembre, en aplicación del artículo 155 de la Constitución frente a la declaración unilateral de independencia (DUI) del ya destituido Govern, fue una "concesión" de Rajoy a su socio de investidura, sobre todo después de que el presidente del Gobierno apostara inicialmente por llamar a las urnas el 28 de enero, esto es, después del parón navideño.

Según fuentes solventes conocedoras de las conversaciones entre Rajoy y Rivera, el jefe del Ejecutivo tomó buena nota de una recomendación muy concreta del dirigente naranja: no podía dejar pasar la actual movilización de los constitucionalistas en la calle. La campaña debía comenzar ya y la manifestación convocada por Societat Civil Catalana para este domingo, que reunió a más de un millón de personas en las calles de Barcelona, era el mejor pistoletazo de salida. A ella acudieron los candidatos de Ciudadanos, PSC y PP a la Presidencia de la Generalitat, Inés Arrimadas, Miquel Iceta y Xavier García Albiol. El pasado 8 de octubre, otra manifestación a favor de la unidad de España organizada por Sociedad Civil Catalana también congregó a un millón de asistentes en la capital catalana. Es el "patriotismo civil moderno" al que apeló Rivera el pasado sábado, ante el Consejo General de Ciudadanos, en su primer mitin de cara a la cita del 21-D.

Con las Navidades de por medio, la fecha del 28 de enero quedaba así demasiado lejos para vehicular esta fuerza ciudadana que reclama un gobierno demócrata en la Generalitat. La solución al acoso de los independentistas, responsables de fracturar la convivencia social, no podía esperar.

La 'campaña' debía comenzar ya y la manifestación convocada por Societat Civil Catalana para este domingo era el mejor pistoletazo de salida

Junto a ello, las fuentes citadas subrayan que la presión de Ciudadanos también ha estado motivada por la importancia que tiene para la formación centrista que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018 "vean la luz cuanto antes". Sobre todo, porque Cs ya había arañado al Gobierno medidas relevantes por valor de 8.297 millones (otra semana de baja de paternidad, cheques guardería, rebaja del IRPF para rentas más bajas...). Esos Presupuestos del próximo año debían de estar ahora mismo en tramitación parlamentaria, pero el Gobierno ha prorrogado los de 2017 al no contar con el apoyo del PNV por la crisis catalana. Será enero, una vez se celebren las elecciones al Parlament, cuando el Gobierno podrá obtener el voto favorable de los nacionalistas vascos.

Además, en caso de haber ido a elecciones el 28 de enero, la disolución del Parlament no se habría producido de inmediato, lo que hubiera permitido a los independentistas seguir haciendo uso de la Cámara autonómica como altavoz separatista e impidiendo el control del Govern por parte de la oposición, algo que llevaba ocurriendo en el último mes y medio. 

De hecho, el requerimiento del Ejecutivo central con las medidas del 155 que aprobó el Senado horas antes del anuncio electoral, contemplaba que la disolución del Parlament y convocatoria de comicios autonómicos era una competencia que pasaba al presidente del Gobierno y que "deberá ejercitarse en el plazo máximo de 6 meses". Además, se decía que "el Parlamento de Cataluña seguirá ejerciendo su potestad legislativa y de organización propia, si bien no podrá tramitar iniciativas que resulten contrarias a las presentes medidas, ni su presupuesto, objeto y finalidad". Pero esta interinidad del Parlament dejó de estar en la previsión del Ejecutivo en el momento en que Rajoy disolvió la Cámara catalana y llamó a las urnas el 21-D.

Aunque el requerimiento hablaba de un plazo máximo de 6 meses para convocar elecciones, Rajoy ya había manifestado la semana previa que no se apuraría este margen. Tal es así que la número cuatro del PSOE, Carmen Calvo, negociadora de la aplicación del 155 con el Gobierno, deslizó el 20 de octubre en una entrevista en Los Desayunos de TVE que la intención del Ejecutivo, apoyada por los socialistas, era convocar elecciones en enero si activaba el 155. Ese mismo día, el propio Albert Rivera desveló que la fecha acordada con el jefe del Ejecutivo era el 28 de enero

Sin embargo, sólo una semana después, Rajoy adelantó esa fecha al 21 de diciembre, atendiendo la constante exigencia de Ciudadanos para fijar elecciones lo más pronto posible según los plazos de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg). Y así fue. Los comicios fueron convocados para el primer día que permitía la ley, exactamente 54 días después de que se publicara el sábado el decreto de convocatoria. Por este mismo cálculo, el expresidente de la Generalitat Carles Pugidemont estuvo a punto el pasado jueves de convocar elecciones anticipadas para el 20 de diciembre

"Desde septiembre"

Las fuentes consultadas señalan que Rivera venía plantenado a Rajoy "desde el mes de septiembre" que convocara elecciones en Cataluña la fecha más cercana conforme a la Loreg. Y así se lo volvió a transmitir al jefe del Ejecutivo en la mañana de jueves, en la que ambos líderes mantuvieron varias conversaciones telefónicas. Ya en la tarde del viernes, cuando Rajoy llamó a Rivera tras el Consejo de Ministros extraordinario, fue para comunicarle que el día elegido era el 21-D.

Esta llamada se produjo antes de que el presidente del Gobierno compareciera ante la prensa, en una declaración institucional en la que agradeció a Rivera y al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, su apoyo a las medidas aplicadas en virtud del artículo 155 de la Constitución. "Estas medidas las han compartido; muchas se han planteado por ellos en los últimos días", reconoció Rajoy.

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