Este jueves empiezan las sesiones de investidura para la presidencia de los gobiernos de Canarias y Asturias, donde los candidatos del PSOE tienen muchas posibilidades de salir victoriosos, aunque sea por mayoría simple en una segunda votación a las 48 horas.
Por el contrario, las negociaciones con Podemos en Aragón y La Rioja están bloqueadas y la repetición de elecciones ya no es una quimera debido a que Pablo Iglesias ha trabado las coaliciones en ambas regiones para no dar poder a sus críticos dentro de Podemos. Así están las conversaciones entre partidos a día de hoy:
Canarias
El archipiélago se dispone a vivir un cambio histórico después de 26 años de gobiernos dirigidos por Coalición Canaria. El llamado ‘pacto de las flores’ entre las fuerzas progresistas pasará hoy y mañana su primera prueba de fuego durante la sesión de investidura. Los votos de PSOE, Nuevas Canarias, Podemos y la Agrupación Socialista Gomera (ASG) alcanzan los 37 escaños, una cifra por encima de la mayoría absoluta para elegir al socialista Ángel Víctor Torres como presidente.
El citado pacto tiene la fragilidad de que los tres diputados de ASG, comandados por Casimiro Curbelo, pueden romper la baraja en cualquier momento de la legislatura y darles la mayoría al centro-derecha (Coalición Canaria, PP y Cs) como estuvo a punto de ocurrir en la negociación a dos bandas que ASG mantuvo en junio.
Es más, tras el pacto de las flores, el propio Curbelo ha mantenido conversaciones telefónicas con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, tal y como desveló Vozpópuli, lo que demuestra que los puentes no están rotos del todo. En todo caso, ASG ha garantizado su apoyo al socialista Torres para empezar la legislatura y en la votación de mañana no se esperan sorpresas.
Asturias
En el Principio empieza hoy también la sesión de investidura del socialista Adrián Barbón, único candidato propuesto para la presidencia. Sin embargo, las negociaciones entre el PSOE y Podemos siguen abiertas. En realidad, sólo con los dos diputados morados porque los otros dos de IU sí que han dado su apoyo a Barbón.
Los socialistas consiguieron 20 de los 45 diputados de la Asamblea asturiana, doblaron en número al PP (10) y con los 4 de Podemos tendrán una legislatura placentera, pero aún no hay un acuerdo por escrito y no se descarta que finalmente haya un Ejecutivo de coalición.
La diferencia surgida entre los diputados Podemos e IU está en la falta de concreción, a juicio de los primeros, en el documento inicial que PSOE firmó con ellos ya que sólo se incluyeron líneas generales para entrar en los detalles más adelante, pero el partido de Pablo Iglesias quiere pactar ahora cifras económicas y fechas de ejecución.
Aragón
Parecía una comunidad autónoma en el bolsillo del PSOE, pero en los últimos días se han complicado las negociaciones para Javier Lambán. Tras las elecciones del 26-M, el PSOE tuvo el acierto de pactar muy rápido con los regionalistas del Partido Aragonés, pese a su ideario conservador y a que sus representantes estuvieron en la manifestación de febrero del centro-derecha en la plaza madrileña de Colón.
Lambán había logrado lo más difícil –PP, Cs, Vox y PAR sumaban mayoría absoluta–, pero no ha conseguido sumar al proyecto a Podemos por la exigencia morada de obtener cargos en el próximo Ejecutivo regional, una opción que no está contemplada en el pacto entre PSOE y PAR. Las otras dos formaciones progresistas con representación parlamentaria –los regionalistas de la Chunta e IU– sí que han bendecido el acuerdo de PSOE y PAR.
El problema para los socialistas es que el reloj para la convocatoria de nuevas elecciones sigue corriendo y no queda mucho tiempo. El plazo para investir a un nuevo presidente concluye el 20 de agosto, en plenas vacaciones de verano, y se necesitan varios días para que haya una candidatura oficial, se reúna la mesa así como la junta de portavoces. Así las cosas, sólo queda un mes y ante la persistencia del bloqueo, ya nadie descarta en Zaragoza que el Parlamento vote a mitad de agosto.
Desde Podemos se ha trasladado al PSOE la posibilidad de aparcar su petición de entrar en el Gobierno de Lambán, a cambio de que haya un programa donde se ponga negro sobre blanco en cuanto a los compromisos programáticos y la estructura del Ejecutivo, con los nombres de los consejeros y directores generales. Sin embargo, tal exigencia no es asumida por el momento por el PSOE.
La Rioja
Esta región está cerca de otro cambio histórico ya que el PP gobierna de forma ininterrumpida desde hace 24 años, primero con Pedro Sanz y desde la última legislatura, con José Ignacio Ceniceros. La socialista Concha Andreu se presenta el próximo lunes a la sesión de investidura sin haber cerrado su acuerdo con la coalición de Podemos e IU, que se ha roto en los últimos días por discrepancias con las negociaciones con el PSOE.
La balanza está muy ajustada ya que las fuerzas progresistas suman 17 escaños del Parlamento riojano, sólo uno por delante de la suma de PP y Ciudadanos. El día de las elecciones, los 7.000 votos de los regionalistas del Partido Riojano y los 6.000 de Vox no sirvieron para lograr escaño. Las diferencias entre Podemos e IU se resumen en el deseo de la formación morada por entrar en el Gobierno de Andreu.
Los preacuerdos Andreu con Podemos apuntaban a que los morados pudieran tener al menos una consejería. Pero cuando todo parecía encauzarse, aparecieron las injerencias de Madrid. Desde la dirección nacional de Podemos hubo decenas de llamadas para torpedear todo tipo de acuerdo. Sobre todo después de que Francis Gil, ex asesor político de Iglesias pero que se ha distanciado de él, ha ido a esos territorios para ayudar en las negociaciones con el PSOE.
Navarra
En plenos Sanfermines, la situación política está estancada. Hay que recordar que el Parlamento foral quedó con la coalición del centro-derecha de Navarra Suma como primera fuerza (19 escaños, a siete de la mayoría absoluta). El otro bloque suman 31 y lo forman PSOE (11), Geroa Bai (la marca del PNV en Navarra, 9), Bildu (8), Podemos (2) e Izquierda-Ezkerra (1).
Los socialistas de María Chivite ya han cerrado un acuerdo programático con Geroa Bai, Podemos y Ezkerra, así que una hipotética investidura quedaría en manos de Bildu, que al menos se tendría que abstener para que el PSN regrese al poder.
El acuerdo firmado conlleva el "desarrollo y aplicación" de la Ley Foral 16/2019, conocida como "ley de abusos policiales", que supone el "reconocimiento y reparación de las víctimas por actos de motivación política provocados por grupos de extrema derecha o funcionarios públicos.
El escrito por el que los socialistas gobernarán Navarra se conoció el pasado 5 de julio, aunque todos los partidos han avanzado que tiene que ser ratificado por las direcciones de los cuatro partidos tras las fiestas en Pamplona.
La candidatura de Chivite, por tanto, no está asegurada. Necesita los votos de Bildu para salir adelante y la formación abertzale señaló en un comunicado que la dirigente del PSOE "no tiene mayoría", al sumar 23 de los 50 parlamentarios de la Cámara, y destacó que sus votos son "imprescindibles" tanto para "formar gobierno como para mantener una estabilidad".
EH Bildu hizo hincapié en que "un hipotético gobierno que se define a sí mismo como progresista no se puede basar en la exclusión política de una parte de la sociedad, sino en un modelo democrático de convivencia", así que las espadas están en todo lo alto.