El Gobierno de Canadá, encabezado por Justin Trudeau, no prohibió la entrada al país del expresidente catalán Carles Puigdemont, contrariamente a lo que denunció la Sociedad San Juan Bautista de Quebec (SSJB), la principal asociación separatista de la provincia canadiense, que le invitó para hablar del referéndum ilegal del 1 de octubre.
El propio primer ministro canadiense rechazó el pasado 30 de abril que la negativa de Canadá a impedir la entrada en el país del expresidente catalán fuera fruto de la intervención de su Gobierno. Lo que ocurrió fue que Puigdemont erró en su tramitación de la Autorización de Viaje Electrónica, según informa este viernes el diario canadiense La Presse.
Esta autorización, necesaria para entrar al país, se puede gestionar a través de la página web del Gobierno canadiense pagando una tarifa de siete dólares. Sin embargo, el expresidente catalán la gestionó a través de una de las páginas web privadas que cobran por hacer de intermediarias en el proceso. Puigdemont recurrió al portal Canadianeta-visa.com, que cobra 93 dólares por la gestión y ya no está activa.
Falta de documentación
Además, la web elegida no comunicó a Puigdemont que el Gobierno le había enviado dos cartas, en las que le reclamaban nuevos datos para completar la tramitación de la autorización de viaje. Al no ser informado de ello por la web en la que realizó el trámite, el Ejecutivo canadiense le canceló el permiso.
El primer ministro canadiense declaró a los medios de comunicación que no se produjo ninguna intervención política para negar la entrada en el país a Puigdemont y que la decisión fue tomada de forma independiente por funcionarios del Ministerio de Inmigración. Trudeau añadió que no intervendrá para cambiar esa decisión.