Mariano Rajoy huye de cualquier tipo de confrontación con José María Aznar. Una actitud que siempre ha mantenido. Ahora, en forma más intensa. Desde su renuncia a la presidencia de Honor del PP, Aznar despliega una inédita actividad pública. Tres comparecencias en quince días con mensaje muy críticos hacia la gestión de Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno comentó en una reciente entrevista en “La Razón”, que está firmemente convencido de que Aznar no le hará daño al partido. También lo piensa Esperanza Aguirre, en su día aznarista de pro, quien asegura que “Aznar nunca irá contra el PP ni el PP irá contra Aznar”. No todos comparten esta opinión. Entre los ‘populares’ se palpa una cierta sorpresa por la apretada agenda pública que protagoniza Aznar. Se da por hecho que esta línea irá en aumento y que Faes pretende convertirse en un estandarte ideológico para el espectro social liberal/conservador. Aznar, sospechan en Génova, busca mantener su influencia en el partido de cara a ejercer como referente llegada la hora de la sucesión de Rajoy.
Marcar las distancias
Al frente de Faes, Aznar desarrolla un calendario repleto de actividades. Tanto en forma de trabajos, apuntes, libros o apariciones públicas de su equipo y de él mismo. Un ‘think tank’ poderoso y versátil, que acoge en su Patronato a quienes ocuparon altos cargos en los gobiernos aznaristas.
Rajoy mantiene una actitud de displicente distancia hacia su predecesor, el hombre que le puso al frente del partido. No oculta, sin embargo, un notorio malestar cuando se habla o le preguntan sobre él en público. “Gracias por no insistir”, le contestó al periodista antes de interrogarle sobre unas palabras de Aznar. Ni una referencia ni una palabra. En el partido se sigue la misma norma. Silencio radical. Tan sólo las palabras obligadas si no hay más remedio. “Ha sido una persona muy importante para el partido y siempre hay que escuchar lo que dice”. Esta es la fórmula que recitan, como una jaculatoria, los diversos dirigentes del PP a quienes se les ha interrogados sobre alguna intervención de quien fuera su líder.
Aznar no desazona a la dirección el partido, pero se está atento a sus pasos. Hay dirigentes que incluso pretenden elaborar algún tipo de respuesta, como Juan José Echániz, exconsejero de Cospedal en Castilla la Mancha, quien ha impulsado una enmienda a los Estatutos que debatirá el partido en el Congreso de febrero, en el que propugna la creación de un consejo asesor de notables, tal y como informaba 'La razón', que podría hacer la labor que ahora cumple Faes. Rajoy ha desmentido tal posibilidad con una firme negativa..
En Génova se trabaja en otra vía, la de crear su propia Fundación, una iniciativa que está elaborando un equipo, bajo el amparo de la secretaria general y que posiblemente se presente en sociedad una vez clausurado el Congreso. No se trata de darle la réplica a cuanta doctrina lance Faes en sus actos, sino de dotarse de una institución que cumpla un cometido similar: dotar de un armazón ideológico a la línea de acción política del partido.