Mariano Rajoy quiere, como en su momento Soraya Sáenz de Santamaría, hacerse 'imprescindible' en Cataluña. En plena descomposición del denominado 'proceso' independentista, el presidente del Gobierno español tiene previstos tres desplazamientos a Barcelona durante el mes de mayo. Uno más, si todo sale como está previsto, que el pasado marzo, cuando viajó en dos ocasiones de esa comunidad.
El 'procés' está atascado, no avanza. Las tensiones entre los partidos que conforman el Gobierno de la Generalitat ya no se disimulan. Las acusaciones de juego sucio se han multiplicado en los últimos días. La posibilidad de que el referéndum salga adelante parece una quimera inalcanzable. Se convocará, es posible, según apuntan en fuentes nacionalistas. Pero no se celebrará. Empieza a tomar cuerpo la posibilidad de unas elecciones en otoño. PDeCat, la antigua Convergencia, y ERC se disputan abiertamente una posible vistoria en las urnas.
Rajoy mantiene sin alteraciones su estrategia, empeñado en trasladar la idea de que el Gobierno central incrementa su apoyo a los ciudadanos catalanes al margen del proyecto secesionista en marcha. La 'operación díalogo' que dirige la vicepresidenta sigue su curso. Mano dura desde los tribunales y desde el propio Ejecutivo central frente a los desafíos secesionistas y presencia continua en Cataluña de miembros del Gobierno.
Empresarios y sociedad civil
Tres visitas a Barcelona tiene agendadas Rajoy para el mes próximo. Las tres son de ámbito estrictamente económico y en contacto con la sociedad civil y el mundo de la empresa, según informaba Efe. Un acto de Fomento del Trabajo, la patronal catalana, de perfil nacionalista pero crítica con el plebiscito. El Salón del Automóvil y las Jornadas del Círculo de Economía de Sitges. En las dos últimas posiblemente coincida con el presidente de la Generalitat, Carles Puigtdemont, pero no está previsto que se encuentren a solas. El encuentro entre ambos dirigentes, solicitado hace meses por el 'president', sigue en el congelador. Moncloa no lo considero oportuna al menos haya que la consulta secesionista desaparezca de la agenda catalana.
En el PP se da por hecho que el plan separatista está a puntod e naufragar. Así lo repiten con insistencia algunos de sus dirigentes, como Xavier García Albiol, quien considera inviable tal posibilidad porque ni los jueces ni el Ejecutivo central lo van a permitir. "Quieren ver a los tanques por la Diagonal", afirmaba el presidente del PP catalán en una entrevista este fin de semana. La oferta de diálogo y el cumplimiento escrupuloso de la ley será la única respuesta.
En su última visita a Cataluña, Rajoy anunció un paquete de inversiones de más de 4.000 millones de euros hasta 2020. Una medida que no fue recibida con demasiado entusiasmo por su auditorio por considerar que esa cifra se queda aún muy lejos de la deuda del Estado con esta comunidad. Durante las próximas semanas seguirá en función el 'puente aéreo' por parte de representantes del Gobierno de Rajoy a Cataluña, pal objeto de mantener viva la presencia del Estado.