El presidente del Gobierno y candidato socialista, Pedro Sánchez, intentó por todos los medios que Santiago Abascal participase en el debate entre los candidatos a las elecciones generales del próximo domingo, pero se topó con la aplicación de la ley que hizo la Junta Electoral Central (JEC).
El líder de Vox se quedó fuera y, en contra de lo que se podía esperar, no fue el 'recurso para todo' de Sánchez o Pablo Iglesias contra los líderes de PP y Ciudadanos, Pablo Casado y Albert Rivera, respectivamente.
A Vox no le convenía especialmente estar en el plató de RTVE para evitar el cuerpo a cuerpo de todos los candidatos contra Abascal y por el papel de víctima del sistema que ha mostrado en los últimos mitines. "Cuando ven que no pueden retorcer nuestro mensaje porque vamos a estar cara a cara en un debate, lo que hacen es llamar al separatismo para que les haga el trabajo sucio y nos expulse de un debate en el que teníamos todo el derecho a estar", dijo en referencia al recurso del partido de Carles Puigdemont que motivó su exclusión del debate a cinco organizado por Atresmedia.
Su estrategia -mucho más emocional a través de las redes sociales- ha servido para marcar la campaña del 28-A. Ni a Pablo Casado ni a Albert Rivera les beneficiaba su presencia en el debate, pero Sánchez no hizo especial énfasis en la recordar la famosa "foto de Colón", cuando los tres líderes de los partidos de la derecha se concentraron juntos en la plaza madrileña.
Sólo mentó a Vox en seis ocasiones, mientras que Iglesias lo hizo una vez. Mientras tanto, Abascal reorganizó su agenda tras la decisión de la JEC y volvió a llenar en La Coruña, ante cientos de simpatizantes de su formación. El líder de Vox estará esta tarde en la plaza de toros de Las Rozas, dos horas antes de que comience la segunda parte del debate a cuatro en la televisión privada. Allí, el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy no consiguió llenar en la campaña de 2015.