Para el líder de un partido, no hay nada peor que sus fieles dimitan o amenacen con dar un portazo de uno en uno, en un lento goteo de deserciones que crispa los ánimos de los que quedan a su lado y que provoca que la crisis interna tenga la apariencia de prolongarse ad eternum. En esta situación se encuentra Albert Rivera desde el terremoto del 24 de junio en Ciudadanos, según confiesan fuentes de su entorno a Vozpópuli.
Aquel día fue cuando Toni Roldán le abandonó con fuertes críticas a su gestión post-electoral del 'no es no' a Pedro Sánchez cuando, en opinión del hasta entonces portavoz económico, PSOE y Cs podrían explorar una mayoría absoluta de 180 escaños o, en su defecto, negociar una abstención con el presidente del Gobierno en funciones, en el que este último se alejase de Podemos y las fuerzas nacionalistas e independentistas.
A la marcha de Roldán, le siguió ese mismo día el amago de revuelta interna liderado por Luis Garicano, Javier Nart, Francisco Igea y Fernando Maura, quienes perdieron con 24 votos en contra su deseo de facilitar una investidura de Sánchez.
Sólo hubo tres abstenciones -las de Ignacio Prendes, Marta Martín y Orlena de Miguel- que dieron pie a todo tipo de conjeturas: el primero alegó que no le gustó como se gestó la votación, mientras la tercera es la única -junto a Maura- que está en la Ejecutiva sin tener un cargo de responsabilidad, por lo que tiene muchas papeletas de ser sustituida en la próxima renovación de la cúpula.
Dicha renovación vendrá, con toda seguridad, el próximo 29 de julio, tras la inesperada convocatoria para ese día de un Consejo General, el máximo órgano político entre asambleas. Y a buen seguro, ese cónclave naranja será el más importante desde que Ciudadanos salió de Cataluña para convertirse en una formación de ámbito nacional.
Semanas sin paz
Desde el famoso 24 de junio, no ha habido semana sin paz dentro de Ciudadanos. En el Consejo General del 28 de junio se aprobó la entrada de Marcos de Quinto en la Ejecutiva Nacional "sin ningún voto en contra", según explicó el partido en un comunicado. Pero sí que hubo una abstención crítica con la decisión de Rivera de promocionar al exdirectivo de Coca-Cola, la del joven dirigente canario Javier Aarón Amador, según supo Vozpópuli.
Tras ello, el 6 de julio llegó la dimisión de Xavier Pericay, el último de los 15 intelectuales que fundaron el partido en Barcelona hace casi 15 años y que había perdido las últimas primarias naranjas en las Islas Baleares para encabezar la lista autonómica, sin que la dirección nacional moviese un dedo en su apoyo.
Su salida de la Ejecutiva de Cs estaba en boca de todos desde hacía unos meses y no estuvo en la reunión del día 24 de junio por encontrarse de viaje fuera de España, pero le quedó una mala impresión de cómo se gestionó la discrepancia interna tras la salida de Roldán y por ello prefirió dimitir.
Nadie de la Ejecutiva Nacional -a excepción de Inés Arrimadas, Marta Rivera y los críticos que quedan dentro de ella- se despidió de Pericay en Twitter, según comprobó este medio. Un silencio oficial aún más incómodo que el de Toni Roldán, a quien Rivera al menos le dedicó unas palabras de despedida en un tuit en el que incluyó la bienvenida de quienes le iban a sustituir en el partido -De Marco en la Ejecutiva y Edmundo Bal como portavoz adjunto en el Congreso- para no dar la sensación de vacío.
La novedad con De la Torre
Con todo, la salida de Pericay no parece que sea la última. El pasado viernes, fuentes próximas a Francisco de la Torre indicaron a El País que barrunta la idea de dejar su escaño en la Cámara baja y abandonar sus cargos orgánicos dentro del partido naranja. De la Torre fue uno de los fichajes estrellas de Rivera para las generales de 2015 y en las dos últimas legislaturas ha estado en el equipo económico de Garicano y Roldán.
La novedad con De la Torre es que él se alineó con Rivera en la decisiva votación de junio, por lo que se estaría ante la primera fuga entre los dirigentes que respaldaron al líder naranja en la revuelta de los críticos. Una grieta que se puede agrandar a tenor de lo relatado, bajo anonimato, por un empresario a Vozpópuli tras reunirse con uno de los miembros de la Ejecutiva naranja que había cerrado filas con Rivera.
Para que la bola de los críticos deje de agrandarse, Rivera ha convocado un Consejo General el último lunes de julio... con la investidura de Sánchez quizás resuelta y el país con la mente en las vacaciones
"Me arrepiento de lo que voté", le confesó el dirigente de Cs al incrédulo empresario. "Y no soy el único. Hay más como yo", apostilló. Aquel 24 de junio pilló por sorpresa a más de uno. Bien es verdad que Crónica Global había informado tres días antes que Roldán se planteaba dimitir como diputado y de sus cargos dentro de Ciudadanos. Pero durante el fin de semana, el portavoz económico de CS se dedicó a desmentir por teléfono que esa fuese su intención. Hasta que llegó el lunes de marras y comunicó a Rivera y José Manuel Villegas que se iba.
Ahora, con De la Torre, en Ciudadanos se temen que haya un movimiento parecido. Y ante esa posibilidad y para que la bola de los críticos deje de agrandarse, es lo que ha llevado al presidente naranja a convocar un Consejo General el último lunes de julio... con la investidura de Sánchez quizás resuelta y el país con la mente en las vacaciones.
La discrecionalidad de Rivera
Para llegar a ese cónclave se tendrá que pasar primero, en el día de hoy, por un Comité Ejecutivo formado por 12 fieles a Rivera, en el que este último podrá explicar cuáles son sus planes de futuro para el partido. Tras ello, es muy posible que haya una Ejecutiva Nacional -aún sin fecha- en la que se tengan que refrendar varios nombramientos aprobados por el propio presidente, al que los estatutos dan total discrecionalidad en ese trámite.
En esa Ejecutiva Nacional, con sus 33 miembros tras la marcha de Pericay, sí que hay críticos y seguramente sea la última oportunidad que tengan para oponer resistencia a Rivera ya que las decisiones que lleguen al Consejo General del día 29 se aprobarán con el rodillo de los 'riveristas', pues este órgano de 160 personas está configurado a la medida del líder naranja.