No se pondrán urnas. Puigdemont puede ser inhabilitado. El referéndum es 'una chapuza'. Soraya Sáenz de Santamaría ha pasado de la 'operación diálogo' a 'martillo de independentistas'. La vicepresidenta del Gobierno ha transformado su mensaje. Es la voz más dura de Moncloa. Conoce bien a los secesionistas, después de un año de infructuosos contactos. Y está no sólo decepcionada sino sumamente irritada, según confiesan en su entorno.
Dos horas antes de que Mariano Rajoy se reuniera con la Junta Directiva Nacional de su partido, Santamaría se encargaba, en una entrevista en la Ser, de disipar todo tipo de dudas. "La suspensión del presidente de la Generalitat en su cargo es posible porque está previsto en las leyes". "Si tuvieran las urnas ya se encargarían las autoridades de impedir que se pongan". "Con Junqueras no se podía hablar. No me dejó ni abrir la carpeta. Referéndum, referéndum, referéndum. No decía otra cosa".
Santamaría muestra en estas horas el rostro más implacable de Moncloa. Rajoy se manifiesta igualmente severo pero más contenido en las formas. "Firmeza, prudencia, proporcionalidad". Son las muletillas de Rajoy para referirse a la respuesta del Gobierno en el caso de que Puigdemont siga adelante con sus planes. La vicepresidenta es más contundente. Ha irritado al presidente de la Generalitat, quien llegaba a decir, por la tarde, que 'un golpe de Estado sería prohibir las urnas". El ambiente se caldea hasta límites de ebullición. Faltan tres semanas para el 1-O con la Diada de por medio.
La consulta de las cajas de cartón
La militancia del PP se manifiesta incómoda, inquieta y algo molesta. Nadie les cuenta nada. No saben nada de lo que hará el Ejecutivo llegado el momento de la verdad. "Nos pregunta nuestra gente y les decimos que tranquilos, que no habrá referéndum. Muchos no se lo creen y no les puedes decir más, porque nosotros tampoco sabemos", comentaba un dirigente regional presente este lunes en la reunión de Génova. Recuerdan estas fuentes que lo más inconveniente sería un nuevo 9-N, otras urnas de cartón, cuando el Gobierno 'hizo el ridículo', como recuerda ahora Albert Rivera, líder de Ciudadanos.
Santamaría coordina el equipo de abogados del Estado encargado de movilizar al Constitucional para bloquear las iniciativas que ponga en marcha el presidente de la Generalitat. La maquinaria del Estado, en tensión. El miércoles, el 'día D', una vez aprobada la ley del referéndum en la Cámara catalana, se convocará un consejo de Ministros extraordinario para recurrir la norma ante el TC. Toda la artillería legal está ultimada. La vicepresidenta controla el operativo.
Los dirigentes del PP presentes este lunes en Génova salieron de la reunión relativamente tranquilos. Algo más de lo que llegaron. Nada les explicó Rajoy sobre el operativo. Tan sólo les dijo que "tenemos las ideas muy claras y podéis estar tranquilos". La frase serenó algunos ánimos. Más lo hicieron las palabras de la vicepresidenta, de ataque frontal a Puigdemont y a su proyecto. Desconocen cómo será, llegado el momento, la respuesta del Estado, pero al salir de Génova los ánimos estaban más templados. Con la sensación de que la vicepresidenta "sabe lo que se hace".