Pedro Sánchez ha convocado al núcleo duro de la dirección del PSOE después de más de un mes aislado del partido por la crisis del coronavirus. La permanente de la Comisión Ejecutiva Federal se reunirá el próximo lunes para analizar el nuevo escenario político que se abre tras la epidemia y la devastadora crisis económica que se avecina.
El PSOE no ha actuado de una forma homogénea durante la emergencia sanitaria. A nivel nacional, los grupos institucionales en el Congreso y el Senado han tratado de defender la respuesta del Gobierno al coronavirus.
Por otro lado, la mayoría de los barones autonómicos socialistas ha evitado críticas a Sánchez, pero también ha mantenido una comunicación más fluida con el PP y Ciudadanos que el Gobierno central en reuniones semanales en comunidades como Aragón, Extremadura y Castilla-La Mancha. Y en otros territorios donde el PSOE es oposición, sus portavoces han sido más proactivos en la censura a los gobiernos regionales.
Pactos con el PP
La última ejecutiva permanente del PSOE tuvo lugar el 9 de marzo, un día después de las manifestaciones del 8-M. A finales de aquella misma semana, el Gobierno decretó el estado de alarma y el confinamiento general de la población por el avance de la Covid-19 en España. Más de un mes después de esa ejecutiva, hay casi 20.000 personas fallecidas por este virus en nuestro país.
El encuentro del lunes tendrá lugar en vísperas de la reunión de Sánchez con el líder del PP, Pablo Casado. El presidente del Gobierno ha anunciado su intención de negociar unos pactos de reconstrucción nacional con todas las fuerzas parlamentarias. El primer acuerdo que buscará Sánchez, tal y como adelantó Vozpópuli, será el de unos nuevos Presupuestos.
No han sido meses fáciles para el PSOE. El Gobierno, desbordado por unas cifras de la epidemia catastróficas, ha limitado la interlocución con sus presidentes autonómicos a las conferencias de los domingos y las reuniones sectoriales de los Ministerios. Los grupos del Congreso y el Senado, dirigidos por Adriana Lastra y Ander Gil, han mantenido reuniones por videoconferencia de forma regular.
Y los secretarios de Organización se han ido comunicando de manera informal, pero sin reuniones de coordinación. El partido ha publicado vídeos de apoyo a Sánchez en las redes y ha repartido argumentarios para defenderse de los ataques al Ejecutivo.
Cuando lo peor de la emergencia parece a punto de pasar, a pesar de siguen muriendo más de 500 personas al día, el PSOE quiere recuperar un poco de aliento después del enorme desgaste del último mes y medio. La lectura que se hace en Ferraz es que la coalición PSOE-Podemos ha resistido aparentemente unida la crisis. Sánchez no ha dado muestras de querer romper el pacto de Gobierno, cuya letra eso sí ha quedado en papel mojado.
"Hay que reordenar las prioridades", admiten fuentes socialistas. "La acción de gobierno estaba pensada para un país que por fin sacaba la cabeza de una larga crisis económica, y ahora nos encontramos con un tsunami".
Presupuestos de emergencia
Sánchez hablará ante su dirección de esas nuevas prioridades y de las posibilidades de acuerdo con el PP. Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) son alarmantes. No solo por la caída del PIB este 2020, sino porque el rebote que augura el organismo para el 2021 no es tan elevado como se pensaba.
Sin embargo, no hay demasiada confianza en el pacto con el principal partido de la oposición. Algunos territorios han reclamado al jefe del Ejecutivo más interlocución con el PP. Pero Sánchez, a pesar de mucha retórica a favor de la unidad, no confía en la voluntad de acuerdo de Casado.
La interpretación que hace Sánchez es que el PP, empujado también por Vox, está repitiendo el esquema de la crisis que tumbó a José Luis Rodríguez Zapatero. "Ellos sabrán en qué lado de la Historia quieren estar", dicen estas fuentes. "Pero parece que su objetivo es el de aquella frase de (Cristóbal) Montoro de dejar caer al país que ya lo levantaremos nosotros".
A pesar de ello, hay quien piensa en el PSOE que es necesario sumar al PP como sea, en parte por la desconfianza que inspira Pablo Iglesias y en parte también por la intensidad de la crisis económica que aguarda a España a la vuelta de la esquina. La tasa de desempleo va a superar holgadamente el 20% y se da por hecho que habrá que pedir un rescate a la Unión Europea.
"Ciudadanos se ha moderado"
Uno de los debates que encara el PSOE es el de sus socios. La debilidad parlamentaria del Ejecutivo -PSOE y Podemos suman 155 escaños- complica mucho los planes de Sánchez en un momento de emergencia económica. La crisis sanitaria ha debilitado la solidez del bloque de nacionalistas y separatistas que facilitó la investidura de Sánchez en enero.
La relación con el PNV no es tan fluida como antes. ERC se ha desmarcado del Gobierno en las votaciones de algunos decretos y reniega de estos Pactos de la Moncloa bis. La novedad en este contexto es Ciudadanos, que ha apoyado al Ejecutivo en los decretos y ha defendido con entusiasmo los acuerdos nacionales de reconstrucción. El partido que dirige Inés Arrimadas tiene solo 10 diputados, que sin embargo pueden resultar determinantes si los independentistas catalanes dan la espalda a Sánchez.
"Ciudadanos ha entendido mejor esta crisis", reconocen en el PSOE. "Se ha movido a posiciones más moderadas, aunque todavía es pronto para juzgar su voluntad real de acuerdo".