En pasado 26 de marzo, en plena escalada de contagios y muertes por el coronavirus, una información recorrió los despachos de La Moncloa. El diario británico The Guardian, uno de los más prestigiosos del mundo del sector progresista, publicaba una pieza muy dura sobre la gestión del Ejecutivo de Pedro Sánchez y sus errores. ¿Cómo respondió tan mal España al coronavirus?, titulaba el diario británico, recogiendo frases como que “el Gobierno socialista de Pedro Sánchez reaccionó tarde y torpemente” ante la amenaza de la pandemia.
Sonaron todas las alarmas. El Guardian es un diario de referencia sobre todo en ámbito progresista y socialdemócrata. El rotativo, además, ahondaba en algunos argumentos de la oposición a Sánchez. “El 8 de marzo, justo una semana antes del cierre del país, tuvieron lugar eventos deportivos, conferencias de partidos políticos y manifestaciones masivas para conmemorar el Día Internacional de la Mujer”, señalaba. Y añadía: “El 9 de febrero, el Dr. Fernando Simón, jefe de emergencias médicas en Madrid, dijo que 'España solo tendrá un puñado de casos’. Seis semanas después, el número de muertos per cápita ya es tres veces mayor que el de Irán, y 40 veces mayor que el de China”.
Corregir la mala imagen exterior
En una situación ya de elevada confrontación interna, Sánchez intentó corregir la mala imagen en el exterior. Desde el Ejecutivo, concretamente desde el área de España Global, adscrita al Ministerio de Exteriores, se lanzó a los corresponsales extranjeros --algunos de ellos entrevistados por Vozpópuli— un informe con una cronología que intentaba demostrar que España era el país que había actuado primero contra el coronavirus. También hubo llamadas a varios medios extranjeros. Pero no surtieron mayor efecto. Los profesionales de la prensa extranjera no dieron mucha credibilidad a ese enfoque.
“Intentaban decir que España había reaccionado antes que otros países, y simplemente no es cierto. Se puede debatir sobre la relación entre la cifra de muertos y el comienzo del confinamiento, pero no se puede obviar que durante todo el mes de febrero, mientras que otros países lanzaban mensaje claros a su población de evitar las aglomeraciones y limpiarse las manos, aquí no se hacía nada”, resume un corresponsal consultado por Vozpópuli.
Concretamente, en países como Francia se prohibieron manifestaciones con más de 5.000 y luego 1.000 personas en la primera semana de marzo. Alemania ya hacía test casi masivos a la población y aconsejaba a los mayores aislarse. Y en Italia varias provincias se pusieron en cuarentena desde el 23 de febrero y se llegó a suspender partidos de fútbol y el célebre Carnaval de Venecia antes de marzo.
Encuentro telemático
La semana siguiente, el Gobierno organizó, siempre a través de España Global, organismo ahora dirigido por el Secretario de Estado Manuel Muñiz (antes lo lideraba Irene Lozano), un briefing informativo. En ese encuentro intentaron defender la actuación del Gobierno, recurriendo siempre a la idea que también defendía (y defiende) Sánchez en los medios nacionales de que su Gobierno fue el primero en reaccionar. Fuentes oficiales del organismo han confirmado la celebración de dicha reunión.
Los corresponsales que participaron en ese encuentro telemático tienen opiniones divergentes sobre el mismo. Para profesionales de Alemania, Francia e Inglaterra, además de agencias internacionales, sirvió para un intercambio institucional de información. Pero algunos sostienen que “fue patético". "Fue un intento de responder al artículo del Guardian. Han hecho exactamente igual lo que hacía Rajoy con Cataluña: a la defensiva y reactivos”, añaden.
La estrategia no funcionó. De hecho, pocos días después del Guardian llegó The New York Times. El periódico más leído en el mundo publicó otras dos informaciones críticas con la gestión del Ejecutivo. En una de ellas calificaba a los médicos y enfermeros en España de “kamikaze”. El reportaje iba acompañado de imágenes de hospitales con frases que rezaban: “En medio de una grave escasez de equipos de protección personal, las enfermeras y los médicos nos mostraron cómo se hacen sus propias batas, máscaras y trajes de protección”.
No fueron los únicos titulares críticos. El francés Le Monde titulaba el 10 de marzo: España toma conciencia con retraso de la magnitud de la epidemia. El italiano La Repubblica analizó el caso español el 6 de abril, así: Coronavirus en España, todos los por qué de un balance catastrófico. Ese día el país contabilizaba 13.127 fallecidos.
Sin entrevistas desde la pandemia
Además de fracasar en proporcionar un mensaje de éxito en los medios internacionales, Sánchez ha evitado entrevistas y presencias en ellos desde el comienzo de la crisis. Sigue la misma estela de Mariano Rajoy, recalca un profesional alemán: “Durante el juicio del procés percibimos un cambio, más atención hacia los medios. Ahora ha vuelto el silencio habitual en los presidentes de Gobierno español”.
La cuestión no es baladí. Si bien Angela Merkel tampoco ha ofrecido entrevistas a la prensa europea, el francés Emmanuel Macron ofreció una larga entrevista en medios italianos para reivindicar la ayuda francesa ante los euroescépticos que exaltaban la acción de Rusia y China. El primer ministro italiano Giuseppe Conte habló en la televisión alemana para explicar su posición sobre los llamados coronabonos (mutualización de la deuda europea por la crisis). También lo hizo en España, con un directo en La Sexta.
La cadena italiana Rai2 solo ha logrado de momento entrevistar al vicepresidente Pablo Iglesias. Y la única que ha salido para dar la cara y defender la gestión del Gobierno de España en el exterior ha sido la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, quien ha ofrecido entrevistas y participaciones en medios.
#Covid19, in #Spagna rallenta il contagio. Al #Tg2Rai il vicepremier spagnolo @PabloIglesias: "Non esistono solo gli eurobond, ma appoggeremo l'Italia" pic.twitter.com/3oSeAYRSi4
— Tg2 (@tg2rai) April 15, 2020
Ante el silencio de La Moncloa, cabe destacar que no todos los medios internacionales le han pedido una entrevista al presidente. Para algunos, el caso español no tiene el suficiente eco como para proponer que él hable en solitario. Pero otros señalan el contenido de sus respuestas: “Lo hemos visto en las ruedas de prensa, va con un guion escrito”, es uno de los mensajes que repiten los corresponsales de los principales países europeos.
La única intervención de Sánchez en el debate comunitario ha sido una tribuna que se imprimió el 5 de abril, titulada Europa se la juega. Se publicó en El País, Le Monde y Frankfurter Allgemeine Zeitung y en ella el presidente pidió a la UE un mensaje claro de solidaridad (que obtuvo críticas en el entorno del partido de Merkel).
Más allá de esa tribuna y del intento fracasado de parar la ola de críticas internacionales, el presidente se ha centrado en la política interna. “Sea por sus errores, o por el problema nacional y regional de España, los ataques que recibe son superiores a los de otros gobiernos Europeos, eso es posible que le dificulte salir”, comentan algunos corresponsales. Para todos el Gobierno vive un momento de dificultad, pero no descartan que la balanza pueda volverse a su favor: “Ahora es el líder europeo más débil, pero eso puede cambiar”.