Margarita Robles estará finalmente como ministra de Defensa en el primer gobierno que ha configurado Pedro Sánchez "para los próximos meses", después de un duro pulso que ha durado varios días durante los cuales la exportavoz del Grupo Socialista "presionó" para ser ministra del Interior.
Ella misma se descartaba desde el principio como Ministra de Justicia por su mala relación con el presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, y otros sectores de la judicatura, aseguran a Vozpópuli distintas fuentes socialistas. Por eso la fiscal especializada en yihadismo Dolores Delgado es hoy ministra de Justicia.
La magistrada del Supremo pretendía volver a Interior, pero altos cargos políticos y policiales, siempre según estas fuentes, aconsejaron a Sánchez no entregar el mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Policía y Guardia Civil) a Robles, secretaria de Estado de Interior en el bienio 1994-96 bajo mandato del biministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch.
Entonces protagonizó un sonoro incidente con el anterior ministro, José Luis Corcuera, a cuenta de la entrega de documentación de los GAL a la Justicia, y buena parte de los mandos de las FSE no guardan buen recuerdo de aquello. Y Sánchez se decantó por el juez Fernando Grande-Marlaska, que ya había sonado para ese importante puesto en la última remodelación de Mariano Rajoy.
Defensa fue el último nombramiento en cerrarse y, de hecho, hasta poco antes de que Sánchez fuera a informar al Rey el designado era Constantino Méndez
Aunque la nueva titular de Defensa aseguraba ayer por la tarde a los periodistas en el Congreso que su inclusión en el Gobierno estaba decidida "desde hace tiempo", lo cierto es que solo la decisión del presidente de hacer que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) vuelva a depender orgánicamente de Defensa -ahora está en Vicepresidencia, bajo el mando de Soraya Sáenz de Santamaría- la decantó por el sí.
Durante varias horas había estado fuera del primer gabinete y la prueba es que a las 14.00 varios medios informativos se hicieron eco de que el ministro iba a ser Constantino Méndez, quien fuera secretario de Estado durante el mandato de Carme Chacón (2008-2011), porque el propio Méndez reconoció en privado a Vozpópuli que así era. Sánchez le tenía en la recámara por si Robles no aceptaba.
El presidente del Gobierno ha salvado así la que hubiera sido su primera crisis seria, en la medida en que ya estaba anunciada la sustitución de Robles por Adriana Lastra como portavoz del Grupo Socialista y a Robles no le quedaba más alternativa que aceptar Defensa o volver a su vida profesional en el Tribunal Supremo.
Solo cuatro de los 49 miembros de la Ejecutiva del PSOE forman parte del gobierno, que incluye pesos pesados como Borrell, Calvo, Calviño, Montero o Luis Planas
Su sustituta en el Congreso, Lastra, vicesecretaria general del PSOE, forma, junto al ministro de Fomento y secretario de Organización, José Luis Ábalos, y a la que va a ser vicepresidenta, y ministra de la Presidencia y de Igualdad, Carmen Calvo, el núcleo duro del proyecto político de Sánchez en el Gobierno.
Ellos tres y Magdalena Valerio, nueva ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, son los únicos cuatro miembros de los 49 que tiene la Ejecutiva Federal socialista con asiento desde ahora en el Consejo de Ministros. Josep Borrell, flamante nuevo ministro de Asuntos Exteriores, no lo tiene pero da igual porque su ascendente sobre Sánchez es enorme.
La presencia del veterano político catalán en el Ejecutivo socialista es un mensaje a los independentistas catalanes, que le han recibido de uñas. Borrell y Meritxell Batet, que se va a encargar del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, es decir, de las relaciones con las autonomías, son los dos ministros catalanes en el gabinete.
En Batet y en la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, hasta ahora consejera de Hacienda en el Gobierno andaluz de Susana Díaz, va a recaer la renegociación del sistema de financiación autonómica.
Sánchez presume de tener el gobierno con más mujeres en la historia de España, once de 17 ministros, muchos de los cuales "han dejado sus prestigiosas carreras"
El resto del gobierno con más mujeres de la historia de España -once mujeres y seis hombres sin incluir a Pedro Sánchez- representa un ejecutivo "abierto" y que representa un "fiel reflejo de lo mejor de la sociedad a la que aspira a servir".
Tras agradecer a las "personalidades" que lo forman haber "dejado sus prestigiosas carreras profesionales para servir al país y especialmente a los que más necesitan el amparo de lo público", Pedro Sánchez insistió en que todos ellos están abiertos al diálogo y al consenso "con el que piensa distinto", al tiempo que comparten una "misma visión de la sociedad progresista, modernizadora y europeísta".
Dos de los que han dejado sus carreras en el exterior han sido la ministra de Economía, Nadia Calviño, que es directora general de Presupuestos de la Comisión Europea, a las órdenes del comisario aleman Günther Oettinger, y cuya inclusión representa un mensaje de Sánchez a la UE y a los mercados de compromiso con el control de gasto; y también la del astronauta Pedro Duque, que deja la Agencia Espacial Europea (ESA) para ser ministro de Ciencia, Innovación y Universidades.
El presidente del Gobierno ha encargado a Luis Planas la dura renegociación de la Política Agraria Común (PAC), ahora que la UE quiere recortar las ayudas a España
Otra incorporación de peso es la de Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, sobre quien va a recaer la renegociación de la Política Agraria Común (PAC) con Bruselas, ahora que quiere recortar los fondos a España. Planas es vieja guardia del socialismo andaluz.
Empezó como diputado nacional con Felipe Gónzález (1982-87) y luego se fue al Parlamento Europeo. Ha sido director de gabinete de Pedro Solbes, del fallecido Manuel Marín, embajador de España en Marruecos y consjero de Agricultura de la Junta de Andalucía con Manuel Chaves.
Y la inclusión de Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, quiere dejar claro desde un principio que la vocación del Ejecutivo de Sánchez por la energía renovable con un plan de transición energética, como prometió en su discurso durante el debate de la moción de censura, va en serio. En Industria, Comercio y Turismo, el presidente del Gobierno ha tirado de la diputada del PSM Reyes Maroto.
Del ministerio de Sanidad se va a encargar Carmen Montón, del de Educación y Formación Profesional, la vasca Isabel Celaá, y la sorpresa del gabinete es la recuperación del Ministerio de Cultura para dársela al presentador de televisión y escritor Màxim Huerta.